Capítulo 7

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Los días transcurrieron con relativa calma. Por lo menos Naruto no había intentado nada. Aunque Sakura no entendía el repentino cambio de actitud en el, no lo cuestionaba. No hablaban mucho cuando estaban juntos además de un "no me gusta ese ritmo" o "cambia la canción" por parte de el. Por lo menos no era hostil con ella, tampoco era amable pero el hecho de que no opusiera resistencia con respecto a su cercanía le daba un poco más de confianza.

Todas las mañanas ella le llevaba el desayuno y permanecía con el hasta que terminara. Sasuke y Sai se aseguraban de que no hubiera en la habitación ni en el baño algún medicamento u objeto con el que el pudiese hacerse daño. En las tardes, luego de la comida, Sakura tocaba el violín para el, y Naruto se limitaba a sentarse en su sofá reclinable y a escucharla como sumergido en un trance, perdido en sus propios pensamientos. Más de una vez ella estuvo tentada a preguntarle que pensaba pero se detenía un instante antes. Estaba segura de que no le respondería nada. Sería inútil. Sospechaba que pensaba en Hinata y no quería que el viera su reacción cuando lo admitiera. Esa noche, luego de pasar horas encerrada con Naruto se encontró a Sasuke. En el tiempo que llevaba ahí, nunca había hablado a solas con el.

-Hola Sakura, ¿Que tal ha ido?- preguntó el.
-Pues igual que los otros días, supongo -se encogió de hombros- por lo menos no me impide que haga mi trabajo, pero tampoco colabora, la mayoría del tiempo parece que está en otro lado.
-Debes tenerle paciencia, el no es una persona muy abierta, o por lo menos no desde lo que pasó con Hinata.
-Antes no era así -no fue una pregunta sino una afirmación- seguro que el sonreía mucho.
-¿Por que lo dices?
-No lo sé -respondio ella- simplemente me da esa sensación.

Comenzaron a caminar en dirección a la sala.

-¿Cómo terminaste en este trabajo?

Sasuke sirvió un par de copas de vino y le tendió una a ella. Sakura le dio un pequeño trago.

-Hago esto porque cuando tenía veintidós me violaron.

Sasuke escupió un poco de vino y se atragantó con el resto. Ella lo socorrio dándole palmaditas en la espalda.

-¿Tu q-que? -Sasuke no podía ni hablar bien- ¿Y tu eras... ya sabes...? -en el momento que las palabras salieron de su boca quiso patearse el trasero ¿Por que le había preguntado eso?

-Respondiendo a tus preguntas, si, me violaron y si, era virgen -dijo ella tan natural como si hablaran del clima.

El la veía como si le hubiera crecido otra cabeza. Sakura se rió. La verdad le hizo gracia su expresión perpleja.

-No pensé que a ti te... -Sasuke no continuó. Todavía estaba medio aturdido.
-¿Me hubiera pasado eso? Si, lo he escuchado antes -ella se encogió de hombros- se que no es algo que se diga en una conversación normal, pero no tengo ninguna razón para avergonzarme por ello. Aunque recibí la ayuda necesaria, hizo falta de mucho tiempo para convencerme a mi misma de que lo que pasó aquel día no fue de ninguna manera culpa mía.
-¡Pues claro que no! Definitivamente hay algo muy mal con esas personas. No hay nada que justifique sus actos, me repugnan y más aquellos que dicen que los sedujeron. Una persona no puede ser seducida si no quiere serlo, punto.

Sakura lo observó con una sonrisa en los labios.

-Es cierto.
-De todas maneras, debe ser terrible ser una víctima de... -dudó- violación.
-Prefiero pensar en mi como una sobreviviente. Sobreviví a la violación, a las habladurías de la gente. Sobre todo sobreviví a mis miedos. No odio a todos los hombres ni nada por el estilo. Me recuperé, por eso quiero ayudar a la gente. Por que alguna vez estuve así, pensando que no había salida. Que no valía la pena la vida. Pero no es así.
-Por eso te empeñas tanto con Naruto ¿No?

Sakura se sonrojo. Bajó su vista a la copa y le dió otro trago. Suspiró.

-Si.

A Sasuke no le impresionó la respuesta de ella, era lógico, pero a Naruto si. Cuando ella se marchó de su habitación escuchó las voces amortiguadas y aunque no sabía muy bien por que, sintió curiosidad de saber si hablaban de el y que era lo que decían. Luego de que logró reunir el valor suficiente para acercarse a escuchar, se encontró con que Sasuke y Sakura ya se alejaban. No pudo evitar pensar que ese par hacia una estupenda pareja. Inmediatamente después, una ola de rabia y celos lo golpeó ¿Que tonterías estaba pensando? Iba a regresar cuando escucho a Sasuke preguntar "¿Cómo terminaste en este trabajo?" Y su diablillo interno lo obligó a seguirlos.

Después de lo que había escuchado, no supo de donde le había llegado aquel impulso de correr hasta Sakura y estrecharla entre sus brazos mientras ella escondía su cara en el hueco de su cuello y el aspiraba el perfume de cerezos que desprendía su cuerpo.
Sin embargo apretó los puños y regresó a su cuarto. Sabía lo que ella planeaba. Arrastrar a su mejor amigo a su territorio para evitar que se deshiciera de ella fácilmente. Todas eran iguales, pensó. Unas mentirosas manipuladoras. Parecen ángeles pero en realidad son el demonio. El recuerdo de aquella mujer que lo había engañado lo enfureció. Estaba haciendo lo mismo que ella, estaba seguro. Abrió la puerta de su habitación y las ventanas de su nariz fueron azotadas por el aroma a cerezos. Repudió más a Sakura por ello. A Sakura y a aquella mujer. A todas las mujeres. Su cerebro se llenó de imágenes de Hinata y apretó los dientes con tanta fuerza que se sorprendió de no haberselos quebrado. No podía. A pesar de todo, a ella no podía odiarla. Ni a ella ni a la tierna niña de sus sueños, aunque fuera un producto de su atolondrada imaginación.

Cerró la puerta y se acostó para intentar dormir. Pero Sakura seguía torturandolo. La odiaba, si. Pero odiaba más al hombre que le había hecho aquello. La detestaba, pero detestaba más sus ganas de querer asesinar al tipo que la había mancillado. Bastardos cobardes, en su opinión. Que no saben que cuando una mujer dice no, es no. O más bien, no son lo suficientemente hombres como para aceptar una negativa. Se convenció de que Sakura no mintió en ningún momento sobre lo que dijo. Sasuke no se dio cuenta pero, el si percibió el toque de dolor con el que ella hablaba, por que era el mismo que el usaba. El no era tonto. Por muy buena actriz que fuera no podría fingir algo así. Todo lo que contó era cierto.

Estaba pensando demasiado, se dijo. Con un suspiro cansado se levantó de la cama. Su reloj le dio la hora: 1:40 am. ¡Demonios! ¿Ya había pasado tanto tiempo? Llevaba horas dándole vueltas al asunto. Maldijo a Sakura de nuevo. Ahora por su culpa no podía conciliar el sueño. Se puso de pie y deambulo por la habitación. Se dirigió a su tocador observando su reflejo en el espejo. La última vez que se vio en el, Hinata estaba a su lado. Trató de visualizar aquella imagen. Lo consiguió pero se sintió feliz y destrozado al mismo tiempo. Entonces la imagen fue rápidamente sustituida por otra. Unas pequeñas y delicadas manos se realizaron por su torso desnudo desde su cintura hasta cruzar su pecho. No logró evitar posar sus manos sobre las pequeñas. Se sentía tan bien que decidió ignorar la advertencia de su cerebro. Notó un delicado cuerpo apoyarse en su espalda y el delicioso calor de unos suaves pechos desnudos aplastados contra el. La mujer tras el liberó un suspiro de satisfacción, como si acabara de hacer el amor. Naruto se giró manteniendo cautiva una de sus manos en su cuerpo y luego la miró. Ahí estaba Sakura observandolo. Una brillante sonrisa adornaba su hermoso rostro. En sus ojos podía distinguir el deseo y algún otro sentimiento que no logró identificar. Su pulso se aceleró. Bajó los ojos a sus labios y los descubrió hinchados, no tenía idea de cómo pero sabía que lo habían provocado sus besos. Pero tenía que alejarse de ella. Su cuerpo no obedeció y se acercó para besarla otra vez. Un momento antes de besarla supo que le había dicho algo, y a pesar de que fue su propia boca la que se movió, no entendió ni escucho ninguna palabra. Entonces despertó. Naruto estaba bañado en sudor frío y con una considerable erección bajo sus pantalones.

-¡Maldita sea! -dijo y se levanto- ¿Cuando me quedé dormido? ¿Y por que demonios estoy soñando eso?

El sueño le pareció tan real que tuvo que pellizcarse varias veces antes de decirse con toda seguridad que estaba despierto. Se encaminó al baño y se metió bajo el chorro de agua fría. ¡Santo cielo! ¿Que era, un adolescente? Salió y envolvió su cuerpo en una bata, miro el reloj: 4:00 am.
Seguro como el infierno que no podría volver a dormir, y si lo hacía soñaria con ella. Con Sakura.
Aterrado por esa certeza, abrió la puerta y huyo del cuarto.

Promise meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora