Capitulo 31: Traición a ciegas

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Narra Sheik.

No había pasado más de una hora que estoy debajo del agua y ya quieren acostarse conmigo, y lo mejor es, que es con la persona que quiero casarme algún día. Sea me halaba hasta un hueco que había más arriba en la pared, luego cruzamos un túnel rocoso, la temperatura del vestíbulo era ambiente pero la del túnel era caliente parecía un jacuzzi abajo del agua, luego llegamos a una zona que al parecer en el fondo habían cohetes de propulsión a chorro que estas se dirigían hacia arriba.

Habíamos llegado donde terminaba la propulsión a chorro para pasar a un coral.

—Nada hacia arriba —me dijo Sea.

Nade por los corales viendo diversidad de colores y tonos, y cuando termine de nadar me encontré con esto:

Nade por los corales viendo diversidad de colores y tonos, y cuando termine de nadar me encontré con esto:

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—Sea que es esto—le pregunte a está saliendo del agua.

—Bueno este es mi lugar para cuando quiero estar sola —dijo ella con la cabeza baja.

—Y por qué te escondes aquí.

—Aquí es donde reflexiono de todo lo que hice y aquí es donde decido lo que voy hacer —me dijo.

—Y por qué me traes a este lugar.

—Bueno como sé que me quieres pedir matrimonio después de que acabe todo esto, de tu gran búsque... —no la deje terminar

—Y como sabes que te quiero pedir matrimonio —le dije.

—Sé que mueres por hacerlo y además recuerda que te puedo leer la memoria o nunca te conté ese secreto —me dijo ella deshaciendo su aleta y sentándose en la cama.

—Eso viene siendo como tu poder de elemento verdad —le dije y esta asistido.

—Yo creo que también tu hermana lo tiene —me dijo.

—Para salirnos un poco de este tema —hice una pausa para que esta me pusiera atención —. ¿No crees que sea muy temprano para dormir?

—Eso es verdad, pero recuerda aquí sellaremos nuestros amor —me dijo ella y yo quede impactado.

—Hablas de —e hice una seña con mis dedos y al darme cuenta de lo que era tape mi boca con mis manos.

—Que pasa —me dijo —. Me noto muy desesperada —me dijo ella en pánico y un poco avergonzada.

—No, no, para nada, lo que pasa es, porque es muy pronto —dije y me hice el fuerte —. Si eso es lo que queremos los dos así será.

—Cuando la isla suba a la superficie a la media noche, estaremos aquí —dijo ella como si estuviéramos armando un plan.

Salimos de la habitación y tomamos caminos diferentes, ella iba para la piscina y hacia la biblioteca, aunque es raro que debajo del agua allá una biblioteca ya que los libros son papel y el papel se daña, pero no voy a cuestionar absolutamente nada de como los atlantianos hacen papel aprueba de agua.

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