La típica historia de amor (Camren g!p) *Terminada*

Capitulo 3

Desperté y está vez decidí vestirme diferente, me puse unos pantalones negros rasgados, unas botas de combate negras, una polera blanca y por último mi chaqueta de cuero. Subí a mi auto y me dirigí al instituto, allí me encontré a los chicos en la entrada, estaban todos reunidos, yo solo me acerqué a ellos.

–Wow Lauren te ves hermosa.– dijo Normani viéndome de arriba a abajo.

–Créeme que tú siempre te ves espectacular.– le devolví el halago a Normani.

–Me hacen vomitar.– dijo vero con cara de asco.

–Cállate idiota.– gritó Normani riendo.

Nos adentramos a los pasillos del instituto y está vez me sentía diferente, ya no habían ofensas, solo halagos, ya no habían golpes, solo guiños por todo el pasillo. Nos dirigimos a la cafetería y pude divisar como el idiota de Austin Mahone le tumbaba los libros a una chica, rápidamente me acerque y la ayude a recogerlos.

–Quítate, Jáuregui.– me reto el idiota de Austin.– ¿Quieres que te parta la cara no es así? Deja de meterte en esto.– me agarro por el cuello de la chaqueta.

–Deberías dejar de molestar a las chicas, deja de ser un marica.– sonreí y sentí un fuerte golpe en mi estómago.

–¡Repítelo!.– gritó.– ¡Vamos Jauregui! ¡Dilo otra vez!.– me pateó.

–MA RI CA.– murmuré riendo, pude sentir como sus amigos me tomaban y me alzaban.

–Pobre jauregui.– negó con la cabeza.– no sabes el error que acabas de cometer.– me empezó a golpear, yo solo fui paciente y espere a que terminara.

–He Mahone, porque mejor no la dejas.– dijo vero acercándose.

–No te metas, iglesias.– sonrió.

Ella simplemente se acercó a mí y me ayudó a levantarme al igual que los demás para ir a la enfermería, la doctora se sorprendió mucho al verme.

–Oh Dios ¿Pero que te pasó?.– preguntó alterada.

–Mahone.– murmuró vero.

Después de que la enfermera me curara me dirigí a la clase de física un poco coja. Entre y el profesor al igual que los alumnos me vieron asombrados.

–Lauren, Mahone fue suspendido, puedes estar tranquila.– dijo el profesor tocando mi hombro, yo asentí y sonreí.

Pude ver cómo Camila y su amiga Dinah me miraban y murmuraban cosas que no lograba entender, lo único reconfortante es que ella me estaba viendo.

Dinah se acercó a mí y se sentó a mi lado, yo la mire, pero ella se mantenía firme mirando al frente.

–¿Eh?.– murmuré.

–Austin está vez se pasó.– río, pero no era una risa de esas sinceras, era una risa resentida.

–Supongo.– murmuré.

–No deberías dejarte.– me miró.

–¿Que podría hacer?.– pregunte mirando mi lápiz.

–Golpearlo.– murmuro como si fuera obvio.

–No me gusta la violencia.– explique.

–¿Pero si que te golpeen?.– preguntó y yo solo me quede pensando.

–¿A qué viene todo esto?.– pregunte confundida.

–A que es una bestia y tú no deberías dejarte.– dijo con rencor.

–No deberías hablar así de el, es tu amigo.– murmuré y la mire.

–Que asco esa palabra y el.– dijo sería.

–¿Entonces por qué lo soportas?.– pregunte.

–Mira a aquella chica que está allá.– apuntó a Camila.– Ella es mi mejor amiga y por ella yo haría cualquier cosa, desgraciadamente ella lo ama y yo lo tengo que soportar.– sentí como mi corazón se rompió y mis lágrimas salían solas.

Rápidamente salí de el salón de clases y me dirigí al patio del instituto, esas dos simples palabras destruyeron el corazón que construí con todas las sonrisas de ella. Solamente quedaban cenizas, pero eso ya lo sabia, no tenía idea de que doliera tanto.

–¿Lauren?.– se acercó Dinah.– Lauren ¿Estas bien?.– pregunto sentándose a mi lado, yo solo asentí.

–Oye... tranquila.– acaricio mi cabello.– creo que se lo que te pasa.– yo solo llore más, ella me abrazo y yo lloraba como un bebé en los brazos de su madre.– Lauren, puedes confiar en mi.– yo asentí.

–Es realmente doloroso saber que la chica que amas ama a otro.– sollocé.

–¿Hablas de Camila?.– yo asentí.– Wow, eso enserio me sorprendió, vayamos a tu casa, chica. Estás muy mal para seguir en clases.

Estábamos en el estacionamiento cuando nos encontramos a la chica de esta tarde.

–Huh, quería agradecerte por haberme defendiendo esta tarde del idiota de mahone.– dijo yo solo asentí.– Soy ally.– se presentó.

–Soy Dinah y ella es lauren.– me apunto.

–¿A donde van?.– preguntó Ally.

–Iremos a que esta chica vea películas y llore por horas al recordar al imposible amor de su vida ¿Vienes?.– Ally dudo, pero asintió.

Llegamos a mi casa y nos dirigimos a mi habitación, allí estaba todo lo que necesitaríamos según Dinah.

–Laurenzo ¿Hay alcohol?.– preguntó dinah rebuscando en la cocina.

–Dinah creo que una mejor solución sería leerle la Biblia y enseñarle el amor que Dios nos da, y que ninguna chica en este mundo es imposible.– dijo Ally tratando de detener a dinah

–Es Camila cabello.– murmuré.

–Dinah ese es muy poco alcohol.– se retrató la enana.

–Bueno monja creo que es mejor que le leamos la Biblia.– se burlo dinah de Ally.

–¿Enserio Camila cabello?.– preguntó confundida ally.

–Desde los 14 años.– murmuré.

–Wow, pero ella es muy... Superficial y está con Austin y se ve que lo ama.– dijo y yo agarré el alcohol que tenía dinah en su mano y me bebí la mitad de la botella de un solo trago.

–Tranquila tigra.– río Dinah.–¿Cuéntanos monja tienes novio?.– preguntó dinah.

–Si, se llama Troy, pero el esta en Texas así que es una relación a distancia.– suspiro y dinah le pasó la botella, ella bebió.– Juguemos a las preguntas.– ofreció Ally, nosotras estuvimos de acuerdo.

–Empiezo yo.– dijo dinah.–¿Son vírgenes?.– las tres asentimos.– Que triste.– bebió de la botella.

–¿Quién les gusta?.– pregunte directa.

–Mi novio.– dijo ally sonriendo.

–Normani Kordei, pero ella es un imposible.– suspiro dinah y sorbió la nariz, yo reí.

–¿Cuánto te mide?.– me pregunto dinah, yo me sonroje.– responde.– me apuro.

–25 centímetros.– murmuré roja.

–¿Despierto o dormido?.– preguntó Ally.

–Dormido.– murmure.– Despierto unos 28 29, no lo sé-sonreí orgullosa por primera vez al hablar de esto.

–Auch.– murmuro Ally, yo reí.

–Vamos Ally.– murmuró dinah.– ¿No te gusta nadie más?.– preguntó riendo.

–Claro que no.– río.

Las tres nos quedamos dormidas una arriba de la otra y no recuerdo más nada hasta el día siguiente.