Capítulo 17

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Despues de que Naruto terminara la llamada habia llevado a Sakura a cenar. Estaban en un pintoresco restaurante llamado Ichiraku, que según Naruto era el mejor de todo el mundo. Sakura no estaba muy convencida de eso pero como el siempre había sido muy bueno para comer, tendría que darle crédito a su elección. Una vez dentro, el sugirió que probara su plato favorito, el ramen. El señor Teuchi, dueño del restaurante rápidamente sirvió lo que pedía su cliente favorito. Cuando Sakura vio el plato, poco le faltó para que le golpeara la mandíbula en la mesa.

Y es que, el plato en cuestión, era ramen, si, pero era una montaña de ramen ¿Para que demonios había dejado que Naruto pidiera por ella?

-Come Sakura-chan, el ramen es mejor recién servido -dijo el alegremente y se dispuso a comer.

-No estoy segura de que pueda comer todo esto -respondió ella.

-Claro que si, ya verás como te quedas con ganas de más.

-¿Insinuas que estoy gorda? -de repente estaba molesta.

Naruto se atragantó. Luego se limpió rápidamente la boca con una servilleta.

-Para mi estás preciosa Sakura-chan.

Eso puso fin a su conversación porque el rostro de Sakura se tiñó de todos los tonos posibles de rojo. Bajó la vista a su plato. De repente no tenía hambre. Sentía que se había tomado veinte energizantes. Para no hacer sentir mal a Naruto prácticamente devoró su plato. Cuando finalmente se atrevió a mirar al joven sentado frente a ella, vio que el ya iba por su quinto plato. Se echó a reír mientras lo miraba. Naruto levantó la vista hacia ella todavía con algo de sopa en la boca, Sakura se rió todavía más. Pronto el estaba riendo también. Sorbio el resto de la sopa y ella tomó una servilleta para limpiarle la cara. Ahora fue el turno de Naruto para ponerse rojo. Sin embargo, no pudo evitar soltarle a ella una sonrisa.

Mientras tanto, la hija del dueño del local, Ayame, comentaba entre susurros a su padre:

-Parece que atraparon a Naruto.

-Ella debe ser muy especial si la ha traído aquí. Ichiraku es especial.

La joven se rió bajito.

-Es la primera vez que lo veo acompañado de una mujer aquí.

-Eso es porque Naruto me dijo un día que si traía a una chica aquí, ella sería la indicada.

-¿Crees que recuerde eso?

-Probablemente no.

-No importa. Se nota a leguas que están enamorados. Hacen una hermosa pareja -chilló una sonriente Ayame.
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En otra zona de Konoha.

A Karin había muchas cosas que no le gustaban, entre ellas estaba la molesta sensación de sentir que alguien la observaba. No era la primera vez que la tenía, pero si la primera en la que se sentía tan incómoda. Ella siempre se había considerado una persona sumamente observadora, pero estar del otro lado era completamente desagradable. Se obligó a relajarse lo mejor que pudo y continuó con su cena.

De pronto, una idea estúpida cruzó su mente: ¿Y si de verdad alguien la seguía? ¡Peor todavía! ¿Y si era el quien la seguía? ¡No! No podía ser tan ilusa. ¿Cuando iba a dejar de hacerse ilusiones? ¿Cuando iba a crecer y olvidarse de el? Ya sabía que el no correspondía a sus sentimientos, pero a veces le gustaba recordar como eran las cosas antes de que ella llegara. Antes de que Hinata Hyūga se metiera donde no la llamaban. Karin suspiró. Aún después de irse, Hinata seguía alterando sus vidas. La rabia creció dentro de ella con el recuerdo de lo sucedido aquella maldita noche. ¡Era su primo! ¿Cómo pudo hacerle algo así? Karin Uzumaki odiaba perder el control por algo que sucedió hace tanto tiempo pero no podía evitarlo. Pagó su cuenta en el restaurante y se dirigió a su casa lo más rápido que pudo, tenía ganas de llorar pero no quería que nadie la viera, si iba a mostrarse débil lo haría ante ella misma. Cuando iba a entrar a su edificio, se dio cuenta que había alguien afuera esperandola. Karin apretó fuerte los dientes y se tragó las lágrimas que querían salir. Él se acercó a ella. Karin rodó los ojos y siguió de largo ignorandolo.

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