Bebo un sorbo largo y profundo de mi copa de champaña; la dejo vacía, ni una gota de alcohol sobra en el fondo del cristal. Mi corazón no deja de latir con fuerza, tampoco puedo dejar de temblar; Dios, todo mi cuerpo está tenso.
Son las nueve de la noche. La fiesta empezó hace como una hora, y Yoongi todavía no ha llegado.
Mil y un escenarios invaden mi mente sin piedad, pero el más doloroso; este que no me ha dejado en paz ni un segundo, es ese donde Yoongi no vendrá esta noche.
Ese donde la presión de decirle a mi padre que estamos juntos fue mayor a su voluntad de ser mi novio.
No puedo dejar de pensar que Yoongi huyó, y no lo veré nunca más.
Sí, el miedo, los nervios, más el alcohol, me hacen ser más dramática y catastrófica que te costumbre.
Reviso mi teléfono como por millonésima vez en lo que va de noche, chequeando su última hora de conexión. Hace cuatro horas no entra en kakao...
¡Dios, no sé qué pensar!
Agito mi pierna, guiada por mi cruda ansiedad. De pronto, Jungkook coloca su mano sobre mi espalda, dándome unas palmaditas para tranquilizarme.
—No sé qué debería señalar en estos momentos; si el hecho de que te ves hermosa, o el hecho de que estás temblando de los nervios, Sungnie.
—Kook...gracias...—susurro, presionando el puente de mi nariz. No voy a atacarlo, él está intentando ser agradable, está ayudándome, eso es todo. Exhalo controlando mi temperamento un poco—. Lamento estar fastidiándote con mi inquietud...
—No me fastidias, en lo absoluto— él se inclina un poco, buscando mi mirada. Sus dulces ojos brillan cuando lo veo—. Ya verás que todo saldrá bien. Conozco a tu papá, sé que él actuará con serenidad.
—Eso espero...— digo bajito, regresándole la sonrisa agradable.
No puedo creerle a Kook, porque yo sí conozco a papá, y sé qué clase de reacción puede tener. Eso... me asusta. Tengo miedo de cómo papá vaya a tomar esto.
Jungkook suspira, sin poder decirme más nada, mientras frota con cuidado su mano sobre mi espalda. Sé que está intentando distraerme, tal vez... debería agradecer su halago, ¿debería halagarlo de regreso? Porque lo cierto es que él también se ve guapísimo, con esa jacket modelo atelier de Christian Dior azul, y sus pantalones a la medida del mismo color, se ve... fantástico. ¡Ah! ¡Mi mente está demasiado abrumada en estos momentos como para preocuparme por el halago de Kook!
—Creo que deberías mencionar lo obvio, y eso es que Hye está ahogando su sentido común en la champaña de la fiesta— Seokjin se cruza de brazos, mirándome con malicia. Él bebe un poco de champaña también, dejando la copa en la bandeja de uno de los meseros en el momento preciso—. ¿Cuántas llevas ya? ¿Diez copas?
—Si no quieres que parte de esa champaña sea derramada sobre tu blazer de Saint Laurent, por favor, no digas más— gimoteo, dejándome caer sobre la mesa que papá dispuso para mis amigos y los de Taehyung, cubriendo mi rostro entre mis manos—. En serio, no estoy de humor.
—Hye, respira. Estás un poco agresiva. Deberías estar disfrutando esta cena, más que en parte es para el cumpleaños de ustedes dos— Nanhee procura que baje mis defensas. Ella está sentada junto a Minhyuk, acurrucada en su hombro, puesto que Hyuk rodea sus hombros con su brazo—. En serio, come, bebe un poco más; sólo... relájate. Todo saldrá bien y ya verás que podrás tener almuerzos familiares donde Yoongi esté incluido.
Es fácil pedir que me relaje; que me calme. Claro que es sencillo pedirlo cuando no estás en mi lugar. Los padres de Nanhee adoran a Minhyuk, así como los padres de Hyuk quieren a Nanhee. Es sencillo estar tranquila para ella, que pueda estar acurrucada en el hombro de su novio, frente a todos, como si nada. Y no es que me molesta, estoy en extremo feliz por ella. Pero no dejo de considerar que es fácil para ella esta situación, no comprende del todo la ansiedad asfixiante que estoy sintiendo.
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Extrema Obsesión, Min Yoongi.[REESCRITA] [TERMINADA] ✅
FanfictionCualquiera que conociera a Kim Sunghye podría morir de envidia, y ¿Cómo no? Si era el estereotipo de la estudiante de medicina perfecta. Con el índice más alto de todo su año, la admiración y respeto de muchos profesores, además de un novio dulce y...