Después de la jornada de hoy, volví a casa. A la misma hora, antes de que anocheciera. Caminé por el mismo callejón de ayer. Creía que podría volver a ver a Pitch, pero no fue así. Él quedo en un lugar recóndito de mi mente, aveces pienso que nunca existió y que él era solo un amigo imaginario. Me sentía muy sola ese día y no se por que debería.
He estado sola en mis 8 años y nunca me había sentido así. Creo que tuve mi momento para no estar sola y no lo supe aprovechar. Lo eché a perder. Soy tonta.
Los días pasaron, al igual que las semanas y los meses. Hasta que se convirtieron en años. Durante todo ese tiempo volví a pedir limosna, como todos los días. Cuando cumplí 17 años, tenía que buscar otros métodos para hacer dinero. Eran tiempos oscuros y más de una vez pasó por mi mente... Eso... La prostitución. Era una idea asquerosa, pero no veía más opciones... Y para alguien sin estudios... Las opciones son nulas.
¿Suicidio? Sí lo pensé, pero no quiero quedar como una adolescente más del montón que lo hace. Yo no soy débil.
La casa abandonada Clockwork, nunca la abandoné. Después de quedar sola, no. Oí que quisieron demolerla, pero logré evitarlo. Unos arquitectos con planos y esas cosas entraron a ver la casa. Los trabajadores les advirtieron sobre las leyendas y las manifestaciones de seres paranormales, y aun así entraron. Nunca imaginé lo que algunos ductos y tubos viejos, sábanas, cuerdas y focos de poca resistencia eléctrica pueden hacer. Salieron despavoridos y anunciaron nunca demolerla. Ni siquiera los jóvenes "aventureros" se atreven a entrar. Me reí mucho ese día.
Me encontré con una mujer anciana que pedía a una sirvienta, me ofreció trabajar para ella, a cambio de casa y comida. Claro que no dudé en decir que sí. El nombre de aquella señora amable de 62 años era Pamela, pero todos la conocían como Sra. Pam.
-¡(...)!-Gritaba mi nombre.-¡(..)! ¡Quiero mi jugo de ciruela!
-¡Ya voy Sra. Pam!-Grité desde la cocina.
No sé como nunca se cansaba de gritar. No era la mejor persona, ni la mejor jefa, pero en el fondo me daba lastima. Sus hijos de olvidaron de ella y tuvo que valerse de sí misma. Igual que yo.
Llevé su desayuno a la cama, junto con su jarabe para la tos.
-Gracias niña, no sé que haría sin ti.-Dijo con una voz suave, casi como una abuelita. Eso sí, la señora era neurótica. Te gritaba y te decía más groserías que nada, pero al rato eras una santa para ella.
Me retiré sin decir nada. Me fui a mi cuarto. Era pequeño, una cama, un armario para mi ropa y zapatos, (Sí conseguí un guardarropa más grande) y una caja de libros que ella me regalaba.
Un día cayó una nevada, cubrió toda la cuadra. Se acercaba navidad y tenía listo un regalo para la Sra. Pam. Un lindo suéter de lana, a ella le gustaban.
Ese día no hubo mucho trabajo, así que solo me quede en la ventana observando el paisaje. La Sra. Pam. Decía que el causante de las nevadas de este tipo es Jack Frost. No le creía mucho, pero ella lo decía bastante convencida.
Decía lo mismo con el conejo de Pascua, el hada de los dientes, Santa Claus y Sandman. Para ella, todos ellos existían.
Si todo lo que Sra. Pam. Decía era cierto, entonces tengo que hablar seriamente con Jack Frost sobre el invierno de cuanto tenía 8 años.
-(..), ve a la tienda y trae más jarabe para la tos.-Dijo la Sra. Pam.- Hay que estar prevenidas con la nevadas de estos días.
-Sí, señora.- Decía mientras me ponía mi saco para salir.
-Jack Frost le gusta hacer travesuras estas fechas. Ten cuidado.- Sonreí y asentí con la cabeza.
Salí afuera hacia la farmacia. Para cuándo regresé la luna estaba en lo más alto del cielo. Las calles estaban oscuras y los pisos resbaladizos. Si alguien me perseguía, no tenía oportunidad de escapar.
De pronto alguien me lanzó una bola de nieve.
-¿Qué carajos?- Me dije a mí misma. Quizá unos niños traviesos. De pronto otra bola de nieve cayo en mi cabello. Me tenía hasta la coronilla.- ¡Hey! ¡Ya basta!
El ambiente se puso silencioso. ¿Ya ves? Así es como se debe de portar uno con los niños traviesos. Estaba orgullosa de mí, hasta que otra bola de nieve fue lanzada a mi cara. ¡Maldición!
-La misma aguafiestas de siempre.-Alguien dijo desde una esquina. Estaba completamente asustada.
-¿Qu... Quién eres?- Estaba indefensa, si esta persona me atacaba no tenia con que defenderme. Solo una bolsa con jarabe para la tos.
Una figura esbelta de un hombre apareció frente a mí. Era Pitch Black, se seguía viendo igual que hace años. ¿Acaso nunca envejece?
-Hola (..)...-Dijo él con una sonrisa manipuladora.- ¿Me extrañaste?
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Darkness (Pitch Black x Reader)
Roman d'amour"Cuando la gente está sola, normalmente llama a algún amigo suyo, yo no. La mayoría de la gente teme estar sola, yo no. Algunos prefieren estar solos que mal acompañados, al igual que yo." Estas son las primeras palabras que aparecen en estas pagi...