era Sengoku 2

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Marinette y Adrien habian llagado a una aldea donde comenzarian una nueva vida, nadie los juzgaba y podian ser ellos mismos.

Adapatarse no era dificil, lo dificil fue superar sus propios miedos y dejar atras su pasado inicando de cero, se amban y no podian luchar contra el sentimiento, un amor que crecía día con día no podía terminar.

Luego de encontrar ese mensaje lo aceptaron, se amaban y despues de casarse llego a sus vidas una luz de esperanza y felicidad, nunca fueron tan felices como cuando conocieron a su hija.

Bridgette era encantadora con la belleza de su madre pero la agilidad de su padre.

Sin envargo alguien entre las sombras los observaba, solo viendo su felicidad.

Bridgette tenía solo 6 años cuando lo vio, le gustaba ir al bosque, aunque estubiera prohibido, le gustaba correr y sentire libre, trepar árboles y explorar cuevas, siempre hiperactiva.

En uno de sus tantos paseos lo vio, un hombre desarreglado con una enorme cicatris cubeiendo medio rostro, pasando por su ojo, caminaba lento y pausado, era obvio que tenía la pierna herida, aun así su cabello brillaba cual oro y su ojo gris enmarcaba una cara de serenidad.

- ¿eres Félix? - pregunto curiosa la niña, puesto que sus padres siempre le hablaron maravillas de él.

- ¿sabes quien soy?

- mamá y papá hablan mucho de ti, les encantara verte - se giro en espera de guaiarlo a su casa.

- aguarda no deben saber que estube aquí...

- pero te quieren mucho.

- ¿porqué dices eso?

- siempre hablan de ti.

- es mejor que no sepan que estoy aquí, promete que no diras nada.

- empezo a pensar su respuesta - solo si prometres regresar a verme.

- no eso...

- entonces les dire.

- que manipuladora - se rio - bien acepto, regresare si no cuentas esto.

- estare esperandote.

- adios.

Félix comenzo a visitar a la pequeña cada cierto tiempo viendo como crecia cada vez más, quería cuidarla de todo ayudarle un poco con su habilidades.

Cuando cumplio 12 empezo a ver demaciado a Marinette en ella, fue cuando noto que seguir visitandola no le haría ningun bien.

Se despidio de ella prometiendo volver, pero no pensaba hacerlo.

Regreso a lo que quedaba de su casa, sufriendo entre recueros.

El día que todo cambio.

Ese día mientras Marinette y Adrien escapaban él había decidido enfrentar a sus padres solo.

Con el aroma de Marinette en él,  guio a sus padres a otro camino, quería hablar explicar lo sucedido, pero no ocurrio así.

Su padre tenía un enorme odio por los humanos,  no escucharía a nadie, mientras que su madre solo lo acompaño para asegurarse de que no lastimara a sus hijos, fuera de eso no le importaba si masacrba a toda la aldea humana.

Cuando Félix los enfrento antes de llegar a la aldea humana, el aroma de humana proveniente de su cuerpo enloquecio a su padre, quien lo ataco.

Lastimado gravemente su cuerpo, su madre intentaba inutilmente, detenerlo, desgarro parte de su abdomen hasta su pierna en un solo ataque, mientras se lamentaba por tener un hijo tan ingrato.

Asecina!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora