A la noche siguiente, Pitch me despertó moviendo mi hombro.
-(...), despierta. Tienes que mirar esto.- Dijo casi susurrando.
Tallé mis ojos y abrí sólo un ojo. Hice un gruñido en vez de responder con la voz. Era temprano para despertar. De la ventana, veía unos cuantos rayos de sol.
-Vamos, levántate. Rápido.- Escuche sus pasos haciéndose lejanos. Me estiré para liberar los espasmos en mi espalda y, lentamente, bajé de mi cama. Caminé hacia la puerta todavía tallando mis ojos de las lagañas formadas mientras dormía. ¿Habrá Pitch hecho desayuno tan temprano? Un aroma dulce y fresco llenaba el lugar.
Cuando me recargué en el margen de la puerta, vi lo que Pitch decía. Había flores de todo tipo por la sala de estar, cocina y comedor. No tardé ni un minuto en saber quién hizo eso.
-Vita.- Pitch y yo dijimos al unísono. Nos ambos nos miramos y luego Pitch se fue a la sala de estar.
Siendo honesta, nunca había visto tantas flores de diferentes tamaños, colores y aromas. Eran hermosas. Tomé mi tiempo para observar cada una de ellas. Las toqué delicadamente sin romper o tirar ninguno de sus pétalos.
-¡(...)! Ven aquí, nos dejó un mensaje.- Dijo desde la sala de estar.
En efectivo, había una nota de Vita para nosotros.
Lamento haberte lastimado, Pitch. Sé que hay cierta tensión entre nosotros y los guardianes, pero, como dije ayer, no tuve opción. Las flores son un regalo para enmendar mi equivocación. Además, las llevé también para (...). Es una buena chica. No te preocupes, te ayudaré a protegerla.
Vita.
P.d. Reunámonos para hablar. Quiero redimir mis acciones del pasado con ustedes. Los demás guardianes no lo entenderían. Por favor.
Pitch arrugó el papel en sus manos y la dejo caer al suelo. Sin decir nada, sólo miré la bola de papel en el suelo. Pitch se fue para ir a la cocina. –¡(...)!, ¡Ven a ayudarme!
Sacó del almacén bolsas de basura.- ¿Qué pasa?-, Dije.- Espera, ¿no vas a tirarlas o sí?
-Em... Sí. Rápido que quiero regresar a la cama.- Dijo mientras abría la bolsa. Le dije que se detuviera, pues me parecía grosero.- ¿Quieres tirarlas tú?
-¡No!, Pitch, ¿no crees que estas siendo un poco dramático?
-Tal vez, pero sobre todo cauteloso.- Empezó a colocar las flores en la bolsa de basura. Fui con él y detuve sus manos.
-Basta.- Dije sosteniendo sus manos.- No las tires. Déjalas en mi cuarto, son bonitas.- Él arqueó una ceja. Iba a abrir la boca para replicar mi decisión, pero le gané la palabra. –Yo las llevo a mi cuarto. Ve a dormir.- Resignadamente, me dio la bolsa de basura y me miro seriamente. Luego, se retiró a su cuarto mientras decía:
-Si te da algún tipo de alergia, no me haré cargo.
Claro que lo harás, tonto. No le respondí.
Creo que hablé sin pensar, porque todavía tenía sueño y... eran demasiadas flores. Maldición. Pasó una hora y varios minutos después de que terminé de trasladar todas las flores de la casa a mi cuarto. Parecía una jungla de aromas frescos y de apariencia colorida. Bostezando, regresé a las cálidas sabanas de mi cama para volver a dormir. Sin embargo, no lo hice. Estaba pensando en que le respondería Pitch a Vita. Sé lo que hizo ella estuvo mal, pero mencionó que quiere redimirse. Sentía lastima por ella.
Es decir, Pitch me dio una segunda oportunidad cuando nos encontramos por primera vez y lo traté mal, luego me ofreció estar con él y henos aquí. Supongo que Vita no es la excepción. Convenceré a Pitch de aceptar su invitación. Además, ella escribió que ayudaría a Pitch a protegerme de los guardianes, creo. De ser así, esto beneficiaría de Pitch a sacarse de encima a los guardianes y a mí también. Todo volvería a ser normal con Pitch, sin problema ni nada por el estilo.
Aunque... de lo contario, si Pitch tiene razón, entonces la culpa recaerá sobre mí. Ya que seré yo quien lo convenza de aceptar su ayuda.
Debo actuar con cautela.
Sin darme cuenta, caí dormida pensando en todo lo que pasó en sólo un instante.
Un aroma diferente al de las flores me despertó. Desayuno. La luna estaba en su máximo esplendor y muy hermosa, como siempre. Me levanté de la cama y fui a la cocina. Pitch terminaba de poner los platos de comida en la mesa. Él volteó a verme y sonrió levemente.
-Ya despertaste, bella durmiente. Siéntate, por favor.- Dijo acercándose a mí y plantándome un pequeño beso en la frente. Parece que amaneció de buenas.
Se puso detrás de mí y, con sus manos en mis hombros, me dirigió a mi asiento.
Comenzamos a comer.
-Amaneciste de buenas, eh.- Dije después de tragar el bocado que llevé a mi boca.- Es raro en ti.- Él rio.
-Lo sé...- Dijo mientras limpiaba su boca con una servilleta.- Sólo que.... No sé, yo.- Suspiró.- Fui grosero en la madrugada, discúlpame.
-No pasa nada, está bien.- Le sonreí.
Continuamos con nuestra comida. Posteriormente recogimos la mesa y fui a mi cuarto para cambiarme e ir a trabajar. Cuando salí, Pitch, sentado en el sofá de la sala de estar, me miró de manera extraña.
-¿Por qué te cambiaste? Es decir, te ves bien, pero ¿por qué?
-¿Acaso no es obvio? Tenemos que ir a trabajar, ¿no?- Pitch sonrió tranquilamente. Con su dedo índice me indicó ir hacia él. Me sonrojé un poco y fui con él. Se levantó frente a mí, recorrió el contorno de mi rostro con sus dedos hasta llegara mis labios. Sostuvo mi barbilla y con su dedo pulgar acarició mis labios, los cuales temblaron un poco.
-Hemos descuidado un poco nuestra "relación".- Decía susurrando.- Has trabajo muy bien y mereces ser recompensada, si es lo que quieres.- Ay, amaneció muy de buenas, Pitch.
Tomó mis manos para acercarme hacia él. Volvió a sentarse en el sofá. Me hizo sentarme sobre él.- Dime, (...), ¿lo quieres?-. Mi corazón latía tanto que dolía. Sólo limité a asentir con la cabeza. Retiró mi chaqueta negra y acercó mi cuello hacia sus labios. Sus labios y besos ardientes bajaron a mi clavícula para subir a mi mentón. Se sentía muy bien.
Acaricié su cabello con mis manos. Dejó de besar mi cuello para plantar sus labios en los míos. Me acercó más a él al mismo tiempo que subía la intensidad de sus besos. Sus manos llegaron a mis hombros y bajaban lentamente a mis caderas, las sostuvo y comenzó a moverlas de manera rozara su pelvis. Mientras tocaba mi cuerpo, lo miré a los ojos sólo para ver el deseo y la lujuria en sus ojos. Nuestras miradas provocaron algo en él que hizo que se estremeciera. Sin mencionar que algo en su pelvis se levantó. Pudo ser el doblez de su pantalón.... Sea lo que sea, tengo planeado averiguar lo que es.
Abrí la gabardina negra sin botones que cubre su torso. Su pecho y abdomen era cálido, podía sentir los latidos de su corazón retumbando en su pecho. Pitch dejo de besar mis labios para volver a mi cuello.
-¿Me permites quitarte la blusa? Quiero tener una mejor vista.- Dijo entre besos y respiraciones agitadas. No contesté. Sólo llevé sus manos por debajo de mi blusa. Retiré mi blusa frente a él. Sus manos siguieron cada explorando y tocando cada parte de inexplorada de mi cuerpo. Al tacto de sus manos, mi piel se erizaba y un deseo bestial surgía en mi ser. Quería todo de él, ahora. Antes yo mu hubiese cohibido demasiado, pero ahora, no. Desabroché mi sostén para él. Su rostro dibujó una sonrisa torcida con un leve rubor en las mejillas. Posteriormente, quitó completamente su gabardina mostrando su esbelto y delgado torso. Para mi sorpresa, sostuvo mis manos para yo misma desabotonase y bajará el zipper de su pantalón. Estaba en lo cierto, no era el doblez de su pantalón.
Ambos queríamos unirnos en uno solo y, una vez que lo hizo, mi mente daba miles de vueltas y no podía pensar con claridad. Besó y tocó todo, y quiero decir, todo mi cuerpo. Simplemente quería (y quiero) que me haga suya tantas veces como él quisiera hasta terminar exhaustos.
*** oie cy***
¿Les gustaría más escenas como esta, o más explícitas? Ustedes mandan.
S.L
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Darkness (Pitch Black x Reader)
Romance"Cuando la gente está sola, normalmente llama a algún amigo suyo, yo no. La mayoría de la gente teme estar sola, yo no. Algunos prefieren estar solos que mal acompañados, al igual que yo." Estas son las primeras palabras que aparecen en estas pagi...