A las 5 de la mañana me encontraba despierta, haciendo desayuno para la Sra. Pam. Y para mí. Afuera, el clima seguía tan frío como las montañas del Himalaya... Nunca he estado en los Himalayas, pero una vez leí que es un lugar muy frío. Tanto, que las temperaturas llegan a estar bajo cero.
Abrí la puerta del cuarto de la Sra. Pam. Y puse el desayuno en una bandeja encima de la cama, junto a sus píldoras y jarabe para la tos.
-Muchas gracias, mi niña.
-Un placer... Si necesita algo más, no dude en hablarme.-Agradecí mientras iba hacia la puerta. Ella asintió. Salí del cuarto.
En cuanto me volteé, frente a mí se encontraba Pitch. Salté por el susto que me causó.
-¡Ay!-Me tapé la boca para no asustar a la señora Pam.
-Buen día, (...)
De pronto, la señora Pam. Habló desde el otro lado de la puerta.
-¡(...)!, ¿está todo bien?, ¿qué fue ese ruido?- Pitch me volteo a ver riendo.
-Amm.. Nada. Solo... Una araña.-Pitch comenzó a reírse a carcajadas.-... Pero ya la maté.
-¿En serio? ¿Una araña?..
-¡Cállate!- Le grité susurrando.
Seguí mi camino hacia la cocina, tenía que lavar los trastes de la mañana.
-Ayer en la noche te fuiste, sin decir nada....
-¿Y?- Me respondió cruzando sus brazos. Estaba recargado en el marco de la puerta.
-Y... Te iba a invitar a pasar la noche aquí.- Le dije mientras lavaba trastes.
Escuché que rió. Yo no lo miraba, pero sentía su mirada fijada en mí. Después de lavar trastes, fui al sofá a sentarme. Él se sentó en el que estaba a un lado mío.
-¿Tienes algo más que hacer?- Él preguntó.
-Por el momento, no.- Sé que va a pedir algo. Quizá la misma propuesta de anoche.
-¿Crees que puedas salir, unas cuantas... Horas?- Me sorprendí, no por la pregunta, sino por la cantidad de tiempo que me pedía estar con él.
Comencé a reir.- Sí podría salir contigo, pero ¿por tanto tiempo? No lo creo.
-Bueno, nunca está de más preguntar.- Sus palabras sonaron tan convincentes. Por un momento iba a pararme para pedir permiso, pero volví a la realidad.
-Tienes razón, pero tengo que cuidar a alguien. Lo siento.- Él asintió serio, no hubo ninguna expresión de resignación o decepción en su rostro.
El resto del día pasó con normalidad. Yo seguí trabajando y Pitch se quedó con migo. En varias ocasiones me ayudaba con los quehaceres. Sentí algo de lastima por él. Creo que se quedó con migo, porque no quería estar solo. Él solo quiere salir a divertirse, pero no puede porque no tiene con quien. Le debo una salida.
En la noche, un cuarto para las siete, alguien tocó la puerta. Fui a atender. Era un hombre. Le calculé unos 39 años, casi llegando a los 40.
-Buenas noches, señorita.- Dijo él.
-Buenas noches. ¿Puedo ayudarle en algo?
El hombre asintió con la cabeza.-Estoy buscando a ma... A la Señora Pamela Kennedy.- Sentí que algo extraño pasaba. Imaginaba varias cosas una de ellas era que este hombre, era algún pariente suyo.
-¿Quién la busca?
-... Andy, ella sabe quien soy.
Entré de nuevo a casa, deje afuera al tal Andy. Fui al cuarto y le avisé a la señora lo sucedido. Ella solo suspiró y sus ojos se llenaron de lagrimas.
-Deja que pase...- Asentí. Antes de irme y volver a la puerta de entrada, ella mencionó una última cosa.- (...), deja que pase y... Quédate afuera.- Mi instinto por poco me hace preguntar por qué, pero sé, en el fondo, que ambos debían de estar solos.
Deje que el Sr. Andy pasara y salí afuera. Hacía frío, pero ella me quería afuera. Me senté en la banqueta. Pitch se me unió unos momentos después.
-Dentro de casa, es un drama.- Él mencionó.
-Sí, me imagino...- Volteé a ver el cielo y cerré mis ojos. Nunca, que yo recuerde, me había detenido a estar en paz. Ni por un solo momento.
-¿Disfrutas del momento?- Asentí con la cabeza sin responder. Yo no lo veía, pero sabía que había una sonrisa en sus labios.- ¿Te gustaría saber qué se siente estar allá arriba?
-Claro. Sería algo lindo.
-Abre los ojos.
Hice lo que me dijo y ya no estaba más en la banqueta, sino a varios metros sobre el suelo. Entré en pánico y me agarre fuerte de Pitch. Quería gritar, pero el mismo miedo no me dejaba.
-Tranquila, solo déjate llevar...- Dijo con calma.
-¿Dejarme llevar?... ¿Este uno de tus métodos para alimentarte de mi miedo?- Él negó con la cabeza.
-Solo haz lo que digo...
Me seguí sosteniendo de él. A medida que me iba acostumbrando, lo soltaba poco a poco y como el dijo: me dejaba llevar. No volaba, solo flotaba. Pero ambas sensaciones imagino que se deben sentir igual. Igual que la libertad. Es algo increíble lo que él puede hacer, es libre.
Me olvidé completamente del frío, por estar casi entre las nubes. Miré abajo y el Sr. Andy, salió de casa. A distancia escuchaba que decía mi nombre.
-Hey, debo baja. Me están buscando.- Él asintió, me tomó de la mano y bajamos. Me dejo en el jardín trasero. Iba a ser muy raro que de la nada, alguien se te apareciera flotando.
Abrí la puerta trasera y entré a casa.
-¡Señor!, estoy en el patio trasero... ¿Pasa algo?
-La señora Kennedy, la busca.
Entré al cuarto de la señora. Mencionó con un sentimiento combinado de tristeza y alegría que me podía marchar. Aquel hombre, en efecto, era su hijo. No me contó el problema, solo mencionó que hicieron las pases y que ahora él la cuidará. Agradecía mis servicios y me podía marchar.
Me quede atónita al escuchar sus palabras. Sin decir mucho, le agradecí por cuidarme y por haberme dejado cuidar la también. Me dio mi último pago, empaqué y salí afuera.
Me sentí bien por tener mi dinero, pero luego recordé que no tenía a donde ir y me puse triste. Pitch se encontraba a mi lado. Antes de decir lo que desde años esperaba oír, suspiró y colocó su mano sobre mi hombro.
-Ya eres lo suficientemente mayor, como para trabajar para mí.
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Darkness (Pitch Black x Reader)
Romance"Cuando la gente está sola, normalmente llama a algún amigo suyo, yo no. La mayoría de la gente teme estar sola, yo no. Algunos prefieren estar solos que mal acompañados, al igual que yo." Estas son las primeras palabras que aparecen en estas pagi...