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Narra Freddy.

El tiempo paso y la noche se hizo presente. Decidí dormir, no será bueno si me desvelo, asustaría a Eddy.

Batallé en conciliar el sueño, pero lo logré. Aunque no fue por mucho tiempo. Escuche como una ventana era rota.

Me levante rápidamente. Bajé las escaleras con sigilo. Una sombra... dos sombras... tenía que hacer algo.

Entre al cuarto de Eddy, por suerte estaba con la bebé. Tome a Yose cuidando que no se despertara. La escondí para que no me hicieran nada.

-mami? Que pasa?-Eddy se levanto.

-Eddy, no hagas ruido alguno...-advertí.

-q-que?-rayos lo Asusté.

-hay unos intrusos dentro de la casa. Quiero que te escondas, y por favor no hagas ningún ruido-pedí.

-y Yose??-pregunto preocupado.

-esta escondida, no quiero que nada les pase...-quería llorar.

-pero... y tu?-pregunto.

-yo estaré bien-le di un beso en la frente-ahora busca un lugar seguro..-la puerta se abrió.

-yo no creo eso...-una de aquellas sombras se encontraba mirándonos. Eddy me abrazo del miedo.-pero que lindo... madre e hijo-rió-patético...

-e-espera... esa voz-no puede ser..

-nos volvemos a ver... Freddy.-sonrió cínicamente.

-Cami-dije enojado, abrazando mas fuerte a Eddy-que haces aquí??-estaba muy sorprendido.

-oh, nada en especial.... solo vine... a cobrar mi venganza!

Cami se abalanzo hacia nosotros. Empuje a Eddy lejos para que no lo alcanzara. Aunque no podría decir lo mismo de mi.

-Eddy! Corre!-le grité mientras forcejeaba con ella. El asintió y lo vi alejarse corriendo de allí.

Perdí la conciencia... la verdad... no se como paso.

Narra Eddy.

Corrí... corrí como nunca antes.

Tenía miedo... mucho miedo...

No me gusto dejar a mi mamá con esa señora. No entiendo nada, solo hice caso a lo que me pidió.

Corriendo para llegar a la puerta de la casa y salir de esta. Mis pisadas sonaban al chocar con el césped del jardín delantero.

La verdad no sabía a donde tenía que ir. Pero algo me saco de mis pensamientos. Fui atrapado.

-no! Dejame!-gritando... pataleando... llorando. Todo lo que podía hacer para soltar me. Me había tomado por detrás, inmovilizado mis brazos con los suyos.

Me llevaba hacia una camioneta negra, no se podía ver a través de las ventanas. No era un auto legal.

Como un saco de papas fui metido a aquel vehículo blindado. Por un momento nuestras miradas se cruzaron.

Sentía que aquellos ojos rojos ya los había visto en algún lado. Pero rápidamente tapó mi rostro y amarro mis manos y pies. Perdiendo contacto con mi alrededor.

El auto comenzó a moverse. Estaba solo, no sabía nada sobre mi familia. Si seguía viva... o... no.

Solo recuerdo que un día comenzaron a desaparecer. Primero Camil... luego Den... y por ultimo mi papá... ahora estoy en manos de secuestradores. Con riesgo de perder la vida en cualquier momento.

Amor Forzado 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora