Capitulo 32: propuesta fallida y cambio de persona

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Narra Sea.

No sé cómo calmar mis nervios, si tuviera en mis manos esa estúpida posición estuviera arriba con Sheik y no abajo cruzando por el vestíbulo​ para llegar a la cocina. Estoy enfadada conmigo misma y no sé qué hacer y como mi primera vez más mal me siento ¿por qué tenido que ser así? ¿Por siempre me pongo nerviosa ante una situación cómo está o situaciones diferentes a esta?, A ninguna de esas preguntas tenía yo respuesta.

El vestíbulo era inmenso, abarcaba casi la planta baja completa, y caminar por aquí cansa. Los guardias que estaban en la puerta de la cocina me miran extraños y no dude en preguntarme ¿por qué?

—Mi señora, pero si ahora mismo la he visto irse a su habitación —mi mente se quedó en blanco.

—pero si ahora mismo acabo de salir de allá —le dije al guardia y este me miro.

—Mi señora no es broma lo que le digo, ahora mismo acaba de salir de aquí —que está pasando.

— ¿Cómo era la otra Sea? —le pregunte.

—Era de su misma estatura, mismo color de cabello, y de ojos por igual, pero hay en esa mujer es que no concuerda con usted y es un lunar en el ojo derecho.

—Mía —dije con voz ronca y salí corriendo hacia mi cuarto secreto.

Con solo pensar en que Mía está con mi hombre me pongo furiosa y es más por qué Sheik aún no la había largado de la habitación a nombre ser que «si la pócima la toma un hombre confunde con quién está» dije lo que me había dicho Ruto. «La pócima desaparece de la cocina y yo estaba sola y específica hoy aparece Mía al pareces ella sabía sobre esta noche» me dije. Solo de pensar Sheik hubiera bebido de esa pócima hizo que hacerse el paso.

Llego al túnel, subo por los cohetes de propulsión y al llegar a la habitación subo hacia donde está la cama y lo que veo es perturbador, mi hermana y al chico que amo están en la misma cama teniendo relaciones y la que debería de estar ahí soy yo y no mi hermana.

Sheik y Mía no se habían percatado de mi presencia así que me escondí en la habitación y esperar a que ellos terminaran lo que estaban haciendo.

No sé qué era peor, repulsión al ver lo que estaban haciendo, que lo estaban haciendo en mi cama o que yo estaba esperando a que terminarán.

—Sheik, — este le mira —. ¿No sabía que tenías ese don? —esta le acariciaba el pecho y yo aguantándome de no darle una buena paliza.

— ¿Cuál Sea? —« ¿Cómo fue que le llamo?».

—El de encantar a todas — a que se refería con todas, el hombre que está en esa cama tiene una sola mujer y esa soy yo.

Veo como este le da un beso en los labios y esta se deja llevar. «Esta sí que no me la cayo» dije en mis pensamientos.

—Nunca pensé que mi hermana fuera una perra barata que se vende s cualquiera —le dije y esta se levantó de la cama y yo me tape la vista para no ver que esta estaba desnuda por completo —. Y por favor vístete si vas a hablar conmigo.

—Pero yo no traje ropa —la miro con los ojos bien abiertos.

—Qué pena, pues vas a tener que salir desnuda a la calle —le dije con una sonrisa sarcástica.

—Que es lo que pasa aquí —dice Sheik que también se levanta de la cama mostrando como fue que vino al mundo.

—Sheik por favor, nadie quiere ver a Sheik junior —este se molesta y me pregunta ¿por qué le dije asi a su amiguito? —. Porque la tienes chica.

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