Capítulo 1

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*19 años despues*
8:00 am

Sakura despertó con el sonido de la alarma. "Rayos" pensó. ¿Por qué demonios la había comprado?. Sonaba como un animal agonizando. Era horrible. Con un gruñido apagó la alarma y miró fijamente el techo. Había estado soñando con su pequeño vecino. Sonrió tristemente. La familia de Naruto se había marchado un mes después de su cumpleaños debido al trabajo de su padre.
Aquel día se había convertido en el más triste de su vida. Estando ya cerca el momento del adiós se habían abrazado fuertemente y el le dijo:

-Algún día tu y yo vamos a estar juntos otra vez, y entonces no nos volveremos a separar. ¿Oiste Sakura-chan?

Ella sólo asintió. Luego el se fue. Ella lloró durante horas después de eso. Jamás lo volvió a ver ni a saber nada de el.
Se levantó y se sentó al borde de la cama. Abrió el cajón de su buró y sacó  un marco negro que contenía el dibujo que el le había regalado. Se acostó de nuevo con un suspiro. De repente, la puerta de la habitación se abrió y una linda rubia entró como huracán.

-¡Muy bien a levantarse bella durmiente!.- Gritaba- ¡Vamos, arriba!.- Le arrancó la sábana. El cuadro se había atorado con la sábana y salió volando. Sakura pensó que se estrellaría en el piso, pero la rubia lo atrapó justo a tiempo.

-¿Que es esto?, ah un dibujo....-Analizó el cuadro- Oye esta frentona es igualita a ti.
-Es porque soy yo Ino cerda.
-Que lindo chico, ¿quien es?
-Mi amigo Naruto.
-Conque éste es el famoso Naruto. Ya entiendo por que te traía loca. Si no era nada feo.
-No.

Ino miró a su amiga.

-Frente ¿Que tienes, porque lloras?
-Sólo recordaba. -Se limpió las lágrimas que ni siquiera sabía que derramaba- Como sea. ¿Querías algo?
-¿Es en serio frentona? Hoy llega Sai a la ciudad. Prometiste que irías conmigo al aeropuerto. Vamos, deja de llorar y arreglate. Voy a preparar el desayuno.

Le devolvio el cuadro. Dicho esto salió del cuarto. Ino estaba lista. ¿Cómo no se había dado cuenta? Realmente tenía la cabeza en otro sitio.
Ino y ella se habían conocido en el primer año de Universidad, desde que les asignaron habitación juntas. Sakura estudiaba música mientras que Ino era bailarina. Habían participado juntas en varios concursos, y la verdad hacían un dueto estupendo. Sakura era violinista, aunque también tocaba el piano. Ino bailaba ballet y de vez en cuando hacía patinaje sobre hielo. Luego de graduarse habían tenido unas cuantas incursiones en el mundo del espectáculo con actuaciones en diversos teatros.
Sai, el novio de Ino, era un agente que les había conseguido un casting en uno de los teatros más populares de la ciudad. Su éxito había sido enorme. Ahí fue donde conoció a Kiba. Un atractivo empresario. Un par de meses después formalizaron su relación. Durante el tiempo que estuvieron juntos, el no dejaba de insinuarse para que tuvieran sexo. Hasta que una noche, cuando Sakura dio por terminada la relación, el la forzó. Ino y Sai habían escuchado gritos cuando entraron al departamento pero no habían llegado a tiempo. Kiba había sido arrestado y pugnaba una condena de varios años. Luego de superar su trauma, Sakura dejo la farándula para dedicarse a ayudar a personas que, como ella, hubieran sufrido traumas, con terapia musical. Enseñandoles que podían encontrar sosiego en la música y estaba más que satisfecha con ese trabajo.
Media hora más tarde iban camino al aeropuerto.

-Explícame otra vez porqué tengo que acompañarte.- Pidió Sakura.
-Ya te lo dije. No quiero estar como idiota esperando sola.

Sakura se rió. Sabía perfectamente lo que Ino quería. Iba a convertirse en su chofer personal una vez estuvieran de vuelta.

-Además .-Prosiguió Ino- Sai quiere hablar contigo.
-¿No podía esperar para eso?
-No lo se. Dijo que era muy importante.

Quince minutos después, Sakura conducía de regreso. Sorpresivamente Ino se había quedado en el asiento del copiloto y Sai iba atrás.

-Entonces -habló Sakura- que es eso tan importante que tenías que hablar conmigo.
-Bueno -dijo Sai- la verdad quería proponerte un trabajo...

Ino interrumpió.

-Sai ya te lo había dicho. Sakura no quiere volver a ese mundo.
-Amor, te prometo que ésta vez no tiene nada que ver.
-De acuerdo. ¿De que se trata?

Sakura miró al joven por el espejo retrovisor. Se veía nervioso. ¿Por qué estaba nervioso?

-Quiero que le des terapia a un amigo mío. -Soltó.
-¿Que amigo? -preguntó Sakura.
-Kurama, ¿Te suena?

Claro que le sonaba, era su pintor favorito. Nadie conocía su nombre ni su rostro porque, el, de su puño y letra había escrito detrás de un cuadro que, lo que importa no es tu cara sino, lo que transmite tu corazon. Y desde luego que tenía razón. Pero... un momento... eso significaba que...

-¿Tu lo conoces?. - preguntó Ino antes que ella.
-Desde luego. Soy su agente. -respondió Sai. Y sakura desvío un poco el coche.
-¿Como que eres su agente? -le gritó Sakura- que demonios Sai. Es uno de los pintores más famosos del mundo y sabes que me encantan su pinturas -lloriqueo.
-Nos conocimos en la preparatoria y somos buenos amigos desde entonces .-se encogió de hombros- así que si, conozco su cara y su nombre real.

Sakura casi los saca de la carretera está vez.

-Frentona cuidado -Gritó Ino.
-Perdona cerda. -ella trataba de regular su respiración.- Entonces, ¿Quieres que lo ayude?
-Necesito que lo ayudes. Está muy mal. ¿Por ahora no tienes otras terapias verdad?
-No.
-Bien. Porque de verdad necesito que te concentres en el al cien por cien.
-Haré lo mejor que pueda. Si el también me lo permite.
-No se opondrá, te lo aseguro.

El corazón de la pelirrosa latía como loco. ¿Ayudar ella a Kurama? Es cierto que era muy buena en su terapia pero... ¿De verdad podría?, ¿Que había pasado para que un alma hermosa como la de Kurama se estuviera marchitando?

Esa noche, Se arregló con esmero. Asistiría con Ino y Sai a la presentación del último trabajo de Kurama. Era una recepción sumamente elegante. Musica de vals ambientaba el lugar. Sai les habia advertido que no iba a ser lo que esperaban y, maldito fuera, tenía razón.
Aquella pintura tenía estampado el sello de Kurama en toda la tela. De eso no cabía duda. Sólo había que fijarse en cada cuidadosa pincelada. En cada sombra. Cada línea trazada. La delicadeza de sus formas y la salvaje violencia que transmitía. ¿Como sería el?
¡Dios! Había estado fantaseando con el, desde que Sai abrió su bocota y dijo que lo conocía. Pero no era momento de pensar en eso, se dijo. Observó nuevamente la pintura. Era un zorro. Si. Un gigantesco zorro de nueve colas. Estaba destruyendo una ciudad. Su boca estaba llena de afilados dientes. Sus ojos le lanzaban una fría mirada de odio puro. Casi podía ver las colas agitandose furiosas. ¿Que era eso?, ¿Por que Kurama había pintado algo así?
"Kyūbi". Escuchó la vocecita en su cabeza. La voz de Naruto. "Kyūbi" repitió. ¿Que diablos significaba eso?
Sacó su celular e investigó en Internet. No podía ser... todas las palabras ligadas a eso eran: destrucción, odio, muerte, demonio.
Una mano se posó en su hombro. La pelirrosa pegó un gritito ahogado. Era Ino.

-Debemos irnos.
-¿A donde? -preguntó Sakura.
-Te explico en el camino. Vamos.

Dejo que su rubia amiga la arrastrara fuera. Sai ya estaba en el coche visiblemente alterado.

-¡Por fin llegan! ¡Rápido suban!
-Cariño no puedes conducir así. Calmate.
-¡Pues conduce tu Ino pero suban ya!

Subieron al coche. Sakura iba de copiloto.

-¿Que está pasando Ino? ¿Por que nos vamos así?

Ino no hizo el menor caso a su amiga.

-¿A donde Sai?
-¡Al edificio central. El helicóptero está esperando. Date prisa!
-¡Ustedes dos! -Gritó Sakura- ¡O me dicen de una vez que está pasando o en este momento abro la puerta y me bajo de este puto coche!
-Vamos a Konoha -dijo Sai- Parece que tendremos que recurrir a tus terapias antes del lo que esperaba.
-¿Por que?
-Kurama intentó suicidarse.

Promise meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora