Extrema Obsesión, Min Yoongi.[REESCRITA] [TERMINADA] ✅

c a t o r c e

Bueno, prácticamente me he quedado sin uñas a lo largo del transcurso de la mañana, ¿Por qué? Fácil. No es sencillo tener un equilibrio mental cuando Yoongi fisgonea en mi habitación con sumo interés. Es tierno, y a la vez embelesante ver como ese extraño y peculiar ser estudia todo mi cuarto con detalle.

Luego de su repentino beso en la mañana, y su extraña reacción, le pedí que me trajera a casa para poder darme un baño de manera cómoda, usar al fin mi propia ropa y poder así regresarle la suya. Pero, sinceramente, jamás esperé encontrármelo en mi habitación. Gracias al cielo que desarrollé esa costumbre de vestirme dentro del baño, ya que Taehyung no dejaba de fastidiar cuando éramos más pequeños.

Salgo con paso dudoso de mi baño, me cruzo de brazos, buscando protegerme de su presencia. Aparto mi cabello húmedo hacia atrás y carraspeo mi garganta. Yoongi alza una de las fotos polaroid que tengo en mi espejo, demostrándome que ya se había dado cuenta de mi presencia desde hace rato. La observa con una sonrisa ladina a medida que se acerca a mí. Viola todo mi espacio personal, haciendo que dé un paso hacia atrás en un mero acto reflejo.

—Espero no te moleste que haya entrado a tu cuarto — sonríe con malicia, acercándose millones de veces más a mí y hablándome con esa ronca voz.

Trago con fuerza, aparto mi mirada de él. 

—A éste punto... lo que viene de ti, no me parece raro ya...— mi voz se pierde a medida que finalizo mis palabras.

Demonios, siento como éste hombre me escruta sin perdón. Debo ser fuerte y marcar mi distancia. Más ahora que estamos solos en mi casa. Mis padres siguen de viaje en China con Taehyung, y Choi no regresa hasta el lunes.

En estos momentos, mucho de mí está en peligro. Él hace que esté en peligro.

Yoongi ríe divertido, nuestras miradas se juntan de pronto. Ambos nos sostenemos la mirada por unos largos segundos. Finalmente, me libera de sus intensos ojos cafés. Regresa la foto a su sitio, para luego caminar hacia mi cama y dejarse caer sobre ella. Apoya sus dos manos detrás de su espalda y me observa con detalle. Su mirada se enmarca por su lindo flequillo azabache alborotado. Está vestido con una camiseta negra holgada, la cual tiene un peligroso cuello en "V". Sus pantalones de gabardina negra, se entallan en su figura. Ah, demonios, debo ser fuerte.

Regreso mis pasos, para buscar las pocas prendas de ropa que tengo de él en mi armario. Ya están dobladas, lavadas y planchadas por mí. Él alza una ceja cuando dejo toda su ropa sobre su regazo, pero manteniendo mí distancia de él.

—G-Gracias... por tu hospitalidad y amabilidad...— mascullo. Muerdo mi labio, nerviosa.

Procuro apartarme lo más que puede de ése ser y mi cama. Creo que esa ecuación es la más peligrosa que ha existido en mi corta vida.

Sin embargo, él nota mi reticencia y ansiedad latente. 

—¿Por qué no te acercas? — musita por lo bajo. 

Deja la ropa sobre la cama, se incorpora un poco y estira su diestra con lentitud, haciendo una seña con la misma, pidiéndome que me acerque a él.

No, no y no. Yoongi y su incesante mirada recorriéndome, es una suma peligrosa. Niego ante su pedido, no soy masoquista. Señalo la puerta de mi habitación con un ademán de mi mentón. 

— ¿Qué haces en mi habitación? N-no deberías estar aquí... más cuando te dije que me esperaras en la sala...— ¿Así planeas darle una imagen autoritaria? ¡Ja! Pareces un gatito tembloroso y desamparado, Hye.

Yoongi se encoge de hombros, se levanta de la cama y acorta la distancia conmigo. Pego un respingón apenas siento sus manos tocar mi piel. Recorre mis antebrazos con sus lánguidas y masculinas manos con lentitud; causando que mi piel se erice con los leves roces de su caricia. Abro los ojos, entre una mezcla de asombro y pánico latente cuando siento como su aliento golpea en mi rostro. Oh, Dios. Muy cerca, está muy cerca.