Promise me

Capítulo 4

Naruto se levantó molesto pues los golpes no paraban. Abrió con violencia la puerta encontrándose con Sakura.

-¿Qué quieres? ¿No es muy temprano para que vengas a molestar?- dijo Naruto.
-Son las once de la mañana- respondió ella.
-Precisamente.

Sakura resopló.

-Oye, no puedes pasarte toda tu vida encerrado ni mucho menos acostado en esa cama.
-Bueno no tendría que hacerlo si todos ustedes no fueran tan jodidamente molestos y me dejaran sólo de una buena vez.
-Que lástima por que eso no va a suceder. Te diré lo que va a pasar ahora: entrarás a tu habitación, buscaras ropa limpia y luego te darás un baño.

El no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Quien se creía que era ella para ordenarle? ¿Y por que rayos le hacía caso? Apretó los puños y se giró hacia ella. Sakura le observaba con una sonrisa de suficiencia. Señaló el baño. El la miró incrédulo antes de enzarzarse en una batalla de miraditas. Naruto soltó un suspiro y se metió en el baño, antes de cerrar la puerta la escuchó decir que tenía cinco minutos.

Cuando el cerró la puerta, Sakura dejó salir el aire que había estado reteniendo. Estaba emocionada. Era la primera vez que le ganaba en algo. Mientras esperaba, limpió el cuarto y tendió la cama. Pasó sus manos por la almohada y el edredón. Otra vez se preguntó cómo sería dormir enredada en aquellas sábanas con el. Sus fuertes brazos rodeandola. Como se sentirían los labios de el moviéndose sobre los suyos mientras le hacía el amor. En ese momento un pensamiento cruzó por su mente y la obligó a poner de nuevo los pies sobre la tierra. Ella estaba ahí por que el era su paciente. Por que estaba enamorado de otra mujer y por que quería reunirse con ella. Quizá, si tan sólo supiera cómo lucía podría entender a que se enfrentaba. Ya sabía la clase de persona que era pero aún así... y el hecho de que ella hubiese muerto de aquella forma, no le parecía motivo suficiente para que el quisiese morir también. Tenía que sacarle la información a Naruto a como diera lugar. Y hablando de eso... Naruto ya debería haber salido. Se acercó a la puerta del baño y escuchó. El sonido del agua cayendo. Nada más. Aquel silencio la alarmó.

-¿Naruto?- tocó la puerta. No hubo respuesta- Naruto.

Llamó otra vez y le contestó el silencio. El pánico comenzó a rondarla.

-Naruto abre la puerta- golpeó con más insistencia- si no abres en este momento, voy a tirarla... Bien, te lo advertí.

Sakura se apartó un poco, luego giro sobre una pierna y con la otra le propinó una patada a la puerta, derribandola. Escaneó el lugar y con un grito entró en el baño. Naruto estaba en la bañera, sus brazos flotaban libres a los costados de su cuerpo. Cerró inmediatamente la llave del agua.

-Naruto, Naruto respondeme- lloraba- tengo que sacarte. No te dejaré ir ¿Me oyes?

Ella trató de estirarlo hacia arriba pero el era demasiado grande y pesado para eso. No había de otra, tendría que entrar. El agua ya estaba teñida de sangre pero no le importó. Se colocó alrededor de su cuerpo, luego lo pensó mejor. No podría levantarlo en peso "que idea más estupida" pensó. Pero si podía arrastrarlo. Era un milagro que aquella bañera fuera tan grande y estuviera casi a ras de piso, como un jacuzzi. Con ayuda del agua giró su cuerpo poniéndolo entre sus piernas y se sentó en el borde. Pasó sus brazos por debajo de las axilas de el. Como pudo lo acercó a su pecho. El líquido que mojaba su cuerpo hacia difícil sostenerlo pero tenía que salvarlo, y se aferró a el como una lapa. Sakura empujó su propia espalda hacia atrás e impulsandose con las piernas, haciendo acopio de una fuerza que no creía poseer, lo arrastró fuera. Todavía medio sofocada buscó algo para cubrir sus heridas y detener la hemorragia. Amarró unas toallas en sus muñecas y luego corrió a buscar su botiquín.