Se acabó

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-Repite eso- sacudió Toby la cabeza nervioso.
-Esta en Reino de Zalgo, y ahora deja de hacer el imbécil y si de verdad la quieres ya me estas tardando en decir como se llega a ese lugar- lo cogí del cuello de la chaqueta estirando de el.
-Recuerda que estas en mi casa- un tentáculo apartó mi mano de ese imbécil.
-Te recuerdo que Laira esta allí y cuánto más tardemos en llegar mas probabilidad hay de que no vuelva- aquel ser inhumano apartó su tentáculo de mi.
-Es tu culpa que se la hayan llevado,estaba contigo, ¡¡Tu tenías que protegerla!!- chillo Toby sacando una hacha.
-Quitaos la imagen de que Laira es una niña pequeña indefensa y que necesita que la protejan,es una mujer no una cría y encima una mujer que nos podría matar a todos sin ningún esfuerzo, y si tan preocupados estáis dejad de discutir y pongamonos en marcha- intervino la mujer gato, creo que se llama Angie.
-Dadme unos minutos que prepare el portal al reino de Zalgo, mientras coged lo que necesiteis- decreto el extraño ser de gran altura.
-¿Y Ahriel?- preguntó una chica con una gran sonrisa.
-Se quedara aquí- Angie asintió complacida.
-Se viene con nosotros- replicó Toby.
-Si viene y la capturan, tendrá a Laira en sus manos- por una vez estaba de acuerdo con la chica de gran sonrisa.
-Yo soy su padre-gruño.
-Hay te has equivocado chico ticcs, yo soy su padre, no puedes pretender serlo después de dos años sin saber nada de ella- Angie colocó su mano en mi hombro apoyandome.
- Dejar de discutir, coger lo que necesiteis y larguemonos de aqui- añadio un payaso de color blanco y negro.
-¿Que sabes usar?- me preguntó un chico parecido a la de la gran sonrisa.
-Espadas y arcos- respondí mirándolo de arriba a abajo.
-Bien, pues no tenemos ni espadas ni arcos- respondió haciendo más ancha su sonrisa.
Rode los ojos invocando mi espada.
-No hace falta- colgué del cinto la espada sin hacerle mucho a caso.
-¿Como te llamas?- pregunto un elfo de ropas verde con regueros de sangre procedente de sus ojo.
-Bran- respondí bajando los ojos hasta el.
-Tu nombre de verdad- volvió a intervenir el hombre alto.
Lo mire a los huecos donde estarían los ojos investigando como sabía eso.
-Me llamo Haiayel ¿y el tuyo?- segui observandolo minuciosamente.
-Slenderman, pero me puedes decir Slender- aquel ser era extremadamente raro en su aura percivia pura maldad pero al acercarse una niña de vestido rosa su aura tenia pequeños detalles de cariño que eran oscurecidos por su maldad.
Ansenti acompañando al hombre con corbata hasta un especie de portal, me atrai a el con fuerza como si succionara mi ser.

Fire Eyes POV:

Aquel lugar olia a ceniza, solo podia ver lor girnoes de niebla que me embolvian sin dejarme ver nada, escuchaba el batir de las alas de Black.
Camine sin rumbo hasta llegar a un edificio parecido a un castillo de piedra, la puerta se abrio en el momento en el que me pose delante de ella, sabia que me estaba metiendo en la boca del lobo, pero ya no importaba.
-Bienvenida, te heche de menos- una voz inhumana emano de la garganta de un gran demonio que parecia poder tapar el Sol con sus grandes alas negras.
-No puedo decir lo mismo- respondí alzando la cabeza clavando mis ojos en el.
-Eres igual de engreida que tu padre, pero no lo voy a tener en cuenta, nos vamos a llevar bien, ¿Quieres a este humano no?- Dark Neko arrastraba a Oliver cogido de una cadena.
Tense todo mi cuerpo tratando de matener la paciencia y no atravesar su corazón con un cuchillo.
-¿Que quieres?- gruñi mirando a ese estúpido gato.
-Quédate junto a mi- pidió Zalgo inclinandose hasta mi.
-Si lo hago, estarán todos bien y el podrá volver- di un paso a delante dejando que la niebla se disipara.
-¿Es una pregunta?- dijo riéndose.
-Es una afirmación- respondi, Dark Neko entre cerro un poco los ojos curioso.
-Carácter de tu madre- afirmó Zalgo.
-Aceptó, pero si tus amigos hacen alguna estupidez los matare- su voz resono en toda la sala dejando entrever sus intenteciones.
-Hasta que el vuelva, estará conmigo- cogí a Oliver de la mano mirando fijamente a Dark Neko que retiró las cadenas.
-Kai te acompañará hasta tu cuarto- informó sin apartar la vista.
No respondí a su provocación, el sabía que yo quería matarlo pero no era el momento, seguí a ese inútil hasta lo que sería mi habitación.
-Es aqui- susurro dejando que pasará dentro.
-Largo-ordene con voz grave.
Apretó un poco la mandibula pero finalmente salió de allí.
Encima de la cama había un poco de ropa perfectamente apilada y ordenada.
Mire mi ropa salpicada por barro, me quite la camisa cogiendo algo parecido a un top en forma de corse.
-Que amable- gruñi molesta.
Me lo puse todo lo aprisa que pude evitando seguir permaneciendoen aquella habitación.
-Tenemos que escapar de aquí- susurro en voz baja Oliver.
-Lo sé-
-Pero estamos atrapados- informó irritado.
-Lo se- volví a repetir dejando salir el aire de los pulmones.
-Y si hacemos algo nos mataran y a Bran también- la pesada realidad cayó en mi como un chorro de agua helada.
-Soy consciente- aparte la mirada de el intentando aparentar una frialdad digna de un ángel.
-Quédate aquí- añadí señalando la habitación, Oliver pudo leer en mi mis intenciones para con el.
Saco el cuchillo que le regale con mucho temple a pesar de su corta edad.
-Estaré bien- aseguró con una sonrisa forzada.
Asenti en silencio, abriendo la puerta de la habitación lentamente, inspeccionando el pasillo en busca de posibles centinelas o guardianes, pero a penas habían unas pobres almas perdidas que habían sido enviadas a los dominios de Zalgo.
A pensas se distinguían sus siluetas hechas girones como si el tiempo las hubiera ido tragando poco a poco.
Una de ellas se acercó a mi quedándose a escasos centímetros de mi, se quedo parada hasta que se volvió a separar, mostraba un aspecto desgastado a pesar de tener una apariencia joven.
La joven espectro llevaba un ramo de flores secas en las manos y un vestido de novia con los bajos de este manchados de barro y desgarrados.
-¿Donde vas alma perdida?- preguntó casi en un susurro.
La observe estática, nunca había visto un alma condenada.
-Lejos de aqui- respondí tras unos segundos calibrando mi respuesta.
La muchacha clavo sus pupilas negras en mi.
-Nadie puede escapar de aqui- rio tímidamente.
-Entonces yo seré la primera que lo haga- informe, observé que se podía ver atraves de ella.
-¿Porque estas aquí?- preguntó orbitando alrededor mía.
-He venido a por alguien- el espectro paro en seco.
-¿Por amor?- dijo volviendo a analizarme nuevamente.
-Amor filial- su rostro parecía relajarse un poco.
Se palpo la barriga en busca de algo que parecía haber perdido hace mucho.
-Yo también tuve un hijo sabes- sonrió amargamente.
-¿Que le pasó?- pregunta dudosa.
La mujer me dirigió una mirada cargada de ira.
-Me lo arrebataron- contesto entre dientes.
-Zalgo- añadio como si pronunciar aquel nombre fuera un insulto.
-¿Porque estas aquí?- ella volvió a sonreír
-Años atrás fui la chica con la que todo hombre desearia, todos los hombres pedían mi mano pero yo los rechazaba, un día me enamoré de un chico llamado Daniel, un joven bello y bueno con una sonrisa siempre en su rostro, pero el tiempo pasó y quiso que la vida se me fuera poco a poco a causa de una enfermedad rara.
Daniel me cuido todos los días a pesar de que ya no era ni la sombra de lo que fui, hasta que llegó un día en que el que recobre toda mi vitalidad perdida y decidimos  casarnos al enterarnos de que yo estaba embazada, antes de que la muerte me llevará con ella.
El día de la boda llegue a la Iglesia esperando a recorrer el camino hasta el altar pero cuando llegue al altar y me levanté el velo, Daniel estaba de rodillas en el suelo con grilletes en el suelo junto a un demonio con siete bocas a su lado, sonriendo al ver mi angustia.
Lloré hasta no poder más, comprendiendo que el había cambiado su alma acambio de que yo me librara de mi enfermedad.
Pacte con Zalgo a cambio de que el viviera.
-Moristes por el- susurre sin darme cuenta que mi corazon se aceleraba con la idea de que Bran pudiera morir.
-Ilusa mortal, mueres cuando tu alma es conducida al Reino de los muertos yo estoy aquí atada sin posibilidad de escapar- bufo ella molesta.
-¿Y me ayudarias a escapar?- ignore su soberbia.
-¿Y yo que ganó a cambio?- preguntó molesta.
-Si mato a Zalgo tu alma sera libre- sus ojos sin vida se clavaron en mi instantáneamente.
Floto hacia la puerta haciendo una seña a Oliver para que la saliera.

-Sal mi niño, no te va a hacer nada- me miro dudando pero poco a poco salio poniéndose detras mia.

Salimos de alli siguiendo al fantasma que parecia conocer de sobra aquel lugar , los girones de niebla parecían hacer a aquel fantasma poco más que un simple neblilla disipada a nuestro alrededor.

Se quedo inmobil ante una gran puerta con remaches de color negro, delante de ella habian dos diablos con las alas pegadas a su espalda como si fueran una capa negra

-Ahí tienes a tu proxima victima- susurro con voz neutral, asenti dandole las gracias.

Oliver saco el cuchillo del su tobillo, lo tenia totalmente cubierto para disimular el cuchillo, me miro decidido.

Sonrei invocando el mio, nos escondimos detras de la pared que daba paso al pasillo hacia la puerta, apunte directamente a la cabeza del primero pues sabia que apuntar al corazon no le mataria, deje pasar la cuerda entre mis dedos escuchando el silbido en el aire de la flecha cortando el aire impactando en el pecho, note como la sangre que brotaba como un manto de color rojo oscuro cubria la frente del primer diablo, el segundo sobresaltado corrio hacia mi con ira pero Oliver lo intercepto hundiendo el filo en la espalsa, cuando cayo al suelo de bruces se subio encima de el apoyando las rodillas en el suelo y deslizando el metal por la garganta.

-Perfecto- sonrei

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⏰ Última actualización: May 07, 2018 ⏰

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