Coming Home

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Un año y medio después

— Todo lo que otros esclavos decían sobre esta isla era cierto. Este lugar es como el paraíso. Nunca me iré de aquí. Además, mi mejor amigo se convertirá en el rey esta tarde. No puedo creer que te cases.— Becky estaba llorando de felicidad, —retrasaste demasiado esta boda, incluso pensé que ya no te casabas.

Dean sonrió. —Deja de ser dramática, no podíamos casarnos tan rápido. Primero era necesario reconstruir la isla para que sus habitantes pudieran estar en paz. Así Roman y yo no tendríamos una boda en medio del dolor de los isleños. Además, toda la familia de Roman se vio afectada por lo que le sucedió a Jason.

Becky dejó escapar un triste suspiro. —Al menos después de todo eso, finalmente hiciste las paces con el Príncipe Seth. Por cierto, ¿él estará en la boda?

—No lo creo. Nadie sabe dónde está desde que huyó del castillo. Tampoco me importa.— Dean rodó los ojos.

Dean y Seth nunca se llevaron bien, incluso si trataban de ser civilizados, siempre terminaban peleando por tonterías. Roman sostenía una relación amistosa con el Rey Shane quien ayudó con recursos para reconstruir la isla. Lo quisiera o no, Seth siempre sería parte de sus vidas.

—Iré a ayudar con las decoraciones,— sonrió Becky. —Espera aquí por tu prometido para que comience la celebración.

Dean estaba listo para la boda. Su atuendo era en su mayoría colores oscuros que contrastaban con su piel blanca. Pantalones que delinearon su ágil cuerpo perfectamente. La camisa se ajustaba a su delgada cintura y lo hacía lucir deslumbrante.

 La camisa se ajustaba a su delgada cintura y lo hacía lucir deslumbrante

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La boda sería en la playa, en las cercanías del castillo. Al principio, Dean había estado preocupado por la opinión de los isleños ya que él no era del mismo origen étnico. Pero después de pasar más de un año de su vida trabajando con ellos en la reconstrucción de la isla, sus habitantes aprendieron a amar a su futuro rey.

Era increíble cómo su vida había cambiado. Aunque a veces recordaba su horrible pasado, los recuerdos no dolían tanto. Dean había hecho las paces consigo mismo. Había dejado todo atrás y ahora disfrutaba de su felicidad... y la cereza del pastel sería esta boda.

El castaño estaba un poco nervioso. Estaba en la habitación principal que ahora compartía con Roman, viendo a sus amigos preparar todo para la boda. La vista era hermosa. Los invitados parecían felices. Era como un sueño.

—Pensé que no había nada que pudiera sorprenderme y, sin embargo, me has demostrado que estoy equivocado,— dijo Roman con asombro.

—Sé que me veo genial,— Dean sonrió. —Pero quién está impresionado soy yo.

Roman llevaba un chaleco negro con símbolos rojos. Era como su ropa de un guerrero pero mucho más elegante. Sus pantalones, al igual que los de Dean, esbozaban su figura y su cabello negro y brillante había crecido aún más.

No Way Out [ambreigns]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora