Cobarde

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[Amor, que no absuelve a nadie amado de amar, me agarró tan fuertemente con su encanto que, como ves, no me ha dejado todavía...]

Seth sonrió mientras leía uno de sus libros favoritos: La Divina Comedia. Su rostro y su cuerpo todavía dolían, pero eso ya no importaba. Había tenido el valor de besar a Roman, y el prisionero no lo había rechazado, no lo alejó. En realidad, el ex príncipe estaba relajado en el beso. Tal vez había esperanza, tal vez había una pequeña chispa entre ellos.

[Una llama poderosa sigue atrás de una pequeña chispa.]

Seth tuvo que convencerse de que lo que iba a hacer era necesario. De que era justificable. Salvar la vida de Roman, aunque fuera a ese costo. Con la ayuda de alguien como Bray Wyatt. Seth haría algo incorrecto por la razón correcta.

—Y entonces tal vez podrías amarme. Pero debes estar vivo para eso, entonces descubriremos una manera de liberarte. Tal vez podríamos ser felices. Tal vez... tal vez...

Seth suspiró y siguió leyendo.

...

—Esta mañana fui al escondite, tus primos ya han localizado al hermano de Becky, en tres días todo estará listo y se irán hacia el sur, no me dijeron mucho, pero parece que hay algo importante en ese lugar.— Dean y Roman se abrazaban en la cama del prisionero.

—¿Sur?— Roman pensó: —Jimmy y Jay habían estado en una expedición por esas tierras, se suponía que teníamos un aliado allí. Nada de eso importa ahora, nuestro reino ya no existe. Ellos fueron a buscar ayuda al sur mientras yo supuestamente cuidaba la isla. Todo ese esfuerzo fue inútil, yo fallé.

—Tú cuidaste de la isla durante años, Ro.— Dijo Dean tratando de tranquilizar a su novio. —Este es el reino más poderoso de esta parte del continente. Eres valiente, pero esa era una batalla perdida.

—He fallado en mi deber y las consecuencias son horrendas. Tal vez por eso merezco este destino.

Dean miró a Roman.

—¡No digas eso! Tu isla entera pudo haber sido esclavizada hace años. Pero eso no pasó porque dedicaste tu vida a protegerlos. Las cosas salieron mal, pero no fue culpa tuya, deberían estar agradecidos por tus esfuerzos.

—Nada de eso importa más. Al menos en este lugar horrible te encontré, nunca tuve tiempo para estas cosas. Hubo gente en mi vida, pero eran sólo ilusiones, nada realmente significativo. Encontré algo real contigo, pero bajo estas circunstancias.

—Roman, tal vez tú mismo no puedas reconocer todo lo que has hecho.— Dean acarició suavemente la mejilla de su novio. —Mi vida era una mierda en este castillo, pero ahora no lo es más. Tú me has enseñado que hay esperanza a pesar de toda la mierda que he vivido. Tu familia proveyó un lugar seguro para mucha gente, para los esclavos, y si ellos no pueden verlo, yo lo hago. Toda la mierda que he vivido valió la pena si al final de ese camino yo te encontré.

Roman sonrió a Dean. —No, no... Dean, es todo lo contrario, todo valió la pena si al final de mi camino te encontré. Este es el final de mi camino, no el tuyo. Mis primos te ayudarán, te irás muy lejos, empezarás una nueva vida y encontrarás a alguien que, como yo, verá lo increíble que eres, vas a ser feliz.

Pero Dean lo sabía. Incluso si conseguía ser libre, nunca sería feliz sin Roman.

"¿Qué puedo hacer para salvar tu vida, Ro?"

Dean besó profundamente a su novio. Estaban jugando un juego muy peligroso. Se besaron apasionadamente en la cama, mientras afuera cuatro soldados vigilaban la puerta y otros mas caminaban dentro y fuera de esa torre. Además, cualquier miembro de la familia real podía entrar sin anunciarse.

No Way Out [ambreigns]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora