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Me hago una coleta y cepillo mis dientes, hoy cancelaron las clases y no sé porqué. Hoy sería el de estar en pijama, ¿Qué hay mejor que eso? Nada. Me coloco unos calcetines y camino hasta mi cama, enciendo el ordenador, hoy veré alguna que otra película. Mi teléfono vibra y yo bufo, lo cojo y miro el nombre que resalta "Ariiaadnna", más le vale que no sea una tontería, leo el contenido del mensaje y sonrío, se ha salvado.

"Nena, voy a hacerme el tatuaje. ¿Me acompañas?"

Río y contesto.

"Sí, déjame alistarme y vienes a por mí"

Con pereza apago el ordenador, el día de estar en pijama puede esperar. Me coloco una "sudadera" azul que me llega por encima del ombligo y unos shorts blancos junto a unas vans. Me peino y me dejo el cabello suelto, bajo a la cocina y espero a que el timbre suene mientras miro Instagram.

El timbre suena alrededor de cinco veces y Rex no tarda en ladrar, el simple hecho de que hubiera tocado el timbre repetidas veces me hace saber que es Ariadna.

—Shh—hago callar a Rex y tiro de él hacía atrás y abro la puerta. Ariadna se abalanza contra mí y me abraza.

—Te extrañé—le abrazo.

—Y yo a ti—Rex le araña la rodilla en busca de atención y esta le acaricia arrodillándose a su lado.

—¿Y este pequeño?—pregunta rascándole la tripa.

—Nos los ha dejado el detective, es uno de sus perros policías más eficaces—sonrío.

—Es un amor—hace un puchero y yo río.

—¿Rex o Jefferson?—enarco una ceja.

—Ambos—sonríe de lado y yo vuelvo a reír. Ella sigue jugando con Rex y yo coloco mis manos en la cintura.

—¿No era que tenías una cita con el tatuador?—

—Corrección 1: tenemos y corrección 2: es un amigo de Nath—

—¿Nuestro Nath tiene un amigo tatuador? ¿Desde cuándo nuestro corderito se revela tanto?—río.

—¡Increíble verdad!—grita y carcajeo.

—¿A qué hora la tienes?—

—En diez minutos—

—Y estás aquí jugando con Rex—pongo los ojos en blanco.

*****

Tomo mi mochila en el hombro y Ariadna las llaves del coche. Nos subimos y ella arranca haciendo rugir el motor.

—¿Dónde vive ese amigo?—

—A siete minutos—dice y asiento.

—¿Qué vas a tatuarte?—pregunto mirándola por el espejo.

—Unas alas de ángel en la espalda—dice y yo asiento—En honor a mi hermano—sonríe triste.

—Yo no me voy a tatuar nada—digo en un tono obvio—Sabes perfectamente que tengo un gran pánico a las agujas— digo haciendo énfasis es "gran".

—Lo sé... ¿Te crees que no te conozco?— enarca una ceja—Voy a darte tu regalo de cumpleaños ¡TE HARÁS UN PIERCING EN EL OMBLIGO!— exclama y abro los ojos sorprendida.

—Tienes que estar de broma, mi cumpleaños fue hace dos meses—

—¿Y? Desde los 14 años, me llevas diciendo "Cuando cumpla 18 me haré un piercing en la tripa"—dice en un tono agudo intentando imitarme, yo la miro ofendida y abro la boca con intención de replicar, pero ella me calla—No digas nada, te lo harás y punto—Le fulmino con la mirada y miro la ventana

****

Ariadna aprieta mi mano y los labios cuando esa horrible aguja con tinta permanente entra en contacto por última vez con su piel.

—Listo—dice unos minutos después el chico apagando la máquina y ella suspira-

—¿Cómo quedó?—sonrío y tomo el móvil para echar una foto, para que ella pueda ver-

—Genial—

—No está tan mal—asiente convencida.

—¿Perdona?—Escucho decir al chico desde atrás.

—Está perfecto—río.

—Y ahora tú—el chico me mira.

—Penny vamos, ya no hay vuelta atrás— mi amiga alza una ceja y yo bufo—seguro me lo agradecerás—sonrío nerviosa, ayuda.

—Por favor, hágalo rápido—Ariadna ríe.

—¿Miedo a las agujas?—el chico pregunta.

—Fobia—corrijo incómoda.

—Será rápido tranquila_miro a Ariadna haciendo un puchero y ella niega riendo, traidora. Subo la sudadera un poco más de lo que está y la mantengo con un pequeño moño para que no se baje. Me agarro a la mano de Ariadna cuando veo que el chico se prepara. Apenas me da tiempo a cerrar los ojos cuando siento esa punzante sensación, respiro hondo, no fue para tanto. El chico me deja un espejo y me miro de cintura para arriba, sonrío.

—Te ves sexy—alaga Ariadna.

—Debes tener cuidado, desinfectar los primeros días y tener cuidado con cualquier contacto que tengas, quizás te duela un poco al ser reciente—asiento en respuesta.

—Vale— Ariadna saca el dinero y se lo entrega.

—Bien chicas, gracias y que tengan un lindo día—nos acompaña hasta la puerta y nos sonríe antes de irse.

—Quizás debamos ir a casa, comienza a hacer frío—se abraza a sí misma.

—¿Tarde de películas?—enarco una ceja.

—Oh, claro que sí—grita y río.

 dangerous obsession |H.S|    |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora