En lo que quedaba del día, los pelirrojos no se habían cruzado ni una palabra. Ella estaba indignada y dolorida en cambio él se mantenía arrogante y autoritario. A la noche Kid le insistió varias veces de tener sexo, pero ella se negó rotundamente y se encerró en su dormitorio. El miedo, la sumisión y la desconfianza habían vuelto a ella.
El día tan ansiado para Eustass Kid por fin había llegado. Estaban a menos de una hora en pisar Worsk Nian. A primera vista parecía una isla de pequeñísima escala, podían divisar sobresalientes volcanes que se alzaban por encima de altísimas palmeras, cabía mencionar que no eran palmeras comunes. Atracaron en un puerto que a ojos de cualquiera parecía ser abandonado.
—¡Sal ya de ahí, hostia! ¿¡Cuánto tardas en cambiarte!? Si tardas más echo la puerta abajo —vociferó Kid detrás de la puerta del camarote de la chica.
Solamente le faltaba ponerse las sandalias con tacones y ya estaba él gritándole. Intuía que el motivo de su descontento era el no haberse acostado con él por la noche. Qué cruz de hombre. Aunque en verdad, ¿de qué tanto se quejaba? Le hacía un favor salvándolo de tanto desgaste.
La chica salió vestida con unas sandalias marrones con tacones, unos pantalones de pitillo color blanco ceñidos a sus esbeltas piernas, una camiseta roja de tirantes con un insinuado escote dejando al descubierto parte de sus exuberantes atributos y finalmente complementada por una chaqueta negra de cuero. De su cabello perfectamente peinado, se asomaban por la cara mechones rebeldes que le daban ese toque que tanto le gustaba.
—Eres un maldito impaciente.
—Cállate y dime el clima que tendremos en las siguientes horas.
Se avecinaba una tormenta y no una cualquiera. Con esa habilidad que ella dominaba sabía a ciencia exacta que ese tiempo se convertiría en un contratiempo para su condenada misión.
—Se acercan fuertes tormentas. Lo único bueno es que nos facilitará la localización de los Mugiwaras en la isla, ya que se refugiarán en algún sitio cubierto.
Killer le entregó al capitán la mochila color crema de la pelirroja.
—Te equivocas con lo de "nos facilitará". Nosotros también bajamos a la isla pero no junto a ti. Aquí nos separamos, Nami. Toma tu mochila, dentro tienes tus cosas y el Den Den Mushi.
Nami recibió la mochila que él le extendía, pero no le fue indiferente su peso.
—Faltan mi dinero y oro.
Todos los que la rodeaban empezaron a pitorrearse sin ningún tipo de reserva.
—¡¿Se puede saber de qué os reís, desgraciados?! ¿No se supone que aunque sea esta una misión, el trato sigue en pie? Me lo debes.
Kid, que antes estaba serio, empezó a mofarse junto a los demás. Ante las burlas, Nami no pudo impedir que sus mejillas tomaran tal sonrojo equivalente al color de un tómate y que sus radiantes ojos se humedecieran. Rabia, ira, vergüenza... Todas esas sensaciones se hicieron un cúmulo en su interior.
—Oooh, venga, Nami... Que ya nos conocemos. Soy pirata pero no soy tan rastrero como tú piensas. Te daré lo que te prometí en cuanto cumplas con tu deber. Así puedo asegurarme de que volverás a nosotros.
—Por lo que veo no te era suficiente con amenazarme en matar a mi hermana, ¿eh?
—No, no lo es. Y por cierto, ¿quién te ha dicho que mataría a tu hermana? Si la genética ha repartido la belleza justamente, tu hermana seguro que será tan espectacular como tú, y ya sabes... No hace falta que te dé detalles de lo que le haría, ya que tú misma estuviste a punto de experimentarlo...
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TRAICIÓN PLANIFICADA (Luffy×Nami)
FanfictionNami se ve involucrada en una misión un tanto complicada: su capitán Eustass Kid, uno de los piratas más temidos de la era actual, la envía a infiltrarse en la tripulación de los Mugiwara. Se verá obligada a fingir ser una más del grupo con la misi...