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Tallahassee, Florida

Tony Cruzó el campus pasando junto a grupos de alumnos que se dirigían a cenar, a una fiesta, a estudiar o a lo que fuera, y giró en la calle Raymond para dirigirse a su apartamento.

Llenó su mente con las triviales imágenes de envases de yogur, queso fresco y fruta que tenía en la nevera; se planteó brevemente la posibilidad de parar a comprarse una hamburguesa, pero descartó la idea. "Come frutos secos y alimentos sanos", siempre se decía a sí mismo.

Tomó un Atajo por debajo de la farola de brillo de mercurio que había en el cruce entre las calles Raymond y Bonil maravillándose, como siempre, del color púrpura fluorescente con que la luz de la farola teñía la ropa y la piel. Tuvo una breve visión de sí mismo como estrella de alguna película de terror de los años cincuenta; tras sufrir accidentalmente una singular dosis de radiación, ahora iba a convertirse en... ¿En qué? se preguntó, ¿En el increíble  hombre más feo del baile? ¿En el alumno serio y aplicado?

De pronto oyó unas risas estridentes que salían de una ventana abierta, mezcladas con un acorde que se repetía insistentemente en un estéreo con el volumen a tope.

- El de verano - pensó - es el menos serio de todos los semestres - aunque era el que prefería

Hacía que su trabajo destacara entre toda la gente que suspendía en una materia o en otra.

Siguió caminando, ahora tarareando una canción sin nombre que había Escuchado en una estación de radio, por la mañana, hasta que dobló la calle Francis. Estaba a dos manzanas de su apartamento y no vio al hombre que estaba esperándolo, hasta que lo tuvo casi encima.

- Disculpe - le dijo él - ¿Puede ayudarme? Me parece que me he perdido - Tony se sobresaltó. El hombre se encontraba medio en sombras, al lado de la portezuela abierta de su coche

- ¿Eh...?

- ¿Te he asustado? - preguntó

- No, no, en absoluto...

- Perdona si...

- No, no pasa nada. Es que venía pensando - respondió rápido

- ¿Tenías la mente en otra parte?

- Algo así...

- Conozco esa sensación - dijo el hombre, acercándose a el - Un pensamiento lleva a otro, después a otro, y antes de que te des cuenta, está en mitad de una pequeña ensoñación. Perdona que me entrometa...

- La realidad - puntualizó Tony - es la que siempre se entromete

Él rió.

Tony lo miró con atención a la luz mortecina de una farola que había a media manzana de distancia.

- Debes de ser estudiante... -Tony advirtió que él le estudiaba el rostro

- Si, lo soy...

- No resultaba difícil adivinarlo - dijo él con tono cordial

- No, supongo que no - contestó Tony

Tony sonrió y él le devolvió la sonrisa.

Ambos pasaron unos momentos sin decir nada. Tony pensó que aquel individuo era apuesto, alto y tenía un cierto atractivo desaliño natural.

- ¿Es usted profesor? - preguntó Tony

- Algo así - respondió él

- Pero no es de por aquí, ¿verdad?

- No, es la primera vez que vengo. Y por lo que parece no consigo dar con la calle Garden. He mirado por todas partes... - El hombre volteó la mirada y señaló primero en una dirección, luego en otra. Tony pensó por un instante que estaba buscando algo, ya que su mirada se detenía en cada dirección antes de volver a posarse en el.

The Murderer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora