Extrema Obsesión, Min Yoongi.[REESCRITA] [TERMINADA] ✅

c u a r e n t a y s e i s

Antes de comenzar el capítulo, olvidé decirles que las vacaciones de Sunghye y Yoongi en Bali serán un spin- off de pocos capítulos que haré después de que termine Extrema Obsesión. 

Faltan 4 capítulos para finalizar...

espero disfruten...

A partir de aquí, esto comienza a escalar. 

btw, el capítulo tiene 8436 palabras, se les pasará volando, pero es porque ya tengo 1004 páginas en el archivo de word de EO. 

—¡Sunghye! ¡Espera! — Yoongi si quiera le da tiempo de bajarse de la camioneta, cuando ya estampé con fuerzas la puerta del copiloto al bajarme y hacer mi camino hacia su casa—. ¡Hye!

Lo ignoro a más no poder, no he dejado de temblar y estremecerme desde que me subí a su camioneta, si quiera puedo verlo a la cara sin sentir todo un desastre dentro de mí; en estos momentos soy un caos. Al menos logré dejar de llorar a mitad de camino, cuando mi confusión se sustituyó por molestia y frustración.

Introduzco el código de seguridad de la puerta de su casa. Cuando la puerta pita, desbloqueándose, la abro sin delicadeza. Inclusive, me importa poco si casi se la estampo en la cara a Yoongi. Me dije a mí misma que iba a ignorarlo por unas cuantas horas, encerrándome en su habitación o algo así, pero apenas lo escucho cerrar la puerta, pierdo de nuevo todo el control que había logrado construir.

Me giro sobre mis talones, enfrentándolo con todo el caos de sentimientos que estoy intentando manejar. Camino a grandes zancadas hacia él, y cuando estoy lo suficientemente cerca, lo miro con toda la molestia que soy capaz de plasmar en mis facciones.

—¡Tienes veinte malditos segundos para decirme absolutamente todo de ti, Min Yoongi! — lo amenazo, temblando a causa de la descarga de adrenalina y sintiendo como mis ojos pican de nuevo por las lágrimas.

Yoongi alza sus manos, en un gesto de que está indefenso. Quiero creer en la cruda confusión que desborda, pero tengo tanto miedo que hasta soy incapaz de creerle del todo. Esto me duele tanto, que a duras penas siento que puedo respirar.

—H-Hye, sé que estás alterada, asustada, puedo notarlo, pero, ¿Cómo esperas que entienda qué me estás pidiendo si no sé qué pasó allá? — dice, notándose tan nervioso como yo. Está tan desesperado, que no deja de pasar las manos por su rostro y su cabello—. Por favor, explícame qué pasó, Hye...

Él decide arriesgarse, estirando sus manos para sujetar mi rostro, ambos dudamos unos segundos, él deteniéndose y yo apartando un poco mi cara, pero cuando nuestras miradas se cruzan, y sé que compartimos por un momento nuestros propios miedos evocados en esta situación, nos permitimos tocarnos. Mi respiración se vuelve inestable cuando él acuna mi rostro, las lágrimas son más difíciles de controlar y el miedo que no he dejado de sentir crece.