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—Vamos Penny, despierta, debemos ir a comisaría—siento que me zarandean el brazo, abro los ojos y la luz de la habitación me ciega. Dirijo mi codo a los ojos para protegérmelos hasta que me acostumbro a los rayos de sol que adornan la ventana.

—Vamos hemos dormido demasiado— quito el brazo de mis ojos y visualizo a Ariadna.

—Buenos días—digo mientras me siento en la cama y me restriego los ojos para aclararme un poco la vista, ya que la tenía un poco borrosa.Cuando ya veo correctamente, corro la habitación con la mirada, abro los ojos sorprendida al ver todo en orden—Wow, sí que tenéis prisa...Y yo pensando que era broma—río.

Me levanto y me estiro, después la puerta del baño se abre mostrando a Nath con unos bóxer y el pelo mojado, lo sacude y me mira.

—Nada va en broma si tiene que ver con el bien de mi amiga—dije dice apegándose a mí.

—Me aparto corriendo—Hey, sécate primero y luego me abrazas lo que quieras—digo al notar como había empapado parte del cuello del pijama— Ya dije que no quiero involucraros en esto, suficiente tengo yo ya, si os pasa algo me muero—digo con mi ropa ya puesta.

—Y yo dije que no te íbamos a dejar sola—puso los ojos en blanco Ariadna.

—Solo no quiero problemas—refunfuño.

—Penny, si nosotros estuvimos contigo desde el principio estaremos hasta el final—añadió mi amigo.

—Es imposible no quererte—dije sacudiendo su pelo mojado.

—¿Qué tal si salimos a desayunar?—dijo Ariadna terminándose de peinar.

—Por mí bien—enarca una ceja mi amigo.

—Podemos ir a la heladería de al lado—ofrezco.

—Como queráis—sonrió.

—Entonces vamos—terminamos de recoger, cogimos nuestras mochilas y salimos, pero antes Nath se paró.

—¡ERICK! VAMOS A COMER FUERA— gritó—...LLEVO LLAVES—

—VALE—devolvió su hermano.

—Vale, salgamos ya—dijo cerrando la puerta.

No caminamos ni una cuadra y ya habíamos llegado, corrimos las sillas de unas de las mesas de tres que se encontraban en la terraza y dejamos las mochilas en los respaldos.

—Voy a pedir lo de siempre, ¿Vosotros?— dije acomodándome en la silla.

—Yo tomaré un batido de fresa—dijo mientras leía la carta y se relamía los labios.

—Un batido normal—se encogió de hombros Nath.

—Bien... ¿Que la vamos a decirle a la policía?— yo puse los ojos en blanco y los miré molesta.

—¿No podemos dejar eso, y desayunar tranquilos?—suspiré.

—¡NO¡—dijo serio mi amigo y mirándome fijamente, se volvió hacía Ariadna—Hay que preguntar primero si él sigue en la cárcel—apoyó.

—Esto es estúpido—murmuro—Llego a saber esto y no os digo nada—susurro mirando hacia otro lado.

—Te hemos oído—me contestaron al unísono.

—Vale, calmaros—digo seria pero con un poco de humor.

—Generalmente—hizo un gesto acompañado de una mueca—Tu deberías ser la que esté ayudando, no obligándote nosotros—dijo con una sonrisa al final.

—Es por tu bien Penny, si no es por ti... hazlo por nosotros—Sugirió, me paro a pensar y noto que me estoy comportando de manera egoísta, sonrío.

Suspiro, me siento como una loca acudiendo a un psicólogo y siendo presionada, como si no pudiese contar mis problemas.

—A ver,—me reincorporo y veo como sonríen—Luego podemos decir lo de los mensajes, junto lo ocurrido en la calle, también, que eso significa que esa persona sabe donde vivo- apoyo y Ariadna enarca una ceja—También como los mensajes han ido aumentado y han sido más fuertes—continúo—y lo de la amenaza a Nate—finalizo.

—Todo volverá a la normalidad Penny, todo irá bien, estamos contigo— Nath apoyó su cabeza en mi hombro, entonces apareció el mesero con los pedidos.

—Gracias—dijimos al unísono, el camarero asintió con una sonrisa y se marchó.

—¿Le dirás a Nate?—

—No lo sé—suspiré.

&Deberías hacerlo ¿No Nath?—dijo bebiendo un poco de su batido.

—Hazlo, cuanto más seamos en esto más difícil se les hará cogerte—

—Además debes tener confianza en él—

—Me lo pensaré—sonreí—ahora comamos en paz—dije riendo.

—Amén—y Nath me lanzo un poco de galleta.

—¡OYE!—reí y comenzamos con nuestras tonterías de siempre.

*****

Terminamos de comer y esta vez fuí yo la que pagué a pesar de las quejas de mi amigo. Recogemos las mochilas y nos encaminamos a comisaría.

—¿Tomamos un taxi?—

—No, mejor caminemos— nada mejor que retrasar todos los recuerdos pasados...

—Exacto, este tema me está consumiendo por dentro y tengo que despejarme—

Llegamos a comisaría y el ambiente a seriedad adorna las paredes, nada de color, todas tonalidades frías y muebles de madera oscura, hombres con uniforme azul con su correspondiente placa pasean en todas las direcciones, otros trabajan en sus escritorios y otros llevan los presos a sus respectivas celdas u oficinas.

Pasa un hombre y nos mira, se nos acerca a paso lento, ¿Su tiempo es ilimitado acaso?.

—¿Desean algo?—pregunta.

—Venimos a ver al agente Jefferson— digo con una leve sonrisa.

—¿Penny Smith?—asiento—esperen un momento por favor—dijo y se perdió por los pasillos.

Nos sentamos y a los minutos aparece el oficial de antes.

—Síganme—nos levantamos y caminamos tras él, cruzamos unos cuantos pasillos hasta que paramos frente a una puerta negra con una placa plateada—Aquí es...buenas tardes—dijo para luego volver a marcharse.

Pongo una mano en el pomo de la puerta pero antes de abrir me giro hacía mis amigos, que no articulan palabra.

—Pasaréis...¿no?—

—Si—su rostro firme mantiene el ceño fruncido.

Toco un par de veces y no paso hasta recibir un adelante, paso, y veo a detective, que tres años atrás fue asignado para mi caso, el detective está sentado en su silla de cuero negro ordenando unos papeles, levanta la mirada y sonríe al vernos, le devuelvo el acto.

—Buenos días señorita Andrew, siéntese— El detective Jefferson deja sus papeles para prestarme la máxima atención.

—No gracias, prefiero estar de pié—dije y mis amigos asintieron mostrando compartir mi opinión.

—Y bien... ¿Qué quieren?—

—Venimos a asegurarnos de que cierta persona sigue en la cárcel—

—Claro—se levanta y se acerca a una estantería—¿Qué cierta persona buscan?—

Trago saliva y cierro los ojos fuertemente y los vuelvo a abrir con un nudo en la garganta, mis amigos ponen una de sus manos en mis hombros y dificultad pronuncio el maldito nombre del diablo...

—Marcel Edward Styles...—

 dangerous obsession |H.S|    |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora