Esa noche la cual el aire era muy seco, Nami despertó después de un profundo sueño. El lugar en donde se encontraba estaba a oscuras, su cuerpo reposaba en una fría cama. No le costó llegar a la conclusión de que era una de las habitaciones del barco al que quería robar.
Mierda, como las luces las tenían apagadas se había confiado.
Nami estaba atada de manos en los barrotes de hierro del lecho.
Se horrorizó al notar sangre brotar de la parte posterior de su cabeza. Pero nada se podía comparar al verse en ropa interior: ¡¿acaso la habían violado mientras permanecía inconsciente?!
Sin duda esa era una situación de lo más jodida y por desgracia ya familiar: medio desnuda, gravemente herida, secuestrada y posiblemente violada. Después de inútiles intentos de zafarse de las cuerdas, no pudo evitar dejar un grito ahogado que fue interrumpido por el ruido de la puerta al abrirse.—Vaya, ya has despertado —Kid encendió el interruptor de la luz y contempló la escena, le complacía demasiado ver a sus víctimas llorar, así comenzaba siempre su juego —Cometiste un grave error al subir esas escaleras. Dime... ¿Tienes miedo? ¿Sientes horror por saber que ahora eres pertenencia mía? ¿Es por eso que lloras?
Nami se maldijo a sí misma por haber dejado ir alguna lágrima traicionera, demasiado orgullosa era para que ese hombre la viese llorar. Intentó recomponerse y volver a su porte habitual. A ver si así al menos recuperaba un poco de dignidad, de la poca que le quedaba.
—¿Me has violado? No siento dolor pero no puedo descartar la idea. Pudiste haberme drogado previamente... Necesito respuestas.
—Fiuuu... No te andas con rodeos, eh. No, no lo he hecho aún, pero ahora mis ganas han aumentado... Aunque no te voy a negar que me he divertido quitándote la ropa. Soy un caballero, ¿sabes? No te la iba a arrancar una vez ya atada a la cabecera de la cama. Debía hacerlo antes. Dime una cosa, preciosidad ¿qué buscabas en mi barco? —dios, esa mujer aparte del físico tenía una forma de ser adictiva, le hacía sentir raro y eso a él le gustaba.
—Dinero, ¿qué sino, imbécil?
—¿Para qué?
—¿Y a ti qué te importa? Si voy a ser tu objeto sexual no sé qué demonios quieres saber de mí.
¿Cómo osaba hablarle así? ¿No tenía miedo de él? Se asombró al analizar la mirada estoica de la chica, no era una mirada de horror al saber que iba a ser violada como la de cualquier humano en esa tesitura, al contrario, su mirada radiaba resignación honda como si lo aceptara, como si ya estuviera acostumbrada y fuera su pan de cada día.
—Soy Eustass Kid, el pirata más poderoso de los Supernova. Vamos a centrarnos, eh. No me vuelvas a hablar con esos aires si no quieres pasarlo realmente mal, perra malagradecida.
A Nami le habían llamado de innumerables maneras, pero lo que más le escocía era que esos insultos fueran provenientes de asquerosos y fanfarrones piratas que se las daban de imponentes hombres. La pelirroja comenzó a chillar, en ella albergaba la pequeña esperanza de que alguna persona que pasase por allí cerca de la costa pudiese oírla.
—Eso, grita, desquiciada. Nadie te va a venir a rescatar. Hace horas que zarpamos, ahora mismo nos encontramos en medio del mar. No tienes escapatoria. Eres mía.
Salvo lo último, le daba la razón. La pelirroja de tan agotada que estaba no se había percatado de que estaban en constante movimiento debido a las olas. Se le acababan las posibilidades.
Kid se deshizo de sus pantalones dispuesto a dar un paso hacia delante, pero de repente alguien irrumpió en la habitación.
—¡Capitán, esto le interesará! —vociferó Killer —Esta mujer entiende de navegación, hemos encontrado mapas e instrumentos de cartografía en la mochila que llevaba consigo.
—Vaya, vaya, puede ser que seas más útil de lo que yo me esperaba.
—Sigue con lo que estabas a punto de hacerme, que prefiero que me violes a servirte como navegante. ¡Serás perro!
El pelirrojo le proporcionó tal bofetada en la mejilla que resonó en toda la habitación.
—Me gusta que tengas la lengua afilada, pero ahora te sobrepasaste. Intuyo que no soy el primer pirata con el que has tratado. Tienes experiencia. Además con solo verte sé que no tienes ni un pelo de tonta. Me interesas. Vamos a negociarlo: forma parte de mi tripulación. Necesito un experto en navegación. Dijiste que buscabas dinero, yo te lo daré.
La sangre no tardó en salir por las comisuras de los labios y de la nariz de Nami. La mejilla le escocía con tal ardor que sentía su cara romperse en mil pedazos. Ese cabrón... Le pareció penoso que le ofreciera formar parte de su grupo después de todo y también dinero, ¿pero qué demonios le pasaba a este tipo? No, no aparentaba tener muchas luces, o padecía algún trastorno de personalidad. En todo caso en ese momento no se le daban muchas opciones que digamos, todo menos descubrir la reacción de este ser ante una negativa, porque seguramente la mataría. No le quedaba otra que aprovecharse de la situación y conseguir dinero que era lo que más necesitaba. ¿Pero y si le sacaba más tajada aún?
—Acepto el trato mientras estéis dispuestos a llevarme a la isla de Erlandia. Ahí se acabaría el trato. Repito, dinero y Erlandia.
—¿Erlandia? Está bien. Prometo llevarte allí.
Nadie tenía que explicarle a Nami que las promesas de los piratas son poco o nada fiables, que le vinieran con historias a ella que se había estado codeando con el mismo diablo desde que se embarcó en esta azarosa aventura en pos de salvar a su gente... Si Kid faltaba a su promesa siempre había la pequeña y mínima posibilidad de fugarse como siempre hacía cuando la cosa se torcía, y si no se le presentaba, pues mira ya se las apañaría que de peores había salido.
—Capitán Kid, aparte de lo que acabo de informarte, también acaba de llegarnos el periódico. Informa que la tripulación de los Mugiwara, ha conseguido el mapa que les indica la ruta hacia Raftel. No sabemos si es certero el mapa, ni cuán acertada sea la noticia.
Oh, seguro que no había error. ¿Cómo podían haberse adelantado tanto? Ese mocoso del sombrero de paja era un niñato que jugaba a piratas y de alguna de manera siempre iba pasos por delante de él.
—¡Maldición! Esos payasos... ¡¡Tenemos que conseguir ese mapa a toda costa!!
Kid se vistió y salió de la habitación furioso. Killer procedió a desatar a la navegante. En cierta manera ese enmascarado hombre la había salvado de una segura violación, aunque vaya, solo sería otra más en la lista de las que había sufrido a lo largo de su vida...
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TRAICIÓN PLANIFICADA (Luffy×Nami)
FanfictionNami se ve involucrada en una misión un tanto complicada: su capitán Eustass Kid, uno de los piratas más temidos de la era actual, la envía a infiltrarse en la tripulación de los Mugiwara. Se verá obligada a fingir ser una más del grupo con la misi...