Me gusta verte dormir | M. YG; K. SJ

XXXV

-¿Mm? ¿Que por qué cubro mi boca cuando río?

-Sí. Eso pregunté.

-Yo qué sé. Siempre lo he hecho. No debe haber una razón.

-Yo pienso que lo haces porque eres egoísta.

-Qué cosas dices. No entiendo.- Ríes y lo haces, cubres tu boca.

-Mira, lo has hecho de nuevo. ¿No quieres que vea tu sonrisa?

-No lo hago por ninguna razón. A veces ni lo hago, debes conocer mi sonrisa muy bien.

-Y por eso te digo que no me gusta que la cubras, Jin. Tu sonrisa es bonita, presúmela.

-No entiendo por qué me estás diciendo esas cosas, YoonGi.

Te levantas del sillón y te diriges al baño. No sé cómo llegamos a ese tema, cuando comenzamos esa conversación era sobre comida.

Nunca entiendes. Por más que trato de dar alguna señal de que me gustas, nunca entiendes. Me miras raro y te vas.

¿Qué debería hacer? Decirlo directamente no es opción. No es cualquier cosa; somos hombres, eres mi amigo y tú ni una mínima pizca de interés en mí.

-¡Jinnie hyung!- Salgo de mis pensamientos y miro hacia donde proviene esa voz chillona.

Jimin está trepado en tu espalda y te abraza mientras recarga su mentón en tu hombro. Ríes y sujetas sus piernas. Ríen juntos.

Cuando voy a levantarme para ir a mi habitación, escucho que pides ayuda. Me acerco, el maldito mocoso te está apretando demasiado.

-¡Ah, Jiminnie! ¡Me estás ahorcando!

-¡Suéltalo, lo estás lastimando!

-¡No!

Trato de hacer que te suelte mientras tú sigues quejándote, Jimin ríe. Es tan pequeño, pero al parecer es más fuerte que ambos. Hago esto porque te está lastimando, no porque me ponga de malas verlo sobre ti y que me siga sonriendo mientras te abraza más y más.

-¡Bájate de mi Jin!- Sigo jalando a Jimin, hasta que todo se queda en silencio. El chiquillo te suelta y se baja de tu espalda. Me mira, me miran y analizo lo que he dicho. -¿Q-Qué me ven?

Jimin sonríe y se va, al pasar a mi lado guiña y sigue su camino. Vuelvo mi mirada hacia ti y estás masajeando tus hombros haciendo gestos de dolor.

-¿T-Te lastimó... m-mucho?- Tartamudeo y voy a poner mi mano sobre tu hombro. No me dejas. En cambio me abrazas. Me abrazas fuerte. No hablas, no puedo mover los brazos para corresponderte, nadie habla.

Transcurren unos segundos. Y ya que he cerrado los ojos, sólo siento cuando me sueltas. Abro los ojos para verte subir por las escaleras y notar que me he quedado solo sin entender nada.