7☀

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—¡Niall, detente! — grita una vez mas el rizado.
Ese niño le ha hecho la vida imposible toda esta semana.
Es la reencarnación de Satanás y no lo dudo.

—No me atrapalas nun… —el menor no termina de hablar ya que choca contra la pared.

Sin poder evitarlo Harey empieza a reír hasta el punto de caer cerca del sofá.

Maura manda un mensaje recordándole a Harry de las pastillas que tiene que darle a Niall para el sueño. Harry se percata de que son las 10 de la noche y el pequeño Satanás no quiere dormir.

No le da tiempo de procesar mas ya que el pequeño Satanás está parado en la orilla del sillón apunto de tirarse sobre él.

Un grito ahogado sale del rizado, le ha sacado todo el aire.

—Ni-niall quítate —. Apenas si puede expresar el rizado.  No es que Niall pese, pero eso no significa que no hubiese sentido dolor.

—Te lastime — pregunta Niall mientras se sienta sobre el abdomen de Harry y sujeta su cara.

Harry sólo asiente, no puede hablar ya que el impacto no solo cayo en su estómago si no también en su miembro, y no precisamente sintio dolor.

—Lo siento Harry, perdón, perdón no quise yo...

Harry se percata como se acumulan las lágrimas en ese par de ojos. No sabe si reír por que el niño es bien llorón o llorar por la misma razón.

Harry se sienta en el piso. Niall hace lo mismo pero se sienta en sus piernas.

—No vayas a llorar.

—Pe-pero te dolió —, responde el menor.

—Solo un poco. No tienes que llo… —es silenciado por la acción del pequeño.

Niall esconde su rostro en la curvatura de su cuello para llorar. Harry siente las lágrimas en su cuello.

—Shh, no llores chiquito —, le consuela, abrazándolo, Harry desconoce lo que siente en ese momento.

—Hueles muy rico —. Susurra Niall ya mas tranquilo.

—Mmm gra-gracias — tartamudea el rizado, se  ésta poniendo un poco nervioso.

—Y… ¿Yo, huelo mal?

Harry inhala profundo,  siente su aroma sin siquiera acercarse demasiado es malditamente todo lo contrario así que habla:

—No, Niall, hueles bien.

—¿Cómo lo sabes si no te has acercado? — cuestiona frunciendo el ceño, seguido de ello hace un rápido movimiento para acercar su cuello al oji-verde.

Harry, demonios, no quiere que se mueva, no solo porque disfruta su aroma si no porque está sentado en sobre su entrepierna literalmente.

Niall comienza a moverse. Harry no quiere cometer un delito; no quiere engañar a Louis; ni mucho menos que lo vean como un maldito pedófilo.

Y todos esos pensamientos lo torturan, así que el rizado sujeta del brazo a Niall con fuerza y lo empuja haciendo que caiga un poco lejos.

Harry si que lo ha empujado fuerte. «No puedo dejar que la tentación me gane no a mi.» piensa

Solo un Niño¡- Narry Storan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora