CAPÍTULO 23: ¿TRES NAVEGANTES?

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Me enamoré de tu rival exhaló Nami destrozada, cansada de todo —Del futuro Rey de los Piratas..

La sorpresa que la cara del pelirrojo transmitía cambió bruscamente a una de rencor mal contenido.

* * * * * * * * * * * *

Nami iluminada por los últimos rayos de sol permanecía sentada en la tina, absorta en sus pensamientos, en pleno silencio y calma. Su mirada se perdía en el ojo de buey que permitía adivinar el bellísimo cielo bañado en oro. Sus largos cabellos naranjas semejantes a las fibras de cobre flotaban en el agua de la bañera.

Cabellos de cobre, labios de coral, dientes de marfil y ojos de cristal transparente que se habían cansado de llorar líquidas perlas.

En los labios rosados tenía una herida abierta, esos dientes de marfil estuvieron a punto de saltar de la boca y aquellos vidriosos ojos habían perdido brillo la noche anterior.

Nami tanteó su pierna derecha. Era tan leve el toque y aun así le dolían tanto las contusiones que no pudo contener un pequeño gemido.

Se debió a que a Kid no le sentó bien lo que le contó. Aquella confesión de amor que sentía por su mayor rival tuvo como respuesta un poco de violencia, pero suficiente agresión para magullar el cuerpo de un ser humano ordinario como lo era Nami.

Había sido una gran locura lo que hizo; sin pensarlo, sin razonar, algo tan innecesario pero al mismo tiempo tan necesario como el agua en la vida... Se había jugado el cuello. Suerte que Kid no la mató.

De repente, la puerta se abrió.

Ya hemos llegado. Vete preparando —ordenó Killer.

Ella salió de la bañera con la intención de dirigirse al camarote, sin decirle nada.

¿Ya tienes pensado qué hacer con tu vida después de salvemos a tu hermana?

Buena pregunta.

Seguramente tenías pensado volver con los Mugiwaras, pero ya te lo puedes quitar de la cabeza, nada más que una traidora eres para ellos —dijo mientras le tendía una toalla.

De hogar al que regresar siempre tendré y es una pacífica isla, no me compares con gente de tu calaña.

Muy directa pero déjame que prosiga: como bien sabes, el Capitán accedió a llevarte hasta aquí y a luchar a tu lado, no obstante, tú nos has engañado con una réplica del mapa, por eso él ha sumado otra condición más.

No es noticia. Seré vuestra navegante por el resto de mi vida, ¿no es así?

Me sorprende que aceptes tu destino con tanta facilidad. Suerte la tuya que el Capitán no te aniquiló ayer, motivos suficientes había.

Ayer esa bestia parda ya lo intentó, pero por lo que ves, acabó compadeciéndose de mí —en su cara se reflejaba un rictus de frustración —¿Tú también me tienes lástima?

Nosotros somos piratas y tú una mujer con todas las letras. Aunque no ahondaré en ese tema.

Ya sabes que a mí hace tiempo esas palabras ya no me valen.

Las malas lenguas decían que la isla de Erlandia, situada en el Nuevo Mundo, tenía agrupadas en la zona sin ley de la isla un gran número de casas de subastas; más que en el Archipiélago Sabaody.

TRAICIÓN PLANIFICADA (Luffy×Nami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora