"-Oda-kun y las cenizas de los niños que acogió serán enterrados con dignidad.
-Gracias, Mori-san."
Esas fueron las dos únicas palabras que Dazai pronunció entre la muerte de Odasaku y su solitario funeral. Ni una más ni una menos. No respondía cuando le hablaban y no abría la boca para dar órdenes, pues no se presentó ni a una misión esos días. Cuando murió entre sus brazos fue incapaz de derramar mísera una lágrima. La tristeza y el dolor lo sobrepasaban. Todavía estaba interiorizando la bomba que estalló en su pecho en el momento en que Sakunosuke cerró los ojos para no volver a abrirlos. No podía aceptarlo. No podía aceptar que lo había perdido, que no volvería a dormir a su lado, que no volvería a besarlo, que no volvería a abrazarlo. No podía aceptar que ya no estaba con él, por mucho que esa fuera la más pura de las verdades. Y su respuesta fue sumirse durante días en un estado de mutismo.
El silencio fue bailando junto a la sensación de duelo, ahondando en la gravedad de la situación. Nunca más. Esas dos palabras se repetían con frecuencia en su cabeza. Nunca más le prepararía el desayuno por las mañanas. Nunca más le daría un beso de buenos días. Nunca más podría jugar con él y sus niños. Nunca más lo vería sonreír. Nunca más leería sus escritos. Nunca más bebería con él en el Lupin. Nunca más pasearían entrelazando los dedos como dos tontos tortolitos. Nunca más reirían ante un chiste malo. Nunca más se pelearían. Nunca más le secaría el pelo por las noches después de haberse duchado juntos. Nunca más lo arroparía. Nunca más lo consolaría. Nunca más podrían tratar de entender sus pensamientos. Nunca más trabajarían juntos. Nunca más harían el amor. Nunca más picarían a Ango. Nunca más se guiñarían el ojo derecho con complicidad. Nunca más se intercambiarían esas frases que sólo los dos entendían.
Nunca más le diría que lo quería.
Osamu jamás había sentido nada semejante. Si en esos días no lloró fue porque la agonía no le permitía hacerlo. Su cerebro iba tan lento que Chuuya debió sacarlo de su casa y arrastrarlo al funeral. Se había pasado todo el tiempo desde su muerte tumbado en la cama mirando al techo como un vegetal. Sin dormir, sin comer. Perdió varios kilos esa semana, pero no tenía fuerzas para levantarse. Apenas las tenía para parpadear. Trataba de aceptarlo, pero cuando estaba a punto de asimilar la realidad su cerebro retrocedía y le susurraba palabras traicioneras. Le decía que cerrase los ojos y se concentrase. Y que entonces, cuando volviese a abrirlos, Oda estaría a su lado, sonriendo como sólo él sonreía. Mentiras. Mentiras, su agotada mente sólo sabía murmurar dulces embustes que pretendían calmar su dolor. Ojalá funcionase. Ojalá sus pensamientos fuesen correctos y aquello no se tratase más que de una terrible pesadilla. Por mucho que una parte de él, la más madura y resignada, supiese la verdad, la otra quería creer que pronto despertaría en brazos ajenos. Y podría abrazarlo hasta que no le quedase aire, contarle su mal sueño y dejarse mimar. Incluso derramaría alguna lagrimilla fugaz. ¿Era tanto pedir eso?
Cuando llegó al cementerio con una rosa blanca en las manos, se dio cuenta de que sí, era mucho pedir.
***
Dazai no fue el único que lamentó la muerte de Odasaku. El otro integrante de la Escuela de la Decadencia también lo hizo. Ango sentía la culpa clavarse como un puñal dentro de su pecho. Se sentía como si él mismo hubiese matado a Oda, a pesar de no haber empuñado arma alguna. ¡Si ni siquiera estuvo presente durante la escena! Aun así, creía que lo había vendido. Ver a Osamu ya preparado para el funeral sólo acrecentó ese sentimiento. Si le hubieran dicho que a la espalda llevaba atadas varias losas de hormigón, tranquilamente se lo habría tragado.
Incluso desde lejos -porque en ningún momento pudo acercarse-, las ojeras del ejecutivo eran visibles. Cercos negros rodeaban sus ojos, complementando su rostro indiferente. Su mirada estaba vacía, como si toda vida hubiera sido extirpada de sus iris. Comprensible. Le habían arrebatado a quien amaba. Lo único sorprendente era no ver ni una marca de llanto.
![](https://img.wattpad.com/cover/90684216-288-k610784.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Mafia Black [BSD fanfic]
Fanfic"Con sólo la luz de la luna iluminándolo, miraba al calmado mar de Yokohama desde aquel balcón. En su mano se consumía lentamente un cigarro de la marca que ese hombre alguna vez fumó. No había llegado a darle ni una triste calada. Sus ojos castaños...