Desde mis ojos.

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La inspiración es la contaminación del alma. Todos necesitamos estar jodidos alguna vez, para comprender, para aprender, y para vivir.

La inspiración es la tristeza o el amor, la reflexión y la música.

Yo sigo donde siempre, sentada en una parada de autobús que me prometió llevarme a casa, estaba ansiosa, porque hasta ahora ningún lugar se llama casa. Todos siguen su ritmo, llevan sus cargadas vidas en las que no tienen más remedio que escupir a los demás, mientras que yo los observo desde un punto muerto del mapa en el que me perdí buscando a un conejo que decía que  era demasiado tarde, cualquier punto muerto del mapa en el que mi sangre no circula, y no tengo que notar esas malditas pulsaciones que me ponen nerviosa.

Las calles están llenas de angustia y rapidez, los ojos de la gente reflejan una gran insatisfacción por motivos diferentes que no consigo averiguar, y creo que si conociera cada uno de sus casos diría que no disfrutan ni con un buen polvo. Los ojos dicen toda la verdad, porque es la única parte del cuerpo que no puedes ver.

La multitud tira de todos ellos, presionando sus débiles cerebros hasta esprimirlos como zumo de naranja mientras yo voy buscando en cada uno de ellos restos de arena que me recuerden a recuerdos.

Tal vez Cupido se meta las flechas por el culo y por eso el amor es una mierda. Nos enamoramos de ciudades porque sabemos que ellas no nos van a fallar, nos enamoramos de recuerdos, porque sólo hay una cantidad de daño que podemos recibir, y por eso mismo nos enamoramos del pasado, nadie se enamora del presente porque el daño es infinito e incontrolable.

Pedazos de almas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora