Sus besos hicieron que se olvidara de todo. Hasta se olvidó del gran dolor de cabeza que tenía a causa del...de su problema. No le gustaba llamarlo trauma, tampoco cáncer, no le gustaba llamarlo de alguna forma. Era su pequeño problema, su gran error. Y ya está. Estaba pagando por su descuido. Alec pensaba que en esta vida cada uno tenía lo que se merecía. Y él estaba incluido en ello.
-¿Estás seguro? -dijo magnus aún sorprendido por su petición. Alec asintió energéticamente. Si hablaba se pondría a llorar.- Cielos...Cuanto te amo.- y le besó la frente- ten en cuenta que no he hecho esto nunca soy un inexperto.
-Dejémonos llevar...-el ojiazul buscó su boca en medio de la oscuridad de la madruga, encima de la arena, después de una extraña "cena" perfectamente preparada para ellos dos...¿Y qué más perfecto terminarlo con esto?
Alec lo deseaba como nunca antes había deseado a un hombre. Quería sentirlo...más suyo que nunca, y quería que él lo sintiera.
Sintió como las manos de Magnus le quitaban el traje. Sería la primera vez en la que se verían desnudos, el uno al otro. Pero eso daba igual...la vergüenza se había esfumado dando paso al amor y la pasión. No, el amor nunca desaparecía, siempre permanecía allí, tanto de Magnus como el de él. Como de los dos...suyo.
Sintió como su mano bajaba, deslizando el húmedo traje de surfista por su cintura. Su blanquecino pecho quedo al descubierto, dejando ver sus rosados pezones, pequeños, redondos, perfectos...pensó Magnus. Un rubor corrió por las mejillas de Alec, dudaba entre cubrirse o no. Magnus se inclinó por instinto propio y le besó uno de esos rosados pezones.
Alec buscó la cremallera del traje de Magnus, lo bajó e hizo lo mismo que el moreno había hecho con él. Miró los músculos. Él desintencionadamente, pasó el dedo por el definido músculo del brazo. Lo bajo, atravesado el pecho, los pequeños pezones obscuros, por los abdominales. Cada onda de ese formado abdomen era un suspiro.
Se detuvo. El traje terminaba ahí, solo quedaba bajarselos por las piernas. Alec dudó de nuevo, por el angel, nunca había hecho esto antes.Magnus acarició el cabello negro de Alec. Suspiró y miró hacia abajo, donde las manos del ojiazul yacían, quietas, sin saber muy bien que hacer.
Por un lado quería, y tanto si quería, quería perder la virginidad con Magnus, quería que le hiciera el amor. Ahora en este preciso instante. Pero por el otro, tenía miedo. No sabía muy bien porque...pero una pelotita de nervios se acumuló en su estómago, haciéndolo sentir mal y bien a la vez.
-Si no te sientes preparado...no tenemos por que hacerlo. -dijo el Magnus, abrazandolo y dándole un beso en la cabeza.
-¿Tú quieres?- dijo Alec, apoyando su frente en el hombro.
-Claro.
-Romperas tu promesa conmigo.
-Me da igual. Te amo, y eso es todo. Y quiero hacerlo, pero solo si tú estás dispuesto.
-Entonces,sí. -ahora, más decidido que nunca., bajó de un tirón el traje de Magnus y él se lo terminó de quitar, dejándolo tirado por la arena.
Un suspiro salió de la boca de Alec. Intentó no parecer sorprendido, pero lo estaba, ¡Por el angel, lo estaba! Magnus no pudo evitar soltar una carcajada. Algo que inundó los oídos de Alec de pleno placer. Y él lo abrazó entonces.
-Creo que me toca. -dijo el moreno hurgando hasta donde llegaba el traje del ojiazul.
Ahora Magnus estaba completamente desnudo, pero Alec no. El traje de surfista le quedaba hasta por un poco debajo del ombligo. Deslizó el traje por sus piernas y Magnus volvió a suspirar. -Eres hermoso. -dijo dándole un beso en el vientre. Alec se sonrojo.
-Tú también eres hermoso.
Alguien los podría ver, a pesar de ser casi las cuatro de la madrugada. Pero en ese instante,todo daba igual. Magnus acarició la espalda desnuda de Alec, e hizo que se fuera tumbado, medio en la arena, medio en el mantel. Hacía frío, calor, una mezcla de los dos.
Alec se arqueó debajo de su cuerpo cuando la excitación los abrumo. Magnus abrió los ojos, después de una cálida ronda de besos compartidos, con lengua, o quizás pequeños, con algún mordisco de por medio.
El sonido de las olaz del mar, de fondo, relajantes y a la vez morbosas, sin dejar de recordar que estaban en una playa. Y el entrelazamiento de brazos, y el de las piernas. Y más besos, y más acaricias. Y Magnus...que se hundió en él, un gemido de dolor. Y él tan tierno que intenta relajar al ojiazul, lo hace lento, para que no le duela más. Pero ya esta Alec estalla de felicidad, es de Magnus, solo de él y de nadie más. Para siempre.
El dolor parece avivarse por un instante en el cuerpo de Alec, y joder, no pensó que fuera así. Pero no es desagradable, al contrario, es algo que se puede aguantar, porque es él, y es por amor. Y Magnus se mueve lento, y Alec se adapta. Y más besos y más acaricias. Y más y más y más.
El sol y la luna, pareja del cielo, testigos del amor, de todo aquello que sucedió ahí.
El dolor desaparece y una agradable sensación, más aun, se extiende por todo su cuerpo. Y se da cuenta de lo juntos que están. Magnus mira sus ojos, los ve de un azul, profundo a la vez, que no dice nada y todo al mismo tiempo. Sus caderas que se juntan, sus cuerpos que forman uno. Y sonríe.No paran, sigue, quieren más, su primera vez es hermosa, demasiado perfecta. Y Dios...que estoy haciendo, cielo santo...que es lo que siento...algo diferente, algo extraño, algo nuevo. Y me lo hace sentir él. Solo él. Y resulta que en aquel momento Magnus está pensando en lo mismo.
Y comparten un primer orgasmo, una ráfaga de sensaciones, como una enorme explosión, juntos. Y gemidos, jadeos, susurros, piel de pollo, mordiscos juguetones, sonrisas complacientes. Y más besos tranquilizadores, más acaricias, más...amor.
Ya llegué :v después de tanto tiempo. (Han pasado 84 años...) Aquí esta el capítulo esperado...y bueno lo hice de una forma muy dulce. Espero y les guste.
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16 Días con él .
FanfictionAlec Lightwood de tan solo 17 años tiene un terrible accidente, perdiendo en el al amor de su vida... O eso es lo que creía. Magnus Bane, un chico muy extrovertido y siempre atento a las cosas y personas que le importan. >>Magnus y Alec, tiempo a...