Alec era libre. Sí , un alma rebelde.
Ahora su cabello volaba libre, al viento. Esas ondas tan definidas de un color negro muy peculiar, eran acariciadas por la brisa del aire, que soplaba al ritmo que corría la moto.Iba agarrado a la cintura de Sebastián. Sí, Sebastián Morgenstern.
Los rumores de la gente hablaban por si solos.
Quizás él lo volvió rebelde, quizás no, quizás solo fue decisión de él.La vida tiene diferentes etapas. Nacemos, crecemos y morimos. Y en cada una de las etapas hay cambios, y él lo ha hecho; de niño a hombre.
La moto gira, en un brusco movimiento. El cabello de Alec solo se alborota un poco más. Él cierra esos grandes ojos color azul y apoya una mejilla contra la espalda de su novio.
- No corras tanto...
- No te preocupes, la se manejar bien.
Alec aún no creía que hubiese aceptado subir a la moto con él, y lo mejor es que ninguno de los dos traía cascos. Confío en él... O eso es lo que pensaba.
Y era normal, pues estaba muy enamorado de él.Una rotonda, las carreteras de los ángeles acostumbraban a estar muy transitadas.
Todo pasó en una milésima de segundo. Un tráiler, enorme, trata de girar, no puede, es demasiado largo. Se desvía, se va a caer.Sebastián se altera, se asusta y aún lo complica más. La aprilia sr50 da la vuelta. Intenta desviarse a dirección contraria, pero lo único que consigue es chocar contra un coche. Y ¡Pum!
Tan solo fue un segundo...
Un accidente, un muerto, nueve heridos leves y uno grave.
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Robert estaba sentado en una de las sillas de la sala de espera y aun lado tenía a Maryse, los dos muy tristes y en shock.
Robert puso su mano encima de la de su mujer.
Esperaban algo, una señal, la llegada de un doctor o una enfermera, su hijo, que despertara. Solo esperaban.- Magnus... -dijo Robert con tono algo abatido al ver al chico de ojos llamativos y piel canela, mientras se paraba para recibir a los amigos de su hijo- Isabelle...Jace....-miró a la chica de cabello negro, y al chico de cabello dorado, quiénes de inmediato fueron hacia su padre y lo abrazaron un abrazo algo reconfortante y tranquilo. Se separaron y miró a los demás acompañantes.- Simón, Lydia...Clary, gracias por acompañarnos, ya es mucho lo que hacen por nuestro hijo...
- No nos las de... -dijo lydia- Alec es nuestro amigo... Y al oír el alboroto, nos asustamos, como es normal.. -Y dirigió una leve sonrisa al padre de Alec.
En este momento se abrió la puerta. Y todos apuntaron con la mirada hacia ella, el doctor entró y cerró la puerta.
-Bueno... -dijo, en un suspiro- La situación es un poco... Crítica... -se sentó en frente de ellos y dejó los papeles en la mesa de centro.- seré breve...- miró a las ocho personas que estaban en la sala.- Alexander se dió un fuerte golpe en la cabeza. El tumor se extiende cada vez más y creemos...-hizo una pausa. Larga, demasiado.
-¡¿Qué creen,doctor?! -Robert alzó la voz, pero Maryse lo tomó del brazo.
-Robert... Por favor...deja que termine de hablar..-dijo, casi en un hilo de voz.
-A su hijo solo le quedan dieciséis días de vida.- dijo el doctor finalmente. Y robert deseó no haber insistido para oir aquellas palabras horribles.
PD: Espero que la hayan disfrutado, lo sé, lo sé, esto es triste... Espero que le den cariño a esta historia. :)
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16 Días con él .
FanfictionAlec Lightwood de tan solo 17 años tiene un terrible accidente, perdiendo en el al amor de su vida... O eso es lo que creía. Magnus Bane, un chico muy extrovertido y siempre atento a las cosas y personas que le importan. >>Magnus y Alec, tiempo a...