Epílogo.

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Han pasado años desde la última vez que mi viejo amigo pasó la noche en vela por ella, no logrando superar su ida. En varias ocasiones me acerqué a él para ayudarlo con el duelo del que padecía. Inclusive aquellos guardianes que alguna vez le dieron la espalda y lo vieron como un marginado se acercaron a él. Por irónico que sonase, el mundo humano estuvo en paz por un tiempo, pues el experto en terrores nocturnos se mantuvo inactivo. Debo aclarar que él nunca pidió ayuda a superar esto, sabía que él lograría salir de ahí sólo necesitaba tiempo. De vez en cuando los invitaba a mi morada con el fin de que dejase la soledad agobiante que lo rodeaba. Siempre permanecía callado y distante.

Hasta que un día, muchas lunas después de que lo vi abatido, él llegó a mí sin aviso. Llegó a pedirme pasear con él. Explorar la zona como antes, mucho antes, solíamos hacerlo. Accedí. Había luna nueva en el cielo. En nuestro camino comenzamos a hablar de las memorias que compartimos en aquello tiempos cuando todo era más sencillo. Él y yo éramos muy buenos amigos, no sé qué causo nuestro distanciamiento. Con el pasar de las horas las palabras se volvieron risas y sonrisas.

En determinado momento, Pitch pidió que le acompañase a un lugar. Nos detuvimos en el borde de una azotea viendo en dirección hacia el cielo estrellado que había en sobre los edificios.

-¿Alguna vez viste los recuerdos que contiene esa esfera?– Preguntó. Le respondí que no, una vez encerrados no salen de ahí. Él bajó la mirada y su expresión cambió a una sonrisa torcida. – Debiste de hacerlo. – Replicó. – Es bueno hacerlo.

-Lo es, pero son tuyos y de ella, no míos.

-Cierto, pero si lo hubieras hecho, sabrías por qué estamos aquí en este día.

-Claro.

No hice mucho caso de las palabras de las hablaba. Lo hacía como si lo supiese todo, sus palaras eran confusas y poco objetivas. Con el tiempo caí en la cuenta de lo que esas palabras significaban, inclusive su expresión de aquel entonces. Mientras yo miraba el cielo estrellado sobre todos los edificios, él miraba hacia abajo, claro está. Pero tampoco miraba el suelo, sino el edificio, el cual no era simplemente un edificio; una mansión, vieja, casi abandonada. Si no fuese por el hecho de que los residentes entraban y salían de ahí, pensaría que estaba deshabitada.

Pitch fijaba su mirada en una sola ventana de todas, en una sola persona de todas las que había dentro, en una sola mujer descuidada de todas que cambiaba sus ropas frente a la ventana con las cortinas abiertas. Pitch no iba todos los días, únicamente ese día y en ese lugar. Y si no estaba, él esperaba a qué la luz de esa ventana se encendiera para poder verla.

Nunca la superaste, ¿no es así, amigo?

***

Lectores. 

Aquí acaba la fic, gracias por sus votos y comentarios. Claro que seguiré subiendo fics (quién sabe si sean de Rotg). Espero que les haya gustado leerla como a mí. Siéntanse libres de comentar qué les pareció la fic en general, así como el final.  

Gracias, otra vez. 

S.L

Darkness (Pitch Black x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora