CAPÍTULO UNO

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Cerró los ojos,había llegado el momento. Pensé en mil formas de hacerlo, ponerme de rodillas y sacar la caja del bolsillo,hacerlo al revés, colocarle el anillo directamente en el dedo...,pero estaba bloqueado por el miedo de sentir el momento tan cerca.

Miré a la gente que había asistido al concierto.

Estaba impaciente y deseosa de ver la sorpresa que le tenía preparada. Decidí llevar a cabo mi segunda opción. Oí gritos eufóricos me ponía de rodillas, entre la multitud de voces era fácil advertir que la mayoría eran de mujeres.

La guitarra no era precisamente cómoda a la hora de agacharse,pero todo habría valido la pena si me decía que sí.

-Ya puedes abrir los ojos. 

Obedeció, y al ver el anillo con el pequeño diamante incrustado se llevó la mano a los ojos y sonrió, no se lo podía creer.

Sonreí al ver su felicidad, su respuesta era mucho más obvia que mi pregunta.

-Paula,¿quieres casarte conmigo?

Mis fans gritaron de emoción y por una vez dejaron de prestarme atención, en ese momento solo importaba una cosa,su respuesta.

-Claro que sí.-Gritó emocionada.

Me puse en pie para abrazarla pero como siempre fue más rápida que yo,me cogió de la camiseta de rayas y me besó.

Presentía que al día siguiente el público estaría afónico de todo lo que gritaba.

Cuando me soltó, colocó la mano en la típica postura elegante para que le colocara el anillo en el dedo e inmediatamente después de hacerlo,nos abrazamos.

-Estoy tan feliz que voy a cantar tu canción favorita-.Grité mirando al público mientras hablaba por el micrófono.

-Pues ya sabes cuál es.

En realidad todos los de mi grupo lo sabíamos,estábamos preparados para tocar My little princess hasta que nos sangraran las manos,pero paré la actuación, había tenido otra idea.

-¿Quieres que la cante?- Le pregunté mirándola.

-Pues claro, adoro esa canción.

-Muy bien, pues si tanto te gusta supongo que no te importara cantarla conmigo.

La atención volvió a centrarse en ella , y nuevamente esperaba un sí .

Me  sonrió con picardía y cogió  el micrófono que sobraba, se puso a mi lado y esperó a que sonaran las guitarras. Su voz no era la indicada para cantar rock, sonaba como un gato atropellado o incluso peor, pero ese era un  momento de felicidad, no había necesidad de estropearlo por un pequeño detalle. Nos aplaudieron, en ese momento solo quería reír, saltar de alegría, abrazarla, besarla, hacerle el amor, en definitiva pasar el resto de mi vida con ella.

No teníamos más canciones así que me despedí de esa gente desconocida que había estado conmigo en uno de los momentos más importantes de mi vida. Paula y yo salimos corriendo cogidos de la mano, ambas estaban sudorosas pero con ganas de sentir la otra. Ya detrás del escenario pudimos hablar más enserio, pero aún así era oficial, pronto seríamos hombre y mujer.

-Te han faltado las velas para que fuera para que fuera un momento realmente mágico, pero estoy tan contenta que hasta me alegro de que no tengas una en la mano.-Reí recordando el día de las velas, reí porque iba a casarse conmigo, reí porque era feliz.

-¿Eso no es demasiado contradictorio?-Le pregunté.

-Tal vez,  pero ahora no importa, solo te quiero.

Le acaricié la mejilla , esos pómulos altos escondidos por su media melena , pero mi atención estaba puesta en sus ojos, que me miraban traviesos.

-Yo también te quiero.

Su sonrisa no desaparecía, me sentía la mejor persona del mundo por dar paso a esa sonrisa   tan bonita, era como hacer una obra de caridad o algo por el estilo.

La besé, y tuve una nueva idea, me invadía la inspiración, como cuando escribía mis canciones, porque ella era mi musa.

-¿Sabes que se me acaba de ocurrir?

Me besó de nuevo,como si quisiera provocarme.

-Apuesto que lo mismo que a mí.

Reí,por eso era tan especial, era como si me leyera la mente, me conocía mejor que nadie y me había ayudado mucho.

-Exacto.

Nos subimos a mi limusina y al llegar a casa ya estaba lanzado, pero me paró.

-Ya sabes, sin gorrito no hay fiesta.

El beso más caro del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora