t r e s

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Mi mañana es tan miserable como la hora que marca mi reloj digital: 5:30 de la mañana- Hoy no era un día para quedarme dormida, menos cuando era mi segunda clase con el doctor Min. Y me bastó esa primera muy mala impresión para entender que debo pasar desapercibida para él por el resto del año académico.

Estoy tan dispersa con todo lo que está sucediendo, que ya el cereal que me sirve está todo gomoso y para nada apetitoso. Termino de desayunar sin saborear la comida, porque, lo menos que quiero es desmayarme a las diez de la mañana por no haber desayunado en lo absoluto

El sonido de la lluvia entrando por la ventana de la cocina llama mi atención. Se nota que el clima está helado. De seguro pronto comenzarán las nevadas. Ahora recuerdo que mi ropa de invierno sigue guardada en algún sitio recóndito de mi armario, y hoy me tocará usar ropa que siquiera hará su función de protegerme del frío.

Mi lucha interna inicia al mentalizarme que tengo que bañarme, a las cinco de la mañana, con al menos unos 4º bajo cero en el exterior. Sin pensarlo mucho, marco mi camino hacia mi baño, tomando todo el tiempo del mundo para meditar sobre el frío a mi alrededor. Cuando cierro la puerta, me desvisto, tiritando y con mis dientes castañeando. Abro de golpe la llave de agua caliente y espero que el vapor inunde el baño. Me lanzo a la ducha, soltando un quejido cuando el agua hirviendo golpea mi cuerpo. Unos segundos me bastan para relajarme y disfrutar del baño.

A las 6:30 de la mañana estoy lista. Me ojeo en el espejo una última vez antes de tomar mi mochila y mi celular. Le escribo un mensaje a Seokjin, avisándole que ya voy saliendo a la universidad. Él es el que vive más cerca de todos de esta, por lo que a él no le molesta llegar un poco más temprano para acompañarme.

Pero, hay un pequeño detalle: no encuentro las llaves de mi auto. Luego de perder cinco minutos, buscando sin reparo las llaves en cada posible lugar de mi cuarto, recuerdo que estoy siendo verdaderamente estúpida. Pues, Taehyung se quedó con las llaves anoche.

Irrumpo en su cuarto, envidiando tanto su poco compromiso e interés en sus clases de la universidad. Está todo explayado en su cama, con una pierna sobresaliendo de su cobija y casi todas sus almohadas desperdigadas por todo el suelo.

Tomo la más cercana a mí, y la lanzo hacia él. Interrumpo un ronquido profundo que estaba iniciando, exaltándolo con el golpe del material esponjoso.

—¿Qué pasó? — espeta, abrumado por lo repentino de su despertar. Gira sobre su costado, restregando sus ojos con violencia para luego fijar su atención en mí—. Oh, eres tú, Hye... ¿qué sucede?

—Las llaves de mi auto para ir a la universidad— mi mal humor es palpable, así que extiendo mi palma en un clásico gesto de "dame eso" —. Ya sabes, no todos tenemos la suerte de no preocuparse por la universidad.

Él lloriquea falsamente, incorporándose un poco. Junta sus manos, y las frota entre sí, haciendo la seña de una petición.

—Por favor, préstame tu auto por hoy. Sólo por hoy— pide, y parece un niño pequeño rogando por otro juguete nuevo.

Exhalo con fuerza, cruzándome de brazos.

—¿Qué pasó con tu auto? — digo, para nada sorprendida de este escenario.

—Olvidé hacerle cambio de aceite. Está de nuevo en el mecánico—confiesa, escondiéndose en su flequillo castaño.

Prometí no volver a molestarme con él por su personalidad en sí. Es olvidadizo y descuidado, y eso es parte de él, pero, a este punto deseo matarlo tanto y sólo preservar sus órganos en caso de que necesite un trasplante de riñón o de corazón.

Extrema Obsesión, Min Yoongi.[REESCRITA] [TERMINADA] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora