Extrema Obsesión, Min Yoongi.[REESCRITA] [TERMINADA] ✅

t r e i n t a y c u a t r o

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Hago un puchero, desanimada cuando Yoongi se detiene frente a su camioneta. Es temprano todavía, es un poco más de la medianoche, pero eso es temprano para dos jóvenes... Bueno, una joven en sus dulces veinte— casi veintitrés— y un joven que está comenzando a añejarse porque está entrando a sus treinta.

Miro de reojo a Yoongi, escrutándolo disimuladamente mientras rebusca con su mano libre las llaves de la camioneta. Él se mantiene concentrado en su teléfono por los momentos, así que, aprovecho para dedicarme a verlo. Y Dios...

Yoongi envejece como el vino.

Termino distrayéndome por completo mirando a Yoongi. Me detengo en sus masculinas manos, viéndolo tipear en su teléfono algún mensaje; las venas del dorso de las mismas hacen que se vean tan... ¡ah! Sus manos son perfectas. Sigo mi recorrido, ahora fijándome en su rostro; está tan concentrado leyendo algo que su ceño está fruncido, sus labios se mueven como si leyera el mensaje en voz alta, pero de manera inaudible. De la nada, alza su ceja izquierda.

Y me ha matado. ¿¡Cómo puede ser tan jodidamente atractivo?! Necesito calmar esta desesperación repentina antes de que no pueda soportarlo más.

No puedo dejar de verlo, escrutando y fijando en mi memoria cada elemento perfecto de él que lo hace destacar. Pero es que él rebasa los límites de lo que yo consideraba "apuesto" hasta este punto.

Estoy saliendo con un hombre verdaderamente perfecto.

No...

Mi novio es un hombre verdaderamente perfecto.

De pronto, la mirada de Yoongi choca con la mía. Él parpadea sorprendido de haber descubierto que lo estaba viendo fijamente. ¡Ah! ¡Obvia, fui muy obvia! Aparto mi mirada de la manera más torpe de la que soy capaz, agachando mi cabeza hacia mis manos. ¿Dónde dejé mi discreción?

Escucho su risa tranquila, para a los pocos segundos decidir acelerar mi corazón al acercarse. Mi corazón se desboca millones de veces más cuando rodea mi mentón con sus firmes dedos. Presiona con tal cuidado que me hace alzar la mirada. Yoongi me mira, con una sonrisa suave, cálida.

—¿Por qué te avergüenzas? — murmura con ronca voz, y el vaho de su aliento al encontrarse con el frío aire exterior la hace más satisfactoria de oír.

Yoongi se inclina más hacia mí, permitiéndome ver como el color café de sus bonitos ojos reluce pese a la oscuridad. Es impresionan la facilidad con la que él logra aturdirme con su mera presencia.

Trago con fuerza, relamiendo mis labios en un gesto ansioso. Niego torpemente. Debo verme tan tonta...

—¿Por qué dices que estoy avergonzada? — y mi pregunta fuera creíble, si mi voz no temblara y mis palabras se trabaran de manera perceptible.