v e i n t i d o s

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Suelto un suspiro largo, reclinándome contra una de las paredes del pasillo que lleva a los cubículos, donde se encuentran los pacientes internados. Ésta era nuestra segunda semana en el servicio de medicina interna, y, aunque se supone que somos tres en el servicio, Hoseok y yo hemos tenido que distribuirnos los ingresos de Ara; porque, ¡por supuesto que ella tiene beneficios por aquí!

No me molesta, tener que lidiar con la carga doble de pacientes entre Hoseok y yo, es beneficioso para nosotros, puesto que observamos más casos, aprendiendo más de lo que se supone, deberíamos. Sin embargo, una cosa es todo lo que uno desee aprender, y otra tus capacidades físicas y mentales.

En mi caso, yo estaba un poco más acostumbrada a un trote forzoso sobre mí. Cuando entrenaba, mis rutinas eran arduas y rudas. Los siete días de la semana, por más de quince horas al día, estaba en el gimnasio, o sobre el hielo; a tal punto, que me adapté a sobrellevar muy bien el agotamiento físico y mental.

Pero... ¿Hoseok? Bueno, creo que con sólo verlo justo ahora, totalmente derrotado por el cansancio sobre uno de los escritorios del servicio, con su cabello castaño alborotado y unas sombras violáceas profundas debajo de sus ojos, basta para saber que el pobre está costándole más de la cuenta.

Suspiro, de nuevo, entrelazando mi mano en el cabello de Hobie. Me frustra tanto no poder hacer nada para aliviar su cansancio. Sólo, puedo estar ahí para él y apoyarlo cuando él me lo pida. Lo único que puedo hacer es intentar detenerlo un poco cuando se presiona hasta su límite, no logrando nada, pero, al menos, es algo...

Sé que Hoseok quiere ser médico con cada célula de su cuerpo. De los cuatro, él es el que más ha sufrido para llegar hasta acá. Desde que su padre falleció, Hobie es el que se ha encargado de buscar ser el nuevo pilar de su familia. Su madre es abogada, por lo que, aunque está en una buena firma, y posee un buen puesto, casi siempre tiene que estar viajando y trabajando hasta altas horas de la noche, para así poder lidiar con los gastos. Él quiere que su mamá deje de forzarse tanto; quiere ser el nuevo sustento de su familia.

Por ello, lucha porque sus notas sean altas; lucha por destacar de todos y realmente ganar toda la experiencia posible que nos permitan, para así ser un gran profesional. 

Y si puedo ayudarlo en esa lucha, lo haré. Siempre, lo ayudaré.

Tomo su carpeta donde tiene las historias de todos sus pacientes, más la tanda que le tocó de Ara y las apilo junto a la mía. Camino hacia el pabellón de los pacientes, abriendo mi carpeta para ir revisando la historia clínica de mi primera revisión de ésta ronda. Inhalo, armándome de energía.

Bien, hoy será una tarde larga.

Una vez me siento lo suficientemente preparada para ir con el primer paciente, abro la cortina, saludando de manera tranquila.

Tú puedes, Sunghye... tú puedes....










Oculto mi cabeza entre mis brazos, apoyándome sobre uno de los escritorios de la recepción de las enfermeras. Sigo de pie, pero siento que me voy a desvanecer del cansancio. Ocho pacientes, con un cuadro clínico peor que el anterior, pero, lo logré, terminé con las rondas de hoy. Mi cabeza punza, me siento mareada porque no he comido absolutamente nada, y siento ese hormigueo característico en mi cerebro, por todo el cansancio y sueño retenido.

Extrema Obsesión, Min Yoongi.[REESCRITA] [TERMINADA] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora