CAPÍTULO DIEZ

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Era raro despertarse por la mañana y no ver el otro lado de la cama desecho.
Era raro bajar las escaleras y no oír una cuchara remover el ColaCao.
Cuando desayunaba era raro no ver el tarro de magdalenas de chocolate cada vez más vacío.
Era raro no verla en el salón bailando y cantando sus canciones favoritas o no verla en el jardín meditando al lado de su árbol bodi.
Era raro sentarme en el sofá y poder ver lo que yo quisiera sin que nadie me pidiera ver otra cosa.
Era raro no ver Niños Asesinos o Entre Fantasmas con su cabeza apoyada apoyada debajo de mi estómago.
Era raro no decirle a nadie te quiero.
Era raro ver la habitación de Kristin vacía.
Era raro no notar sus labios, no oír su risa, no ver su sonrisa maliciosa...
Era raro estar sin ella.
Era raro estar solo, y también muy doloroso.
Era raro ver los homenajes que le hacían, ver lo mucho que sentían su muerte cuando todo el mundo decía que acabaría con nosotros.
Los medios solo hablaban de ella, de mí y de lo que me afectaba su muerte, era todo muy raro.
Salíamos felices, contentos, enamorados... y después salía yo, con mi cara seria y mi voz angustiosa dando declaraciones, mandando a todo el mundo a la mierda...
¿Eso era lo que realmente me hacía famoso?¿Mi música había dejado de importar?
Era raro no bailar en medio de la sala.
Era raro no encender velas, tener ganas de llorar siempre, simplemente era raro no ser feliz.
Vi una tarjeta, no sabía de que era y la cogí para descubrirlo.
Era de mi antiguo camello, todavía estaba escrita su dirección.
Pensé en ir a verle, necesitaba sentirme bien aun que solo fuera por un momento, quería olvidar, pero no podía hacerlo, Paula no se lo merecía.
Tampoco podía dormir, ni leer, ni comer... solo podía escribir.
También era raro tener inspiración, mi musa había desaparecido y no iba a volver.
A lo mejor tenía otra llamada ausencia, su ausencia, la típica de todo músico, la posible razón del suicidio de algunos y la clara razón del suicidio de otros.
La fama cuesta queridos amigos, la fama cuesta.

El beso más caro del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora