Capítulo 15

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Aún después de haber llamado a Tenten, Sakura no se sentía ni un poco tranquila y todo había sido por culpa de la cerda, lo mejor sería que se calmara y se concentrara en lo que había logrado con Naruto, quizá eso la ayudara a dormir.

A la mañana siguiente extrañamente nadie además de ella y Naruto se presentaron al desayuno, mientras comían el la miraba, notó por su semblante que ella no parecía estar en ese comedor con el. Sakura ni siquiera escuchó que el la llamaba hasta que Naruto chasqueó los dedos frente a ella.

-¿Eh?- parpadeo ella.
-¿Estás bien?
-Si, si es que... me preguntaba a donde había ido la cerda.

Naruto soltó una risita.

-Sai me dijo que tenía que salir un rato.
-¿Salir?

Naruto se encogió de hombros.

-Algo de un trabajo y una oportunidad única, o algo así, la verdad no le puse mucha atención dattebayo.

El se rió nerviosamente, no pensaba confesar ni bajo tortura que se había distraído pensando en ella.

-¿Y tu que hacías despierto tan temprano?
-Quise salir a correr un rato. -El ya se había dado cuenta de que había un sistema de seguridad en su casa, le lanzó aquel anzuelo para ver si Sakura decía algo pero ella no se dio por aludida. Sakura-chan era muy lista.

-¿Sasuke también salió con ellos?
-Al teme le gusta desaparecerse así, ya lo veremos luego -suspiró. No pudo evitar ponerse celoso... sólo un poco, así que cambió de tema rápidamente- ¡Salgamos Sakura-chan!

Ella abrió los ojos enormemente ¡La había llamado Sakura-chan! Naruto también se había dado cuenta de ello, se le había salido sin querer, estaba tan acostumbrado a referirse a ella de ese modo en sus pensamientos, que no pensó demasiado. No iba a retractarse, no quería verse como un idiota. Ella, sin embargo, lejos de molestarse por el mote cariñoso más adecuado para una niña, le dedicó una sonrisa tan brillante, que Naruto consideró seriamente usar lentes oscuros por miedo a quedarse ciego. Sería una buena forma de perder la vista. Aunque si lo pensaba mejor, no quería quedarse ciego, debía volver a ver esa sonrisa.

-¿A donde quieres ir? -le preguntó ella.
-Er... bueno... -Naruto se rascó nerviosamente la nuca- no pensé que llegaría tan lejos dattebayo.

A Sakura le hizo gracia que el se pusiera tan nervioso. Naruto de a poco volvía a ser el de antes, incluso había comenzado a soltar su "dattebayo" algo que hacía cuando se ponía nervioso o estaba muy feliz.

-Entonces -dijo ella- supongo que yo puedo elegir el lugar ¿No?
-Por supuesto -respondió él.
-Bien, vamos.

Sakura lo tomó de la mano y lo jaló fuera de la casa. Estaba tan emocionada que incluso iba corriendo, pero no importaba. Si el no se quejaba, lo trataría como antes. A Naruto le palpitaba como loco el corazón, así que tomó con más fuerza la pequeña mano de Sakura y corrió tras ella. La joven notó su gesto y aún corriendo lo miró sobre su hombro con otra brillante sonrisa que el no pudo evitar corresponder con la misma intensidad. Diablos. Naruto, estás en un gran problema, se dijo el. Pero no le importaba, si tenía que seguirla hasta el fin del mundo para verla sonreír así todos los días, por Dios que lo haría.
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El centro de Konoha era un hervidero de personas incluso a esa hora de la mañana, Ino y Sai caminaban a la par rumbo a unas oficinas, concretamente el teatro Senju, ahí se presentaban los espectáculos más importantes de la ciudad. Sai sabía que al presentarse Ino Yamanaka en un lugar así significaría una alza para su carrera.

-Oye Sai ¿Cómo hiciste para conseguir una cita con Tsunade Senju? Sabes que esa mujer es...

-No fue cosa mía -la interrumpió Sai- fue Tsunade-sama, dijo que necesitaba innovación, carisma, encanto...

Promise meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora