II

628 68 23
                                    

Cerró los ojos para visualizar la sonrisa de su sobrina. Respiró hondo y se aproximó con cuidado al cadáver.

Pensó: "¡Acuérdate de todo! Grábatelo en el cerebro". Obligó a sus ojos a escudriñar el suelo que rodeaba la forma que aún no podía mirar. Tierra arenosa y hojas caídas. Nada que pudiera conservar una buena huella de pisada. Con ojo entrenado, calculó la distancia entre el aparcamiento y el lugar donde yacía la forma... porque aún se le hacía raro llamarlo cadáver.

Veinte metros. Demasiada distancia para arrojarlo. Intentó pensar de manera analítica, la víctima era descubierta en el punto en que se había cometido el homicidio, porque invariablemente había alguna prueba física. Continuó examinando el suelo, oyendo la voz del teniente a su espalda:

- Steve, ya hemos examinado detenidamente la zona, no es necesario que...

Pero el lo ignoró, se puso de rodillas y palpó la consistencia del suelo. Y pensó: "Si se le ha pegado a los zapatos algo de este material, podríamos buscar coincidencias".

- Tomen muestras de tierra de toda la zona - dijo en voz alta, tras una pausa instantánea, oyó un gruñido de asentimiento

Prosiguió, pensando, "Muy bien - se dijo a sí mismo - mira a Sharon. Memoriza lo que le ha sucedido esta noche. Mírala. Mírale todas las partes del cuerpo. No olvides nada"

- Sharon - pronunció en voz alta, pero en tono suave

- ¿Es tu sobrina, Sharon Carter? - Era la voz del teniente.

- Sí - Pensó un instante - Lo era...

- ¿Estás seguro? ¿Quieres sentarte? - Steve negó con la cabeza.

- Estoy bien - Alguien lo estaba tomando del brazo pero el se soltó de un tirón - Examínale las uñas - dijo - Es posible que se haya defendido peleando. Puede que el sospechoso tenga algún rasguño

Vio que el forense se inclinaba sobre el cadáver, le levantaba con cuidado una mano y después otra, y acto seguido, con ayuda de un pequeño escalpelo, raspaba suavemente el contenido que halló debajo de cada uña y lo introducía en una bolsa de plástico para pruebas.

- No hay gran cosa - comentó

- Tiene que haber luchado como un tigre - insistió el detective Rogers

- Quizás el asesino no le dio la oportunidad. Presenta un trauma severo en la nuca. Probablemente ya se hallaba inconsciente cuando le hizo esto - El médico señaló la media enrollada alrededor del cuello de la joven. El detective Rogers contempló durante unos instantes el tono azulado de la piel

- Examine el nudo - le ordenó

- Ya lo he mirado - respondió el médico - Es un nudo cuadrado simple. Página uno del manual del Boy Scout

- ¿Y qué me dice de las muñecas? - preguntó - ¿Hay algún signo de ataduras?

- No - respondió el médico - Eso nos indica algo

- Sí - dijo una voz desde un costado. El detective Rogers no giró para ver quién había hablado - Nos dice que ese cabrón la dejó fuera de combate antes de divertirse con ella. Lo más probable es que no llegara a enterarse de lo que le pasó

La mirada del detective Rogers se detuvo un poco más abajo del cuello.

- ¿Eso que tiene en el hombro, es un mordisco?

- Es posible, sí - dijo el forense - Habrá que mirarlo al microscopio

Posó los ojos un instante en la blusa desgarrada de su sobrina. Sharon tenía los pechos a la vista, y a el le entraron ganas de cubrírselos.

The Murderer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora