Capítulo 21: Nada que decir.

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Cuando desperté, Pitch seguía dormido. Pobre, cayó muerto ayer. Silenciosamente me levanté de la cama, con mucho cuidado de no despertarlo. Rápido, me puse ropas cómodas y me dediqué a continuar escribiendo el libro. Me emocionaba el hecho de continuar y acabar con esta tarea rutinaria, pero al mismo tiempo me entristecía. Cada página que escribo es un paso que me aleja de Pitch. Al menos me iré sabiendo que ambos disfrutamos y aprovechamos bien nuestro tiempo juntos. Sé que lo he mencionado mucho a lo largo de la historia, pero lo diré una vez más: 'Lo voy a extrañar mucho'.

Unas horas después Pitch despertó. De reojo, observé que Pitch se asomó por la puerta y, luego de esto, se pasó de largo. Escuché que hacía algo en la cocina. Supongo que algo de comer. Unos momentos después, Pitch llegó con platos con comida. Puso uno de ellos encima de mis hojas para escribir.

-Deja eso y come. – Dijo mientras se sentaba en mi cama y comenzó a comer. Hice caso a lo que me dijo. – ¿Quieres hacer algo hoy?

-No lo sé. No pensé en tener algún plan para hacer.

-Eso no importa, tenemos mucho tiempo. ¿Quieres hacer algo, ir a algún lugar? – Siguió insistiendo.

-No, la verdad no. – dije después de pensarlo un rato. - ¿Por qué?

-Por nada. ¿Ya acabaste de comer? – Mi plato seguía lleno de comida y el de él no.

-Ni siquiera lo he tocado. – Por fin di mi primer bocado. Mastiqué y tragué lo más rápido que pude. – ¿Por qué tan apresurado, qué te pasa?

-Nada. – Dicho esto se levantó y se fue de la habitación. Yo corrí tras él. Algo me está escondiendo.

Cuando salí del cuarto Pitch azotó el plato contra la pared frente a él; haciendo que se rompiera en pedazos junto con el sonido de cristal roto. Esto hizo que me asustara. Luego de esto, se recargó en la pared y, deslizándose espaldas a la pared, se sentó en el suelo, junto a los vidrios del plato roto. Llevó sus manos a su rostro; escuchaba que decía algo en voz baja, pero no lograba descifrar lo que decía. Lenta y cuidadosamente me acerqué a él, me puse en cuclillas frente a él. Acerqué mi mano para ponerla en su cabeza.

Una vez más cerca de él, escuché con claridad lo que decía a regañadientes: "¿Por qué? ¿Por qué?" Traté de quitar sus manos de su rostro, pero él era muy fuerte.

-Pitch, háblame. Puedo ayudarte. – Dije suplicando.

-No puedes ayudarme. – Dijo enojado. – Nadie puede ayudarme.

-Déjame intentarlo. – Inmediatamente levantó la mirada y, con furia en su semblante y tono de voz dijo:

-¿Puedes regresar el tiempo?, ¿puedes evitar que el proceso de desmemorización se efectúe? ¡¿Puedes?! – Esta última frase, la dijo levantando la voz.

En ese momento me sentí muy mal. Pensé que Pitch se lo había tomado bien o, al menos, haberlo superado. Lo siento mucho, Pitch. Me acerqué más a él y lo abracé fuertemente.

-¡Sh!, tranquilízate. No hay nada que podamos hacer ahora. La sentencia ya está hecha. – Mi comentario no lo tranquilizó para nada. Sólo hizo que se enfureciera más. Esto hizo que me preocupara, si volvía a perder el control pasaría lo mismo que la otra vez. Sin pensarlo, me puse encima de él y lo mantuve en mis brazos. Por más fuerte que sea, no dejaré que se vuelva loco otra vez. – Pitch, tranquilo. Sólo respira, concéntrate en mi voz. Aquí estoy, todavía no me he ido. ¡Por favor, tranquilízate, te lo suplico! – Sus movimientos por zafarse de mí eran muy bruscos y me lastimaba los brazos, pero no lo soltaba. A medida que seguía hablándole, su fuerza bruta bajaba considerablemente, sin embargo era un proceso lento. No dejaba de repetirme 'por favor, por favor, por favor, mantén la calma'

Darkness (Pitch Black x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora