No fui Charles Bukowski ni en las noches más frías de soledad,
Ni en las épocas más jodidas y autodestructivas.
No bebí como Charles Bukowski,
Durante días,
Pero tampoco acabé en el hospital echando las tripas por la boca.
No jodí con desequilibrados alimentando mi propio desequilibrio,
Sólo hice lo segundo.
No tuve una infancia de mierda,
Ni una adolescencia de mierda,
Ni una edad adulta de mierda.
Supongo que por eso él reside en las bibliotecas de todo el mundo
Y yo me dedico a hacer puzzles absurdos y completamente sobria
A las 3 de la mañana.
No me enganché al juego,
Ni intenté suicidarme,
Ni me quemé las muñecas con cigarrillos encendidos,
Pero supe encontrar sustitutos de todo eso.
No fui una desclasada, una paria explotada que sabe que lo está
Y no movió el culo para cambiarlo.
Al reves, lo muevo, lo intento.
Aunque Charles tenga razón en que no conseguiremos nada.
No soy como Charles Bukowski.
Nunca lo seré.
A pesar de que lo evoque cada noche de mierda,
Cada noche sin sentido,
Cada noche que se me agarra a la garganta y al estómago,
Cada domingo de resaca,
Y sábado de resaca,
Y viernes de resaca.
A pesar de que me refugie en él tras cada desengaño,
Tras cada puñalada
Tras cada caída en picado.
Nunca seré él,
Y me alegro.