Only Mine |Segunda Temporada De O.Y|

#22

Max.

-Max-dice mi madre por quinta vez-es hora de ir al psicologo.

-No iré a ninguna parte-respondo por primera vez.

No iré a ese asqueroso lugar.

-Si no vas no podrás regresar a la escuela.

-Ya pasó más de la mitad del año, no le sirve de nada.

-Max, eres mi niño... Max, abre la puerta.

-NO-grito y me levanto de mi silla, tirando esta por la pared.

Escucho los pasos de mi padre por las escaleras y sollozos de mi madre. Mentirosos, solo me llevan por recomendación del doctor.
Mi padre habla con mi madre por un largo tiempo en el que yo intento dormir y luego escucho como bajan las escaleras.
Me levanto y miro por la ventana, unos cinco chicos caminan riéndose mientras hablan, seguro vienen del colegio que queda cerca de mi casa.
Observo un rato mis cuadernos y luego decido ir a la sala con mis padres.

-Iré a terminar este año en el colegio que queda cerca.

Tras decir eso, mis padres quedan sorprendidos y luego apagan el televisor.

-Y trataré con el consejero estudiantil o algo, pero nunca más iré al psicólogo.

-Si eso es lo que quieres...-comienza a decir mi padre.

-Está bien-habla mi madre-mañanaa iré a buscar tus documentos. Buenas noches-dice antes de levantarse e irse a su habitación.

Miro a mi padre y luego miro la puerta-adiós-ruedo los ojos y salgo de mi casa. Meto mis manos en los bolsillos de mi chaqueta y algo me molesta, es como un papel. Lo saco, es un sobre. Lo abro, adentro hay dinero y una carta, pero no dice de quien es, así que la tiro en el basurero.

***

-Tenemos un compañero nuevo, señor Sprouse, levántese, diga su nombre y de donde viene-pide el profesor.

Ruedo los ojos y me levanto perozosamente.

-Me llamo Max Sprouse, vengo de un instituto-hablo de mala gana sin mirar a nadie y me vuelvo a sentar.

Nadie prestó atención, de todas formas. El profesor suspira y mientras masca su goma dicta algunas cosas.
El timbre del almuerzo suena después de media hora y soy el último en salir.

-Linda camiseta.

O al menos eso pensé.

-Gracias-me encojo de hombros.

-Oye, ¿ya tienes amigos?-pregunta el chico.

-Sí, en estas primeras dos horas de clases he conocido a personas grandiosas.

Cuando termino de hablar me doy cuenta de que estamos en un lugar vacío y muy alejado de todos, parece abandonado.

-Genial. Okay, hoy estaré debajo de ése árbol-señala el mismo-nos vemos-se despide y se va a sentar. Miro a todos lados, no hay nada interesante, de hecho, no hay nada más que ese enorme árbol.

-Oye, espérame-le grito a el chico y voy corriendo detrás de él-¿Cómo te llamas?-pregunto.

-Arthur, y creo que soy el único que escucho tu nombre.