Acto 1: La nueva vida

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Me encontraba envuelto en una oscuridad absoluta, no sentía mi cuerpo y no podía ver aunque mis ojos estaban abiertos.

Solo existía mi mente en aquel abismo. Sabía que existía aunque no pudiera percibirme.

De la nada, una blanca luz empezó a emerger; esta emanaba paz y tranquilidad. No cubría todo el lugar, solamente me alumbraba a mi como un reflector "sigue a la luz" me dijo mi propia mente "sigue a la luz".

De alguna manera que aún no comprendo, empecé a moverme como si nadara en un manantial de oscuridad.

El calor empezó a cubrirme y por primera vez sentí mi cuerpo, sentí mis mejillas y mi rostro. Y por primera vez, pude ver. Ya no había solo oscuridad, ni tampoco solo existía aquella luz. Ahora había más cosas a mi alrededor y en ese momento, mi corazón volvió a latir y mis pulmones a respirar.

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