Capítulo 16

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Naruto y Sakura ya llevaban un buen rato sentados y mientras el le masajeaba los pies, ella le contaba que cosas le gustaban. Había descubierto que era pelirrosa natural, que era adicta a los dulces, una completa sabelotodo y que sus padres estaban locos. Naruto se había reído bastante cuando le dijo que su padre seguramente habría pintado su casa de verde fosforescente. Naruto pensó que el hombre debía ser un estrafalario de primera.

-No entiendo -dijo el- si dices que a tu madre no le gustan las cosas extravagantes seguramente no permitió que hiciera eso.

-Mamá puede ser un tanto seria a veces, pero dice que es mejor dejarlo actuar con supervisión a que lo haga a escondidas. Estoy segura que papá lo hace sólo para molestarla y que le grite. Una vez mamá le dijo que le encantaba la temporada de sakuras y al día siguiente papá apareció con un corte de cabello ridículo que según él era una flor.

Naruto dejó de escucharla. El padre de Sakura-chan se parecía mucho a él mismo en ese sentido. El también quería hacerla enojar sólo para que le gritara.

-Yo creo que a mamá también le gusta- concluyó Sakura.

Él no tuvo tiempo de preguntarle a que se refería porque un trueno se escuchó cerca. Muy cerca. Ambos miraron hacia el cielo cuando unas nubes gordas y grises taparon repentinamente el sol.

-¡Ah, gracias! Lo que faltaba, ahora viene una tormenta y nosotros aquí.

-No te preocupes Sakura-chan, seguramente sólo es algo de viento, pasará pronto, es muy común en Konoha.

Y como si el clima se burlara de él, comenzó a llover. Sakura giró su cabeza hacia Naruto con los ojos entrecerrados y el muy sinvergüenza sólo se encogió de hombros. Tomó a Sakura levantandola por la cintura, abrió sus piernas y la sentó en medio de ellas, luego se quitó la chaqueta colocándola sobre sus cabezas. Sakura, ruborizada, abrazó sus piernas. Se había mojado un poco, pero el calor que desprendía el cuerpo de Naruto era reconfortante.

-Parece que tendremos que esperar un poco más para irnos a casa Sakura-chan.

-Pues si.

-No te preocupes, vas a estar bien. Yo voy a cuidarte.

A ella se le aceleró el corazón. ¿Hacía cuanto tiempo que no escuchaba esas palabras? Se le aguaron los ojos y sonrió.

-¿No se supone que soy yo quien te cuida a ti?

-Se trata de dar lo que recibo. ¿Que clase de amigo sería si no te cuidara como lo has hecho conmigo?

Ella dejó de sonreír y no pudo evitar preguntar:

-¿Somos amigos?

Naruto soltó uno de los lados de la chaqueta, tomo el rostro de la joven y lo giró para verla a la cara.

-Claro que si, Sakura-chan.- sonrió.

Ella respondió a su sonrisa, se giró lo mejor que pudo y lo abrazó con fuerza. A él comenzó a latirle el corazón como loco, esperaba que Sakura-chan no se diera cuenta. Sintió un calor recorrerle todo el cuerpo y se estremeció ligeramente. Ella comenzó a temblar también. Naruto liberó su chaqueta y la abrazó de vuelta haciendo que ella apoyara su cabeza sobre su hombro, en la curva de su cuello. Fue ahí cuando Naruto se dio cuenta de lo que estaba pasando. Un nudo de nervios se apretó en su garganta. Se estaba enamorando de Sakura. Ella parecía contenta con el hecho de ser amigos, pero su reciente descubrimiento lo tenía aterrorizado. ¿Cómo iba a dirigirse con ella ahora?
Sakura noto que Naruto se había quedado tieso como tabla así que levantó la cabeza y la chaqueta se deslizó fuera, descubriendoles.

-¿Naruto?- le llamó.

-¿Si?

-No. Nada. Es sólo que te quedaste muy callado.

Promise meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora