La gota que derramó el vaso

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Voy a intentar un poco más para ver si aparecen más lectores. Si les gusta este fic ayúdenme recomendándolo a sus seguidores. Así también podré publicar aquí mis otras historias. Mil gracias.

...

Seth estaba tratando de mantener la compostura, pero después de su discusión con Dean era muy difícil. Lo único que podía darle paz era Roman, su amado príncipe guerrero. Seth estaba tan feliz porque él y Roman eran más cercanos ahora. Sin embargo las cosas se habían complicado para el príncipe, Seth era tímido por lo que no podía acelerar las cosas con Roman y ahora resulta que tenía competencia.

Al final, nada de eso importa si pones tu cabeza en la guillotina.

Seth corrió a la habitación de Roman. Era obvio su desesperación, el príncipe respiraba irregularmente y su rostro parecía angustiado. Sin embargo, su expresión se suavizó cuando vio la cara de genuina preocupación del prisionero. Lo primero que Roman hizo en el momento en que vio lo angustiado que estaba el heredero, fue mirarlo de pies a cabeza en busca de hematomas.

—¿Randy o tu padre te lastimaron?— Roman dio un paso al frente y lo tomó de ambos brazos, inspeccionando de cerca al joven príncipe.

—No... en realidad yo...— Seth hizo una pausa tratando de encontrar las palabras correctas. —Mañana será tu sentencia, papá ya habló con el verdugo. Roman, por amor a Dios, por favor no...

—Seth, ya hemos hablado de esto. No seré un esclavo. No puedo hacerlo.— Roman no solo tuvo que lidiar con la desesperación de Dean, también estaba Seth.

Seth estaba tan pálido e incluso temblaba. Roman no sabía qué hacer, el joven ya estaba así antes de entrar a la habitación. Y para su completa sorpresa, Seth se arrodilló frente al prisionero abrazando sus piernas.

—Por amor a Dios, déjame salvar tu vida. No seas tan terco.— Seth estaba llorando. —No quiero verte morir.

Roman estaba aturdido, no sabía qué decir. Seth estaba realmente fuera de sí.

—Seth, no tienes que verme...

—¿Qué estas diciendo?— Seth hablaba de forma errática por su desesperación. —Por supuesto que te veré. Soy el príncipe, debo estar en esa celebración. Papá me obligará a verte morir. Se regocijará, recordándome cómo fallé en mi intento. Y la guinda del pastel será el anuncio de mi boda con ese monstruo.

Eso era cierto. Si todo lo que Roman había planeado, funcionaba, Dean estaría muy lejos en el momento de su ejecución. Pero Seth, él tendría que ver todo. El corazón de Roman se estaba rompiendo de pensar que un alma tan dulce, tendría que pasar por cosas tan crueles.

—No puedo perderte... por favor, te lo ruego. No hagas esto, no dejes que te maten. Sé lo horrible que es saber que tu vida está en sus manos de otras personas. Pero sé que hay esperanza. Yo pensé que mi vida sería un tormento, que nunca habría nada bueno hasta el día que viniste aquí.

Por favor, Roman no me hagas hacer algo que no quiero... No puedo perderte.

Roman se arrodilló y tomó a Seth por los hombros. El joven lloraba en un mar de lágrimas. Todo lo que Roman podía pensar era: ¿Por qué la vida era tan injusta con alguien tan dulce? Seth merecía algo mejor que esto y Roman estaba totalmente frustrado de que no pudiera hacer nada. Pensó que podría morir en paz sabiendo que la persona que amaba estaría protegida por su familia. Pero Seth, el noble príncipe sería destruido por su propia sangre. No, Roman no iba a morir en paz, era imposible si tenía que ver el rostro de dolor de Seth como último recuerdo al dejar este mundo.

No Way Out [ambreigns]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora