CAPÍTULO 14: Detrickver (acto IV)

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Lufy no estaba realmente preocupado, no temía por las vidas de los supervivientes que había rescatado.

¿Por qué no? Todos ellos contaban con su protección. Nadie los heriría estando él ahí presente. Pero Nami aún no entendía eso, demasiado subestimaba la fuerza del futuro Rey de los Piratas.

Noto su presencia. Esa persona está esperando a que subamos.

¿Y Robin? ¿Puedes notar su presencia también? —sugirió Nami algo agotada de tanto subir escaleras.

No puedo. Robin no posee una «aura poderosa» para que el Haki pueda percibirla.

Ya entiendo —dijo ella desilusionada.

Oi, os veo a todos agotados. ¿Acaso os quedan fuerzas para luchar?

¡Claro que sí, Mugiwara! —gritaron todos al unísono.

*

*

Resistieron como campeones. Habían llegado por fin a la última planta:

El escenario no era más que vigas mugrientas por doquier. Ni el techo se mantenía en las mismas condiciones que las de un edificio corriente. Había una remota posibilidad de que en un soplido todo el estropeado hospital se viniera abajo.

Has tardado en aparecer, Monkey D. Luffy... Aunque ya sabía que vendrías a entrometerte en el proyecto de toda mi vida —soltó con pura desidia una mujer que estaba sentada entre escombros y quien escondía su identidad en la oscuridad.

Así que eres tú... Muéstrate —ordenó Luffy.

Monkey D. Luffy, ¿has venido en busca de tu amiga, no? Aquí la tienes. Mi secuaz y yo nos hemos encargado de cuidártela.

¿Robin? ¿¡Qué carajos le habéis hecho a Robin!? Desgraciados..., ¡esto lo vais a pagar muy caro!

Luffy andaba pausadamente con la furia adueñándose de él.

Bien decidido se encaminó hacia las tres siluetas, dos sentadas y una estirada en el arruinado suelo.

109, no dejes que se acerque —estableció la mujer.

¡Nami, necesito que recojas a Robin y abandonéis este lugar cuanto antes! —ordenó Luffy sin parar de caminar —Esto no va a durar en pie por mucho tiempo.

¿Eres consciente de lo que me estás pidiendo? —respondió la navegante con fastidio —¡Si me voy, da por hecho que esos dos acabarán contigo sin cavilaciones!

No te preocupes, que contra mí no tienen posibilidad —corrigió Luffy —Corre, Nami.

La joven sin querer rechistar más a la petición ejecutó lo que se le enmendaba con éxito. Pudo defenderse con el Clima-Tact sin complicaciones de las garras del secuaz motejado "109". Los demás también cooperaron cubriéndola mientras ella se echaba la arqueóloga a las espaldas.

La ropa, su piel, el cabello... Todo en Nico Robin dejaba a la luz el trato tan descuidado y la crueldad con la que había sido humillada. No parecía la misma, necesitaba los auxilios de Chopper urgentemente.

Ya la tengo. ¡Nosotros nos vamos ya! —avisó Nami.

¡De acuerdo, vigilad!

Así pues, abandonaron a un Luffy solo, desamparado y secretamente desilusionado dado que la muchacha demostró no confiar plenamente en él.

TRAICIÓN PLANIFICADA (Luffy×Nami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora