Capítulo 2: El hombre de la piel gris.

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Inmediatamente solté el brazo. Debido a la oscuridad, no logré verle el rostro en ese momento. Él comenzó a reír, era una risa de villano. Estaba tan asustada que me quedé paralizada, quería salir corriendo y nunca más volver a ese lugar. Inconscientemente agarré uno de los gruesos trozos de madera calientes de la fogata medio viva y se lo lancé a esa cosa.

Él retrocedió con un quejido de dolor, yo volví a agarrar otro trozo de madera y lo sostuve en mis manos fuertemente en dirección hacia él.

Estaba muy oscuro, la luz tenue de la fogata no ayudaba a distinguir su rostro. Quería verle la cara al bastardo.

-¿Qui... quien eres?-Dije asustada.-Te lo adv... Advierto... Si te acercas, yo...-

-¡Hey!, ¿por qué no bajas eso?-Dijo él. Pensé en contestarle, pero no sabía que. Mantuve firmemente mi posición. Iba a atacarlo, cuando el cuarto se volvió oscuro por completo. Me asusté, creí que me desmayaría pero a pesar de que mis piernas temblaban, me quede de pie.

Con el pedazo de madera en mis manos apunté con él a todas direcciones, pero era algo en vano, no veía nada.

-¿En dónde estas?... ¡Responde!-No obtuve ninguna respuesta.-¡Te lo advierto bastardo!

-Ah ah no. Esa no es forma de que una niña como tú hable.-Él respondió. Desconocía dónde se escondía. Temía porque me llegara desprevenida y lastimarme o aún peor... Matarme.

-Olvida los malditos modales, ¡Sal y pelea como hombre!.. Si es que lo eres..-Quizás provocándolo pueda atacarle.

Comencé a escucharlo por todas partes.-¿Acaso no tienes miedo?... ¿Sabes quien soy?

-¡No!...-Respondí molesta.-Y no me interesa, vete de aquí antes de que...

-¿De qué?..-Volvió a reír.-Hagamos un trato, ¿bien? Tú vas a bajar eso que tienes en tu mano y yo no te haré daño. ¿Te parece bien?-

No confiaba en él... ¿Y si el salía con traicionarme? No podía darme ese lujo.-¡Olvídalo! Mejor vete antes de que...-

-¿Me golpees?, mejor ahorremos este asunto, ¿esta bien?-De pronto, la fogata se prendió, pero esta vez la luz era más brillante, alumbraba todo el cuarto. Sentí alivio al ver luz en el cuarto, pero no debía confiarme. Él seguía en el cuarto.

Voltee a ver a todas partes, no había rastro de él.-¿Dónde te escondes?-No hubo respuesta. Al no ver a nadie en el cuarto, salí a los demás cuarto para ver si lograba atraparlo. Me acerqué a la ventana, en caso que hubiera saltado y escapado... Pero no había rastro de él.

Volví al cuarto y deje el pedazo de madera donde estaba. Me senté en el colchón convenciéndome de que lo que acaba de pasar fue algún producto de mi imaginación.-Sé que fue uno de esos sueños donde sueñas que estas soñando, sí. Así fue.-

Una vez que estaba calmada, volví a acostarme para conciliar el sueño. Suspire de alivio y cerré los ojos.

Para cuando los volví a abrir, ya era de día. El sol estaba brillante, pero seguía haciendo mucho frío. Me puse mis ropas para no congelarme. Agarré mi mochila y saqué una de las latas de comida que guardaba. Puse a calentar una lata de sopa, nada mejor que sopa para entrar en calor.

Mientras comía pensaba en quien entró al cuarto mientras dormía, debería quedarme aquí mismo, y si regresa ese hombre. ¿Qué debía hacer? No podía irme a otra parte, si lo hacía, quizá no encontraría otro lugar para quedarme y estar caliente. Pero si ese hombre volvía... ¿Qué me haría?

El clima se tornó más frío, nubes aparecieron y cubrieron el sol. Después de comer, decidí quedarme y para estar a salvo, busqué cualquier materias que pudiera servir de trampa. Las coloqué en las 2 puertas de entrada y en las ventanas. Las trampas de las puertas se activarían con hilos y varios pedazos de metal. Al abrir la puerta, esta se atascaría y al forzarla movería los pedazos de metal haciendo que suenen, como un tipo de alarma y cuando entrara se tropezaría con una cuerda en la entrada.

En las ventanas puse vidrios rotos en el marco. Si ese hombre entra por la ventana, tocaría los pedazos de vidrio, se cortaría la mano y de esta manera caería. Todo estaba listo para la noche de hoy, si es que ese hombre volvía.

La luna salió y el cielo se oscureció. Volví a prender la fogata para dormir sin frío. Me acosté en el colchón y dormí.

Tal y como lo había pensado, aquel hombre volvió. Entró por la puerta. Las tuercas, tornillos y laminas sonaron. Sin pensarlo me levanté y agarré madera caliente. Ese hombre estaba en el suelo. Puse el pedazo de madera frente a él para ver su rostro.

-Sabía que volverías...-Le dije. Aquella persona, si era un hombre. Usaba ropas negras, su cabello negro era corto pero peinado hacia atrás y su piel era... ¿Gris? ¿Qué rayos?

De pronto él desapareció. Sí, el desapareció. Como si se hubiera desvanecido. Me hinqué para ver de más cerca. Efectivamente, había desaparecido, en vez de su cuerpo había... No sabía lo que era. Parecía tierra, pero se sentía como arena y era negra. ¿Qué carajos acaba de pasar? Estaba muy confundida. Antes de poder hacer algo, alguien o algo me sostuvo del pie derecho y me colgó de cabeza. Solté mi "arma". Luchaba por quitarme eso que me sostenía. Lo que me agarraba era un hilo de arena negra. Era la misma que se encontraba en el suelo. De pronto del resto de esa arena una figura apareció. Era ese hombre de piel gris. Apareció ante mí con una sonrisa torcida.

Darkness (Pitch Black x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora