TRAICIÓN PLANIFICADA (Luffy×Nami)

CAPÍTULO 10: CONOCIENDO A NAMI

Un silencio agradable se formó a media noche. Todos acabaron cayendo al suelo vencidos por el alcohol menos Robin, quien en estas ocasiones solía beber en pocas cantidades. Robin optó por pasar el resto de la noche dentro por la rasca que comenzaba hacer, no sin antes avisar a su nueva amiga.

—¿Lo has pasado bien, Nami? —preguntó ya en la cama a punto de tumbarse.

—Sí, ha sido genial.

—Fufufu... Me alegro de que haya sido de tu agrado —rio la más adulta quien daba por zanjada la conversación para poder comenzar su novela —Buenas noches.

—Buenas noches, Robin.

Intentó concentrarse en la lectura. Fracasó. A la morena algo le inquietaba de esa muchacha, una chica ordinaria como ella no podía aceptar la petición de unirse a unos piratas tan famosos como si fuera lo más normal del mundo. Tal vez no era trigo limpio y ocultaba algo. Dejó a un lado el libro dispuesta a entablar una conversación con la cual terminara saciando esa curiosidad que no la dejaba leer.

—¿Sigues despierta? —preguntó la ojiazul.

—Sí. ¿Qué pasa?

—Me disculpo de parte de todos puesto que solo hemos hecho que hablar de nosotros y ni siquiera tuvimos la consideración de preguntar por ti. Si no es molestia háblame acerca de tu historia.

—Claro que no es molestia, Robin. Nací en el East Blue. Vivía con mi familia en una humilde isla y desde pequeña ya me apasionaba dibujar mapas. A los doce años me hice a la mar por ciertos motivos y lo siguiente es algo duro de escuchar...

—Y supongo que también de contar. Perdón si he hecho que recordaras momentos dolorosos —conjeturó la arqueóloga la cual sabía perfectamente lo que era tener que narrar recuerdos que desgarran el corazón de quien los recuerda.

—Tampoco son para tanto, pero prefiero no hacerte tragar todos mis antiguos pesares que no tienen lugar en el presente. Si quieres saber otra cosa no te cortes y pregúntalo.

—Está bien. ¿Cómo fue que terminaste desmayada en el río? El doctor Chopper nos dio a entender que alguien te maltrató por las consiguientes heridas que muestran tus brazos y estómago que, a su parecer, no tienen nada que ver con un simple tropiezo. Pienso que ese alguien te perseguía y de ahí tu caída.

Antes de la llegada de Nami al barco, ella sabía que la más inteligente del grupo era Nico Robin. Por más que pareciese la persona con quien podía interactuar con decencia por su sensatez, debía de medir cada una de sus palabras y esa sería su única defensa ante ella.

—Al llegar a Worsk Nian, unos delincuentes me atacaron ferozmente para robarme la bolsa, al momento que tuve la oportunidad de escapar pude despistarlos por el laberinto de palmeras pero acabé resbalando.

—Oh, Nami... Podrías habernos avisado en la isla y el capitán les hubiera dado su merecido.

—Hubiera sido algo innecesario. La verdad es que prefiero no seguir hablando del tema —respondió la navegante cortésmente.

—Entiendo, discúlpame. Si es posible, me gustaría concluir la conversación con una pregunta más: ¿después de todo por lo que has vivido no te angustia tener que convivir con unos malhechores como nosotros?

—He estado deambulando más de media vida por el mar, no es algo nuevo para mí relacionarme con piratas. Además, sois diferentes. Sé que puedo confiar en vosotros y aquí cumpliré mi sueño —medio mintió Nami.

—¿Cuál es tu sueño?

—Cartografiar el mundo entero —dijo con una inexorable sonrisa.

Siguieron conversando hasta el amanecer. Disfrutaron de la buena sintonía que había entre ellas, aunque, ninguna dejaba de lado la cautela hacia la otra.

* * * * * * * * * * * *

Un nuevo día comenzaba en el Sunny. Como cada mañana todos muy animados lo iniciaban con un apetitoso desayuno preparado con mucho esmero.

—¡Vamos a contarle nuestras hazañas a Nami! —gorjeó Usopp muy alborotado —Comienza tú, Luffy.

—¿Eh? Yo paso —dijo llevándose a la boca un pedazo de carne de una medida descomunal.

A la pelirroja le pareció admirable que un capitán con tal recompensa y con tantas proezas y logros como él, prefiriera no alardear de sus aventuras. Y sin querer ya llevaba más de un minuto sin dejar de observar a ese animal que no paraba de engullir.

Ella tenía a los bucaneros más que estereotipados como personas muy ególatras, como Kid. Ese hombre jamás dejaba de fardar de sus éxitos.

—Pues como Luffy no quiere, lo haré yo —dijo Usopp resignado.

El francotirador pudo relatar con gran entusiasmo desde la llegada de Luffy, Zoro y Vivi (la ex-navegante) a su pueblo hasta el doloroso incidente en el Archipiélago Sabaody, hasta que fue interrumpido.

—¡Usopp! No sigas —espetó Luffy quien abandonó la cocina de inmediato.

—Si ya sabes cómo se pone para qué sigues... —suspiró Sanji.

—¿Pero qué ha pasado? —preguntó Nami confusa.

Todos los presentes se quedaron mudos sin saber qué responder.

—Como dijo Usopp, hace dos años la tripulación fue separada por Bartholomew Kuma, uno de los siete Shichibukais —dijo Chopper quien no quería dejar con la intriga a la joven —Entendimos a partir de un mensaje subliminal en el brazo de Luffy, el cual aparecía en la portada del periódico, que nos volviéramos a reunir en dos años. Pero Vivi nos falló, esperamos por ella un mes en el archipiélago pero nunca apareció.

—Esa mujer nos dejó colgados cuando es imposible entrar al Nuevo Mundo sin navegante —reprochó Zoro.

—Imbécil, no hables tan mal de Vivi-chwan —protestó Sanji —Poco después, el periódico nos informó que prefirió volver a su país y ejercer su papel como princesa y no seguir a nuestro lado. Lo siento por ella pero realmente fue un golpe muy duro para todos y sobre todo para Luffy, quien no desistió en esperarla porque confiaba plenamente.

—Podría habernos avisado mediante una carta o algo... Por su culpa nos dejamos la piel buscando un navegante provisional por el archipiélago y sus islas cercanas.... —se quejó el pobre reno.

—¡Yohohoho! No olvidemos que la señorita Vivi fue una excelente compañera.

—¿Sabes una cosa navegante-san? —le susurró la arqueóloga —Luffy no permite sacar el tema por consideración y por la estima que aún guarda hacia ella.

Por alguna razón le dio un poco de lástima. No obstante, sí era cierto que ellos eran distintos a los demás pero ella seguiría hacia delante y si eso conllevaba aplastar al poseedor del corazón más puro, lo haría.

—¡Tierra a la vista! —el susodicho entró de un portazo a la cocina más feliz que una perdiz.

Dejaron el tema aparcado y fueron muy ilusionados a verla. Ya faltaba menos para una nueva aventura.

—Detrickver, conocida por el estilo gótico que presenta toda la isla en sí y por innumerables e incesables asesinatos —aportó la pelirroja convencida de que no se les ocurriría pisar esas tierras.

—Sí, es muy conocida... —siguió la morena —Se dice que es una isla que todo el día está rodeada de niebla por la contaminación y además, por el día y por la noche los habitantes están en pleno peligro. Degolladores sin control andan sueltos por las calles sedientos de sangre.

—Menuda joya —concluyó Zoro desafiante.