En la habitación y con la tenue luz proveniente de una vieja lámpara, la acomodó en el colchón mientras devoraba esos labios tan deliciosos. Una vez que Nami tuvo como intención separarse del moreno, Luffy no quiso que eso terminara y en consecuencia fue él esta vez quien plantó sus morros en los de ella con total torpeza.
—Nami... —dijo excitado teniéndola debajo.
Ella lo miró y él le sostuvo la mirada por un rato. Y es que la primera vez que vio a Nami creyó hallar a la mujer más bella de todo el universo. Ese pelo siempre tan hermoso y que ahora estaba esparcido por la almohada lo volvía loco. El pecho de la chica subía y bajaba rápidamente pero el suyo lo hacía aún más. Nami pasó los brazos por su cuello para así aproximarlo.
—¿Alguna vez hiciste esto con alguien?
—Se podría decir que no.
—¿A qué te refieres? —preguntó confusa.
—Sí me besaron pero no llegué hasta el punto de querer más.
—Vaya, vaya. ¿Quién diría que el alocado Mugiwara tuvo su primer beso? ¿Es posible que la afortunada fuese Vivi? —bromeó con picardía y al mismo tiempo con ternura.
—Shishishi, acertaste. ¡Qué lista eres, Nami!
Se quedó embobada admirando esa enorme sonrisa que la tenía cautivada desde hacía días. Quiso acariciarle el revoltoso pelo, por eso sus manos pasaron de su cuello a su cabellera.
Por unos segundos recordó a Eustass Kid. Las noches con él nunca llegaron a ser íntimas y afectuosas. Pero eso sí, las gozó como nadie.
La pelirroja echaba de menos ser tocada. Necesitaba que Luffy espabilara esa noche pero como veía que no estaba dispuesto a dar un paso hacia delante, ella tampoco le insinuaría. ¿Qué iba a hacer ella si el ritmo del capitán era muchísimo más lento comparado con el suyo? Es por eso que pensó que no era nadie para incitarlo simplemente porque estuviese como una perra en celo.
Pero se equivocó: él se anticipó a esos pensamientos. Le desabrochó la parte superior del pijama para encontrarse sin el esperado sostén.
—¿¡Luffy!? —soltó un chillido como reacción de tan repentino acto.
El joven no hizo caso y siguió. A pesar de su reacción, Nami no lo detuvo, quería ver hasta dónde el "experto" era capaz de llegar.
Los negros ojos examinaron y palparon con curiosidad los pechos expuestos como un geólogo visitando un yacimiento. Así estuvo por largos segundos sin saber con qué seguir, una eternidad para ella.
—¡Tsk! ¿Qué se supone que te estoy haciendo...? —musitó el pirata —Perdona pero yo no soy como los hombres que te hicieron pasar por tanto.
—Lo sé, Luffy. Lo sé perfectamente —deseó que nunca se hubiese detenido, que no se sintiera culpable.
Acarició la mejilla de él. Ese hombre había conseguido hechizarla. Cuando estaba con él sentía ser transportada a un mundo donde sus tristezas se desvanecían, como si el alma de Luffy la abrazara de todo corazón en silencio.
Con esos sentimientos a flor de piel optó por finalizar ese encuentro. Él aún no estaba preparado y su ego le había impedido ver lo evidente.
—Ya es tarde, será mejor que regreses con Chopper a ver qué quiere Zoro —dijo siendo la primera en salir de la cama.
—Sí, será lo mejor... Que descanses.
—Igualmente.
*
*
—Me has hecho esperar por mucho tiempo. ¿Qué estabais haciendo? —preguntó el cándido reno.
—Besarnos —confesó con simpleza —¿Qué es lo que quería Zoro de mí?
—¿¡Qué!? ¿Tú besando?
—¿Quién sino? Oye, responde a mi pregunta que quiero acostarme cuanto antes.
—Tardaste tanto que no le quedó otro remedio que contármelo a mí. A media tarde se encontraron con un loco que los llevaba persiguiendo sigilosamente. Él atentó contra ellos pero supieron defenderse.
—¿Eso es todo?
—No, también quiso saber en qué lugar estábamos. Hace horas que se reunieron con el grupo de Robin y ahora están todos juntos en un albergue. Mañana vendrán aquí a buscarnos.
—¡Que bueno oír que están todos juntos! —se alegró Luffy, pues así podrían reunirse sin perder tiempo buscando al otro grupo.
Los dos varones fueron a descansar. Necesitaban reponer fuerzas para el día que les esperaba, un largo día lleno de sorpresas y angustias.
*
*
Era una gélida mañana como cualquier otra en Detrickver y Krisla no aparecía. Ya fuera pensaron que tal vez a la muchacha se le había olvidado la promesa de pasarse por el hostal, o bien, tenía trabajo ya de buena mañana.
—Dudo que se digne a venir.
—¿Cómo puedes pensar eso, Nami? Si no viene vayamos a buscarla —insistió el moreno.
—Veo que no lo quieres entender. Es obvio que tiene cosas mejores que hacer —suspiró ella —Además, no podemos movernos de aquí, tarde o temprano vendrán los otros.
—Es una pena. Fue tan amable en acompañarnos... Hubiera estado bien habernos despedido de ella —se lamentó el peludo.
Enseguida el resto apareció y recibidos con muchas sonrisas decidieron dar una vuelta. Cada uno daba su punto de vista e informaba de sus actividades por la isla. La navegante les puso al corriente de lo que les explicó Krisla, se resumía en que esa isla estaban todos controlados por leyes para no perder turistas por culpa de los rumores que ellos mismos podían esparcir. De tal forma, Nico Robin pudo comprender el porqué del suceso en aquel bar.
Usopp les narró el incidente del loco asesino que los acorraló. No se trataba de una persona con una fuerza mediocre. Hablaba de un hombre enmascarado y con ropas muy raras. Pero no era solo fuerza, también estaba dotado de una velocidad extraordinaria y eso le daba ventaja al huir, que es lo que hizo con ellos.
—¿Se puede saber por qué demonios el marimo lo dejó escapar?
—A ver si te enteras imbécil, él no quiso seguir luchando contra mí, y con esa velocidad tú tampoco podrías haberlo retenido.
Como tenían mucho tiempo para estar juntos y hacer lo que quisieran, ya que ya habían cumplido con los recados, antes de dar más rodeos sin objetivo, Luffy y Chopper hicieron hincapié en ver por última vez a Krisla. Fueron todos a buscarla adonde se vieron por primera vez pero no hubo rastro alguno de ella. Imaginaron que en cualquier callejón podía ubicarse y atinar al acertado era como buscar una aguja en un pajar.
Sin embargo, no se rindieron pues la promesa de hacerle probar los manjares de Sanji no iba a ser incumplida. Por veinte callejuelas se pasearon y solo gatos y alguna que otra linda joven con la misma profesión que ella veían.
En uno de ellos, un tanto menos oscuro comparado con los anteriores vislumbraron un cuerpo inerte estirado en el embarrado suelo. Irreconocible para algunos y reconocido por otros. La presencia de sangre muy fresca encharcada inducía a que pocos minutos habían transcurrido desde el asesinato.
Esa mañana los mugiwaras conocieron de primera mano la realidad que aterraba a todos los habitantes de Detickver. Luffy enloqueció al ver su amiga en ese estado. Horrorizados, solo querían apartar la mirada de la humana sin vida que les perturbaba demasiado.
Después de tan horripilante situación, ¿qué buen capitán no temería por la vida de los suyos? Pues así fue cómo se quedó sin aliento al no haber notado antes la ausencia de una de los integrantes de su banda.
¿En qué momento Robin se había separado de ellos?
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TRAICIÓN PLANIFICADA (Luffy×Nami)
ФанфикNami se ve involucrada en una misión un tanto complicada: su capitán Eustass Kid, uno de los piratas más temidos de la era actual, la envía a infiltrarse en la tripulación de los Mugiwara. Se verá obligada a fingir ser una más del grupo con la misi...