La noche se cerró en torno a ellos cuando regresaban a Nueva Orleans. Habían pasado el resto de la tarde sumidos en un silencio húmedo, pero la mente de Odinson viajaba cargada de recuerdos. Estaba intentando acordarse del nombre de la chica. Sabía que era típico del Sur, como Billie Jo o Bobbi Jo, y también recordaba su vestido de lentejuelas plateadas, demasiado corto y demasiado ceñido, y que dejaba pocas dudas respecto de cuál era su profesión. La había recogido en el coche, procurando contenerse, sabiendo lo que iba a hacer, actuando con aire de indiferencia y exhibiendo un fajo de billetes. Ella al principio se quejó al ver que la llevaba hacia el extrarradio de la ciudad, pero Odinson recordó que cogió el billete de veinte dólares de propina, se lo metió por el escote y le dijo que pensaba compensarla por el esfuerzo. La chica siguió parloteando con un soniquete y una sosería que alteraron la esencia de sus pensamientos, de modo que, en el primer descampado que encontró, paró el coche, se giró y, al tiempo que ella se tumbaba hacia atrás y cerraba los ojos, la dejó inconsciente de un golpe. A continuación se dirigió hacia el lugar que había escogido en el mapa, un sitio con un adulterado nombre francés: la buena tierra. Fue fácil meterse con el coche en aquel terreno pantanoso a solas con sus pensamientos.
Le dio igual que ella estuviera despierta o no; era el acto en sí lo que le intrigaba.
- Era una prostituta - dijo. Tony Stark afirmó con gesto sombrío - ¿Qué vida tenía que pudiera necesitar? - agregó en tono de enfado. Tony no respondió - Estás lleno de ideas tontas y anticuadas acerca de la moralidad y de lo que está bien y lo que está mal. No lo entiendes: ella había nacido para morir. Yo nací para matar. Simplemente, era cuestión de que nos encontráramos el uno al otro.
Tony Stark se volvió hacia él e hizo ademán de ir a decir algo, pero se contuvo. Odinson habló por el
- Ibas a decir que está mal quitar la vida a alguien ¿verdad?
- Sí, eso...
- Tal vez. Pero ¿qué diferencia hay? - Tony no pudo replicar - Ya te lo digo yo: ninguna. Los gobiernos matan por política, y o mato por placer. No somos tan distintos
- La cosa no es tan fácil - apuntó Tony - No puede serlo
- ¿No? ¿Crees que es difícil matar? ¿Crees que cuesta tanto trabajo? Bien - dijo - Muy bien
La lluvia había amainado hasta transformarse en una llovizna, pero hacía que los faros del coche perforasen la negrura de la noche con su haz de luz. Frente a ellos resplandecía Nueva Orleans, y Odinson pisó el acelerador y se dirigió hacia aquellas luces. No dijo nada cuando entraron en la ciudad, dejó que el resplandor de las farolas perforase la oscuridad de la noche. Tony Stark no experimentó consuelo alguno en la ciudad, no más del que había sentido en los pantanos, y de pronto comprendió que para una persona como Odinson eran la misma cosa. Miró a Thor, se fijó en el duro gesto del rostro y del mentón, y una vez más sintió que se le revolvía el estómago.
Recorrieron arriba y abajo las calles de la ciudad. Odinson miraba por las ventanillas, por lo visto buscando algo, pero Tony no supo qué podía ser. De repente pisó el freno y se detuvo junto a la acera.
- Tú crees que es muy difícil - dijo enfadado - Pero no lo es
Examinó la calle arriba y abajo, y acto seguido introdujo una mano en la bolsa de las armas y sacó la pistola de cañón corto. Se la puso a Tony debajo de la nariz.
- O..., oh...
- ¿Difícil? Pues observa. Baja la ventanilla - Tony obedeció, y de inmediato penetró una oleada de humedad pegajosa que invadió el coche. La recorrió un escalofrío. No sabía qué estaba pasando. Odinson bajó del coche y lo rodeó para situarse en el lado de él. Se inclinó hacia la ventanilla y le dijo - Observa atentamente - Tony afirmó
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The Murderer
FanfictionUn asesino en serie • Una muerte violenta • Un secuestro • Un detective molesto • Una cámara fotográfica • Y una víctima complaciente • Una crónica sobre la vida de un asesino... °°ThunderIron°°