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  - ¿Qué estas haciendo? –dijo ella con una voz sofocada-. Ammm ¿Sebastian?

Él perezosamente recorrió el látigo sobre sus nalgas y la sintió temblar.

- Es momento para un poco más de castigo.

Anna tragó, recordando demasiado bien el orgasmo sobre la pista de baile. Se sintió mareada por la precipitación de la sangre a su cabeza mientras colgaba boca abajo sobre el regazo de él, su erección presionaba sobre su vientre. Y también se sintió mareada por la excitación.

Él la azotó con las tiras del látigo tan suavemente que se sintió como una mera caricia.

- Se te debe enseñar una lección, Anna

Esta vez él trajo el látigo hacia abajo un poco mas duro. Y el siguiente azote, y el siguiente fueron aun más duros, pero el pequeño trozo de dolor se convirtió inmediatamente en un hormigueo de placer. Picó un poco, luego se sintió bien, muy parecido al abofeteo que él le había dado mas temprano.

- Separa tus muslos. –Él presiono separándole las piernas, empujando hacia un lado las bragas y deslizando un dedo dentro de su resbaloso canal mientras continuaba azotándola suavemente -. Si... eso es, corazón. Estas empapada para mí.

Abrupta-mente Sebastian se detuvo, necesitando probar a su mujer. Fácilmente la levantó y la recostó de espaldas sobre el asiento de la limo, el cabello de Anna se desparramó detrás de ella y sus muslos separaron. Las malditas bragas estaban metiéndose en su camino. El alcanzó dentro de otro compartimento y sacó un pequeño cuchillo.

-Quédate quieta –él le ordenó y los ojos de Anna se ampliaron cuando él le acercó el cuchillo. Con un par de rápidos movimientos, cortó su ropa interior y la lanzó a un lado junto con el pequeño vibrador. Él metió el cuchillo dentro del compartimento e inmediatamente movió su atención de vuelta a Anna

La expresión de Anna estaba llena de alivio, pero luego él deslizo las palmas bajo su trasero levantándola y enterrando la cara contra su coño. Ella gritó y se retorcio.

- ¡Sebastian!

Él levantó su cabeza y le dio una mirada de advertencia.

- No te corras, cariño. Si lo haces, va a ser una larga espera hasta que te folle.

Anna casi lloró con la necesidad de correrse. Su trasero todavía hormigueaba y la boca de él contra su coño la estaban enloqueciendo. Ella lo necesitaba dentro suyo. Ella podía esperar, podía contenerse. Rechinó sus dientes y empuñó sus manos en la fina tapicería de cuero, luchando por hacer retroceder su orgasmo con todo lo que tenía.

Justo cuando ella pensó que ya no podía aguantarlo más,Sebastian se detuvo. Él era tan grande y musculoso que en un fácil movimiento la atrajo hacia su regazo, en el centro de la limo, de manera que ella estaba a horcajadas sobre él. La sensación de los pantalones de él entre sus desnudos muslos era salvaje y erótico. Él estaba completamente vestido y ella estaba casi desnuda, una de sus fantasías favoritas. Era como si el hombre pudiera leerle la mente o algo así.

- Has sido una niña buena comportándote en la limo y mereces una recompensa. –él desabotonó sus pantalones y liberó su pe*ne de sus boxers-. Ahora voy a follarte.

Failed Sweet - AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora